"¿Crees que voy a dejar que te presentes allí?" dije chillando.
Después de que, ciertamente, Kai me mostrará el mensaje que Darren le había enviado , empezamos a buscar una solución para el problema. No obstante, el fabuloso de Kai no se le ocurrió mayor idea que lidiar con la cuestión afrontándola, es decir, yendo a la cena.
"Simplemente déjamelo a mi ¿de acuerdo?" gritó de vuelta. Le había sacado de sus casillas. "Vamos a la cena. Tu hablas de tus cotilleos con tu "BFF"- así es como le llaman vulgarmente a una mejor amiga en Canadá- y yo me ocupo del idiota de Darren".
"¿Te crees que es un juego?" dije mirándole fijamente a los ojos "porque no le encuentro la diversión, de verás...Una cosa es que me metas a mi en esto, cosa que tampoco entiendo ya que no tengo nada que ver en el asunto. Pero otra muy diferente es meter a Liz. ¡Joder, ni siquiera tú la conoces! ¿Por qué demonios la ha elegido a ella?" dije sentándome en su cama y hundir mi cabeza entre mis manos.
"Porqué es tu mejor amiga" dijo tranquilamente.
"¡Pero el problema es que yo,aquí ,no pinto nada!" dije levantándome de golpe, exasperada ante la situación.
"Si que pintas... Tu me conoces a mi" soltó cansado por la redundancia de la conversación.
"Ya pero... Mira, yo he visto películas. Películas sobre esto. Y normalmente, los malos siempre intentan derribar a sus enemigos atacando a las personas que más les importan y, en este caso, yo no te importo así que, ¿porqué me han elegido a mi?"
"Si, tienes razón, no me importas. Supongo por el hecho de estar buena porqué sino tampoco le halló un motivo racional..." Sus palabras me dolieron. El hecho de que insinuará bastamente que era una chica guapa suavizaba el golpe. Pero simplemente dolía escuchar que no era importante para él. Tampoco sé porqué me quejo, él tampoco lo era para mí, pero escuchar a alguien confirmar que no le importas una mierda duele bastante.
"¿Sabes que? Haz lo que quieras. ¿Te crees capaz de lidiar con la situación tu solo? ¡Adelante!" dije ya rendida porqué sabia que no iba a ganar la discusión. "Pero como le pase algo a mi amiga, te juro que te vas a arrepentir" dije con tono amenazador en su oreja antes de pasar por su lado y salir de su habitación dando un fuerte portazo.
Ya estaba vestida. No me había llevado ni media hora. No se trataba de una cita, ni mucho menos. Así que no pretendía arreglarme para lo que fuera que hiciéramos esta noche.
No tardamos mucho en llegar a "The Lockhart" , un moderno y simple restaurante que se hallaba en el fabuloso paseo marítimo de Sauble Beach, una de las playas más bonitas y espectaculares del mundo. El encuentro fue duro. Liz y yo nos saludamos con un gran abrazo mientras que Kai y Darren solo compartieron una fría mirada acompañada de un gesto de cabeza. Se notaba la frialdad de la relación y, esperaba que Liz no se diera cuenta del nefasto papel que estaban intentando interpretar esos dos.
Nos sentamos en una mesa cerca de la ventana la cual nos ofrecía unas vistas estupendas del mar. Si no fuera por la gran inquietud que me recorría entera, hubiera disfrutado de la cena y del maravilloso paisaje.
El restaurante por su parte era rústico aunque también elegante. La mayoría de las mesas estaban compuestas por bancos de madera. Como era de esperar, Darren y Liz se sentaron juntos, lo cual nos obligó a Kai y a mi a compartir banqueta.
La cena empezó siendo tediosa y muy incomoda. Darren y Liz no paraban de compartir gestos de amor durante casi todo el primer plato: besos, caricias, susurros... Hasta nos representaron la escena de los espaguetis de la dama y el vagabundo. Aunque en esta ocasión no sabia diferenciar muy bien quién era la dama y quién era el vagabundo. Yo simplemente me atenía a mirar Kai de reojo para ver si este me confirmaba que todo se trataba de una broma. Sin embargo, él solo se limitaba a cortar y comer su lasaña.
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Luces en la oscuridad
Teen FictionAria Gleeson no estaba preparada para lo que le vendría en cara. Una beca le cambiaría el futuro. Un viaje le cambiaría la vida. Un chico le cambiaría el corazón. Miles de peligros invaden nuestro mundo pero para Aria solo habrá uno que ciegue su...