~Capítulo 29~

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Instantáneamente me cogió de la mano y me acercó a su cuerpo. Sin previo aviso se puso de rodillas enfrente mío. Mi primera reacción fue dar unos pasos atrás combinados con un desagradable mueca.

Cuando seguí su mirada y todo el conjunto de su gestualidad facial, me dí cuenta de lo que pretendía.

"Ni de coña" dije soltándome de su agarre.

"Vamos Aria, atrévete a hacer algo minimamente excitante por una vez en tu vida" dijo con una sonrisa torcida aun de rodillas en el suelo de la cabina.

Rodé los ojos pero, inconscientemente,  empece a plantearme  seriamente su propuesta. Al cabo de unos pocos segundos de delirio, me acerqué otra vez y pasé mis piernas por su cuello. Él empezó a levantarse lentamente para no perder el equilibrio y tirarnos los dos al vacío. Me agarró fuertemente las dos manos cuando solté un grito de miedo para darme seguridad.

¿Que seguridad me podía aportar un agarre de manos cuando me encontraba a lomos de él en una noria a más de 100 metros de altura? ¡Ninguna! Pero más vale agarrar algo que no sujetarte a nada.

Después de unos minutos de buscar un equilibro seguro y estable, Kai empezó a avanzar hasta el borde de la cabina hasta tocar la barrera de seguridad.

"¿Que haces? Me puedo matar Kai, bájame!" grité dándole patadas a su cintura con mis pies.

"¡Auch! Si sigues pateandome el costillar claro que te vas a caer. Tu solo relájate, cierra los ojos y abre los brazos" dijo suavemente soltándome las manos, gesto que yo no retiré por mi parte.

"Estas loco si crees que voy a hacer eso" dije

"Aria... Hazlo" dijo con cierto tono duro pero al mismo tiempo dulce.

Sabia que si no hacía lo que me decía, no me bajaría nunca, manteniendo de esta manera, un sufrimiento constante hasta el fin de la vuelta. Cerré los ojos y lentamente subí los brazos hasta extenderlos como un pájaro, imitando así la mítica escena de Titanic, aunque en una versión mucho más peligrosa.

Empecé a sentir la brisa golpear mi piel más fuerte que antes. También notaba los rayos de sol mucho más potentes, como si el hecho de haberme puesto en los hombros de Kai me acercará a la órbita solar. El ritmo de mi corazón, antes acelerado por la adrenalina de la situación, ahora estaba empezando a ralentizarse. Empecé a sincronizar mi respiración con el viento. Quería, de todos los modos posibles, conectarme con la magia del lugar.

La conexión duró poco. Abrí los ojos de repente cuando sentí que mi cuerpo caía. Kai hizo el gesto de tirarme, lo cual fue lo que sucedió pero sus fuertes brazos me agarraron antes de que pudiera caer al vacío. La adrenalina volvió inesperadamente a mi ser.

"¿Estas loco?" pregunté quitándome de su agarre y alejándome hasta la parte trasera de la cabina. Ahora ni Dios iba a conseguir que me acercará otra vez a la baranda.

"¿Excitada?" preguntó seductoramente.

"Definitivamente estas majara" dije abrazándome a mi misma cuando el calor que segundos antes rodeaba mi cuerpo, ahora se había desvanecido. 

"¿Que te ha parecido?" pregunto serio esta vez.

"¿Que me tiraras? Una autentica barbaridad..." dije frotándome los brazos. Cada vez notaba el frío de la noche envolver mi piel. 

"No, la sensación de todo lo sucedido"

"No sé"Cuando sus ojos me miraron exesperadamente en busca de una respuesta, continué "adrenalina y luego, relajación y libertad, mucha libertad. Y luego adrenalina otra vez cuando casi me matas".

Luces en la oscuridadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora