~Capítulo 14~

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KAI'S POINT OF VIEW:


Debería haber traído los chicos conmigo. El tal Nate planificó una reunión para hacer negocios, lo que no sabía era que él formaba parte del grupo de matones del cabrón de Darren, el chico con el que nos enfrontamos la última vez. 

Cuando llegué me dí cuenta que no era la típica reunión simple sino que el muy jodido había organizado una fiesta para encubrir lo que sea que tenía en mente hacer durante la reunión. Me senté, junto a cinco chicos más en una salita diminuta llena de humo por los porros que se estaban fumando todos los integrantes de la reunión. El chico sentado a mi izquierda me ofreció uno el cual rehusé. Quería estar cuerdo y con los cinco sentidos alerta por lo que pudiera ocurrir.

Darren se encontraba en la cabeza de la mesa. Aun siendo ésta redonda, se notaba que quién mandaba en el sitio era él. 

"No deberías haberme jodido Parker. Es cierto que no te dí el contacto que necesitabas, pero también es cierto y tu sabes muy bien que yo cumplo con mis promesas. Yo te prometí que lo tendrías dentro de dos semanas y tu qué hiciste, ¿eh? ¡Atacarme por la espalda!" dijo dando un fuerte golpe en la mesa. "Eso no estuvo bien. No estuvo nada bien... Heriste mis sentimientos en ese momento y también un par de costillas" dijo sarcásticamente haciendo que los chicos que no paraban de colocarse, se rieran.

No eran los mismos chicos con los que nos enfrentamos el otro día pero se notaba que también formaban parte de la banda, lo cuál me sorprendió. Pensaba que este pendejo solo tenía un "par de amigos" si así los podíamos llamar pero parece ser que debía ser más importante que eso. 

"Veo que tienes más amiguetes añadidos a tu colección" dije para molestarlo y así obtener más información sobre el asunto.

"Bueno, los amigos de Banton, son mis amigos. Y.. hablando de James. Tampoco esta muy contento con tu traición. Lo catalogó, según él como una "jodida falta de respeto" por tu parte" dijo con una sonrisa torcida. 

Mi cara debía ser un poema en ese momento. James Banton... Había oído hablar tanto y tan mal de ese tío que un escalofrío recorrió toda mi espalda. Empece a sentirme incomodo. El humo denso de la habitación  estaba empezando a afectar mis capacidades físicas e intelectuales. Quería largarme de allí y hablar con los chicos acerca de este nuevo descubrimiento.

"Me dijo que debía darte una lección para que aprendieras a ser paciente... Digamos que tuve a mis chicos observándote y, quizás deberíamos hacer una pequeña visita a tu familia ya que volver a daros una paliza a ti y a tus amigos no es nada innovador" dijo haciendo ver que meditaba mientras comentaba sus posibles opciones en voz alta mientras que los otros individuos del cuarto asentían con cada una de ellas.

Alejé la vista de su mirada. Me estaba empezando a enfurecer y montar una escena solito en medio de una fiesta no era la mejor opción. Al posar la vista fuera en el pasillo divisé una figura muy familiar. Aria se encontraba asombrada mirándome. Debía estar más confundida que yo mismo en estos momentos. Darren, siguiendo mi mirada, asomó la cabeza entre las cortinas que separaban la habitación del pasillo y amplio más su sonrisa. Esto no era nada bueno. 

" Bonita la fiesta, ¿eh? Y bonita las chavalas que hay ¿verdad? Veo que ya le has pegado ojos a una o, mejor dicho, ya la fichaste hace tiempo... Aria se llama ¿no? No esta mal, la verdad. La pobre ha venido aquí para pasar un buen año ¿no es así? Bueno, siento lastima por ella. No sabe donde la has metido.

Dicho esto, chascó los dedos y un hombre alto y cuadrado como un armario, cerró la cortina no sin antes enviarle una mensaje de advertencia a Aria. 


Al cabo de media hora conseguí salir de allí sin ningún rasguño. Sin embargo, sabía que algo malo estaban tramando esta banda de cabrones. Así que sin pensarlo, aceleré el paso entre la multitud agarrotada en medio de las habitaciones principales de la casa. Debía contarles rápidamente a los chicos lo que acababa de ocurrir."No sabes en que la has metido" esas palabras vinieron a mi mente como un recordatorio. Esperaba que Aria hubiera captado mi orden y ahora estuviera de vuelta a casa. No obstante, visualice su larga melena al lado de una barra en la cuál estaba pidiendo cualquier tipo de cubata. Sin perder más el tiempo, fui corriendo hacía ella y la tiré del codo haciendo que el cubata cayera al suelo manchando al mismo tiempo su vestido. 

"Pero que coño.." dijo ella antes de encararme " ¿Kai? ¿Porqué has hecho eso? Y, ¿qué coño haces aquí? Pensaba que estabas con tus amigos..." dijo mirándome confusa.

"Pensaste mal" dije mirándola "Debemos irnos" dije más como una orden en vez de como una propuesta mientras miraba a nuestro alrededor.

"Si hombre, yo no me voy.Estoy con mis amigas. Volveré a casa cuándo me apetezca" dijo intentando zafarse de mi agarre. No me había dado cuenta que no la había soltado desde un buen principio.

"¡NO!" grité yo haciendo que diera un pequeño brinco en su sitio "Es decir, Jack me ha llamado.. Ha dicho que... que debemos volver a casa porqué... Katy... Katy... no se encuentra muy bien. Dice que tiene fiebre" dije mintiendo.

"¿Se encuentra mal? ¿De verdad?"dijo cruzando los brazos y arqueando las cejas. No se lo creía. La verdad es que no era muy bueno mintiendo bajo presión. "¿Y porqué no la cuidan Terry y él?" dijo complicando mi argumento.

"Porqué él debe ir a la faena. Le ha surgido algo y... Solo debemos irnos. ¡Por favor!" No sé si fue por mi suplica pero algo en su actitud cambio y asintió con la cabeza.

"Esta bien. Vamos. Pero antes déjame despedirme de mis amigas" dijo ella intentando dirigirse hacía la pista de baile donde se hallaban sus amigas bailando como unas locas. Adolescentes, pensé. En la pared detrás de ellas, nos observaba uno de los chicos que trabajaba para Darren. Tenía una sonrisa torcida y sus ojos reflejaban pura maldad.

"No tenemos tiempo para despedidas. Ya lo harás a través de un whatsapp. ¡Vamonos!"

Sin que pudiera rechistar, la cogí de la mano y salimos casi corriendo de la fiesta tapadera que habían montado esos hijos de puta. 


Ya llevábamos media hora de camino. Las carreteras estaban vacías y oscuras. La niebla y la incesable lluvia dificultaban mucho la visibilidad. Era como si la naturaleza se hubiera puesto en mi contra para qué no pudiera llegar cuánto antes a mi destino. Giré levemente la cabeza. Aria estaba mirando por la ventanilla. Le había echo quitarse los tacones porqué estaba constantemente quejándose de ellos. Al estar sentada, su vestido corto dejaba ver gran parte de sus muslos. Me mordí el labio inconscientemente.

"Mira la carretera. No quiero tener un accidente" dijo ella seriamente mientras me miraba de reojo.

"No haberte puesto ese vestido entonces" dije yo intentando buscar alguna excusa. 

"¡Yo me pongo lo que quiero!" saltó del trance pacífico que habíamos mantenido hasta el momento.

"Oye, tranquila. No hace falta que te pongas como una fiera..." dije medio riéndome por su rabieta.

"¿Como una fiera? Eres tu el que quería que me fuera de allí. No se tu, pero yo me lo estaba pasando de maravilla" dijo aumentando su ira.

"Ya te dije que Jack quería que... "

"Ya se lo que me dijiste" me interrumpió " pero no me creo tal chorrada. No soy tonta" dijo mirándome directamente a los ojos "pero bueno otro día ya sabes lo que te toca... " dijo ella sin terminar la frase. Al ver mi cara de confusión resoplo. "Me debes un cubata. Y lavarme o bien compararme un vestido nuevo. Lo que prefieras. Me lo has dejado hecho una mierda..." dijo cogiendo un trozo de tela del vestido con sus pequeñas manos y negando con la cabeza.

Cuando iba a replicar, unos faros se agrandaron a través del retrovisor. Al parecer, el coche de detrás no se percato de lo cerca que estaba de mi Mustang. Justo cuando iba a incrementar la velocidad para augmentar las distancias, el coche acelero precipitadamente hacia nosotros. Lo último que escuche antes de que todo se volviera negro fue un fuerte golpe que nos precipito a Aria y a mi fuera de la carretera.






Luces en la oscuridadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora