"¿Estáis preparados para pasar un gran fin de semana?" pregunto Jack dando un rápido vistazo hacía los asientos traseros para luego volver su vista a la larga y fatigosa carretera.
"¡Si!" gritó entusiasmada Katy a mi lado izquierdo.
"Si... Iujuuu, ¡que emoción!" dijo con notable ironía Kai, sentado a mi lado derecho.
"Por favor Kai, contrólate" le riño Terri.
Pude ver como de reojo Kai le mostraba el dedo medio al respaldo del asiento donde Terri estaba sentada. Como acto reflejo mire hacía mi izquierda para ver si Katy se había fijado en el mal gesto de su hermano. Por suerte, se encontraba inmersa en su mundo, jugando con sus dos barbies preferidas.
Volví la vista al perfil de Kai, lo cual hizo arrepentirme al instante cuando él me miró de vuelta y susurró un apenas audible "¿Tu que miras?". Había vuelto a ser el mismo chico insoportable y maleducado desde el primer día que lo conocí. Los días que había sucedido todo el revuelto de Jason, Katy y Liz, había podido apreciar levemente su faceta más vulnerable. Sin embargo, desde el día que me confesó la muerte de su madre, había vuelto a hacerse el duro e imbécil conmigo.
Lo dejé pasar y más estos días que, dos semanas antes de las vacaciones de Navidad, su familia había organizado una pequeña escapada a Toronto para que yo pudiera conocer una de las ciudades más destacadas del país.La idea entusiasmaba a todos, menos a Kai por supuesto.
Una vez que llegamos al hotel repartimos habitaciones. Como no tenían suficiente dinero para pagar tres, Kai, Katy y yo compartimos una y sus padres, como es obvio, otra. Mientras yo colocaba todas las cosas en los armarios, Katy saltaba emocionada en la única cama que había. Kai por su parte se encontraba en la terraza manteniendo una conversación telefónica, un tanto brusca, con lo que imaginé que sería alguno de los chicos.
"¿Me estas escuchando Aria?" dijo Katy cayendo de culo en la cama.
"Si, bueno... en realidad no, ¿que has dicho cariño?" dije dulcemente sentándome a su lado.
"Que mama y papa me han dicho que hoy vamos a ir a dar una vuelta por la ciudad y mañana pasaremos el día en la CNE" dijo animadamente dando palmadas con sus pequeñas manos.
"¿La CNE?" Pregunté extrañada.
"La exhibición nacional de Canadá. Es una de las ferias más grandes del país" dijo Kai introduciéndose en la conversación. Tiro el móvil en el acolchado sillón verde de la esquina para luego él hacer lo mismo en la cama.
"¡Nos lo vamos a pasar genial!" chilló Katy volviendo a dar saltos en la cama mientras Kai bufaba y aguantaba las ganas de recriminarle tanta felicidad.
Y así fue. Me lo pasé genial, o al menos el primer día. Recorrimos toda la ciudad, fuimos de compras, hicimos fotos, preparamos un picnic en Ashbridge, un maravilloso parque nacional de la bahía y por la tarde, fuimos al Acuario de Ripley. Descubrí más cosas de la cultura canadiense en un solo día que en los tres meses que llevaba allí. A las once y media de la noche llegamos al hotel. Habíamos planeado ir a ver el final de la actuación diaria pero el cansancio que llevábamos encima de haber caminado todo el día nos pudo y decidimos ir a dormir.
Después de lavarnos los dientes y ponernos el pijama, nos metimos los tres en la cama; Kai y yo en cada punta y Katy en el medio, haciendo de barrera. Me sentía incomoda ante la situación. Nunca había dormido con dos personas. Al ser hija única nunca tuve que compartir cama con nadie que no fueran mis padres cuando era pequeña. Me encontraba apretujada y cohibida pero poco a poco el sueño fue apoderándose de mi y conseguí caer dormida.
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Luces en la oscuridad
Teen FictionAria Gleeson no estaba preparada para lo que le vendría en cara. Una beca le cambiaría el futuro. Un viaje le cambiaría la vida. Un chico le cambiaría el corazón. Miles de peligros invaden nuestro mundo pero para Aria solo habrá uno que ciegue su...