Rutina

1.3K 116 1
                                    

Paso el resto del fin de semana encerrada en casa. Pensando en Héctor,recordando nuestros encuentros. Estoy hecha un lío,quiero pero no quiero. Se que le quiero,que lo necesito más de lo que me gustaría admitir,pero tengo miedo de volver a ilusionarme de nuevo. Siento la tentación de ir a buscarlo a su apartamento. No he estado allí desde que le dejé. Ese recuerdo me duele en el alma y lo deshecho de inmediato. Mientras me cambiaba de ropa me dije a mi misma,¿qué estás haciendo? ¿así es como quieres evitar el sufrimiento de ambos? Vuelvo a ponerme el pijama de ositos. No,Laura. No seas egoísta. Pero si le mando un mensaje para preguntar por Diana. Me contesta un poco hosco.-
* Su estado sigue siendo el mismo. No hay mejoría.*
¿Ya está? ¿nada más? Que decepción... Vale,ahora estoy de mal humor. Siento gritos,parece Rober. Agudizo el oído.-
- Perdona,pero nadie te obligó. Lo hiciste por que te dió la gana. No quieras hacerme sentir culpable.- Salí de mi dormitorio. Pero no se oía nada mas. ¿Con quién hablaría? Estuve tentada de llamar a la puerta de su dormitorio,pero no lo hice. Fuí hasta la cocina y me preparé un gintónic. Sentí un portazo y apareció Marta. Estaba roja,y parecía enfadada.-
- ¿Estás bien? Estás roja.
- Sí. He estado limpiando el dormitorio. Ponme uno de esos,bien cargado por favor.- Le dí el que ya había preparado y me empecé a preparar otro para mi.-
- Marta, ¿de verdad estás bien? Pareces...diferente.
- Sí. No te preocupes.- Tomamos unas copas y por fin pude olvidarme de todo por un rato. Vino Marcos y pedimos pizza para cenar. Mi primo estaba raro,no quiso cenar con nosotros. Se fue por que había quedado,según él. ¿Qué le pasaba a todo el mundo? ¿Me estaré volviendo loca? Me acosté temprano porque al día siguiente volvía a la oficina. Para mi sorpresa dormí de un tirón,sin pesadillas,sin sueños húmedos... Me desperté con unos gemidos,realmente escandalosos. Está claro que Marcos ha dormido aquí. Sonreí. Al menos a mi amiga el amor si le sonreía. Me puse un traje beige de falda y chaqueta. Con unos zapatos también beige. Me maquillé y arreglé metódicamente,seguramente por que sabía que vería a Héctor. Rober se fue antes que Marta y yo,decía que tenía una reunión,tengo que hablar con él,no parece estar bien. Marta y yo nos fuimos juntas a la oficina. Llegué a mi mesa y Héctor ya estaba allí,lo vi sentado en su mesa,cuando me volví simplemente vi cerrarse la puerta. Uauh,vaya desplante. Eso me ha dolido. Enciendo el ordenador y mientras arranca decido ir a por un café a la maquina. Allí me encuentro con una limpiadora,es bajita y rellenita. Me mira y me da los buenos días y no se por que,siento la necesidad de saber de esa mujer.-
- Hola,buenos días. ¿Es nueva en la empresa? No la he visto antes.
- Sí, señorita. Me llamo Dolores.
- Yo soy Laura. Bienvenida.- Le extrecho la mano y ella me devuelve el apretón. Me gusta. Me da ternura. En ese momento aparece Héctor y se acerca con paso firme.-
- Cuando termines de cotillear con el personal,por favor ven a mi despacho. Tengo trabajo para ti.- Yo no digo nada,me quedo pasmada. ¿Y esto? ¿Qué le pasa? Me disculpo con la señora que mira horrorizada,seguramente por la forma en la que me ha hablado el imbécil de Héctor. Vuelvo y suelto el café en mi mesa y voy al despacho de Héctor. No llamo,simplemente entro,cierro con un portazo y me quedo frente a él mirándolo con cara de pocos amigos. Él alza la vista de su portátil y me mira. No aguanto más.-
- ¿Se puede saber que narices te pasa?.- No dice nada. Solo me mira. Eso me enfurece más.- ¿Quien te crees que eres para hablarme de esa manera?
- No te he dicho nada malo.
- ¿Ah,no? Perdona,se ve que yo estoy loca...
- ¿Vienes aquí a trabajar o charlar con MIS empleados?.- Hizo énfasis en "mis" empleados,para dejarme claro,que él estaba por encima de mi.-
- Solo he sido amable con esa mujer. No he hecho nada malo. Esto es ridículo. Tú eres ridículo.
- ¿Ahora vas a insultarme? ¿en mi propia empresa? ¿Te crees con derecho?.- Toda la rabia que sentía se has fumado de un golpe y ahora me embarga una sensación de agotamiento. Físico y mental. Me embarga la tristeza y la pena. Me siento exhausta. Un poco mareada. Muy despacio me acerco y me siento en una silla.-
- Es mejor que me vaya.- Casi lo digo en susurros. Él me mira ceñudo,cabreado. Pero de un momento a otro,le cambia la cara.- Es mejor que busque otro trabajo. No podemos trabajar juntos.- Hablo despacio,susurrando y siento en mi cabeza como que no soy yo la que habla. Me empiezo a sentir mal. Siento como si estuviera borracha. Mierda,¿que me pasa? Me está dando sueño. Se me cierran los ojos. Siento mi cara en el suelo frío,y unas manos que me agarran fuertes. Oigo a Héctor llamarme.-
- Laura. ¡Laura! Escúchame.- Lo escucho. Quiero hablarle,pero no me sale la voz. Estoy a oscuras. ¿Quien ha apagado la luz? No veo nada y Héctor no para de gritar mi nombre. Llama a alguien. Siento gente a mi alrededor. Alguien me coge las piernas y me las levanta. ¿Qué me pasa que no puedo moverme? Oigo a Rober llamarme. Noto que me acaricia la cara y me aparta el pelo. Quiero decirle que estoy bien,que no se preocupe,pero no puedo.-
- ¿Qué le has hecho?.- Le oigo decirle a alguien.- Laura, Laurita. Por favor Laura,escúchame.- Pasa un largo rato hasta que puedo abrir los ojos. Veo muy borroso y me mareo. A un lado mio está Héctor y otro Rober. Intento incorporarme torpemente y Rober me agarra y me ayuda.- ¿Como te encuentras,prima?
- Agua. Necesito agua.- Héctor va hacia una pequeña nevera que tiene en el despacho y coge una botella de agua. Viene a mi lado,la abre y me da de beber.-
- Necesito levantarme.- Héctor intenta ayudarme a levantar pero Rober no lo deja. Me levanta y me sienta en la silla del despacho Héctor. Héctor parece furioso.-
- Estoy bien. No se que me ha pasado...
- Te has desmayado,Laura.- Me habla Héctor. Mi primo lo mira con cara de asco.-
- Prima, deberías ir al hospital. ¿Quieres que te lleve a casa?
- No. Tranquilo. Vuelve al trabajo,Rober. No quiero que tengas problemas por mi culpa.- Miro a Héctor que tuerce el gesto al oírme.-
- Prima...
- Vuelve al trabajo,Rober. Hazme caso.- Mi primo se va a regañadientes después de besarme la frente. Héctor me mira. Intento levantarme y me tambaleo.-
- Espera. Espera. Tranquila,aguarda un poco o volverás a desmayarte.- Viene a mi lado y me coge la mano.- Lo siento. Siento todo lo que te he dicho. He sido un gilipollas. Perdóname.
- No quiero hablar de esto. Necesito marcharme. ¿Puedo?
- Por supuesto. Pero espera un segundo.- Sale del despacho y vuelve con mi abrigo y mi bolso.- Vamos. ¿Necesitas ayuda?
- ¿Vamos?
- Te llevo al hospital.
- No quiero ir al hospital. Quiero irme a casa.
- Deberías ir al hospital. Pero no quiero discutir más contigo. Venga,te llevo a casa.- No discutí más con él,sería una pérdida de tiempo. Me levanto con cuidado y él me pone el abrigo,lleva mi bolso enbla mano y bajamos en el ascensor,me sienta en en recepción y va a buscar el coche. Vuelve cinco minutos después y me intenta levantar de la silla.-
- No estoy inválida,puedo andar por si sola.- Lo fulmino con la mirada y él parece tenso y furioso. Caminamos el uno al lado del otro,tiene el coche en la puerta. Me abre para que monte y él rodea el coche hasta montarse. Me mira y arranca. No hablamos en todo el trayecto. Yo estoy incómoda y creo que él también. Aparca en mi puerta,se baja y me abre. Andamos hasta el portal. Abro y lo miro.-
- ¿Vas a subir?
- Solo para quedarme tranquilo.- Asiento y montamos en el ascensor. Subimos al rellano y abro. Entro y entra,suelto el abrigo y el bolso en la entada. Y voy hacia el sofá. Me tumbo y me tapo con la manta que siempre tenemos doblada en el sofá. Él me mira.-
- ¿Quieres que te prepare algo de comer?.- Niego con la cabeza.- Tienes que comer. Por eso te has desmayado.
- No me apetece. Comeré mas tarde.- Asiente.-
- ¿Puedo sentarme un momento?- Me encogo de hombros. Que haga lo que le de la gana.- No lo has dicho enserio,¿verdad? Lo de marcharte.
- Es lo mejor para los dos. No podemos seguir así,Héctor. No nos deja avanzar. Tal vez, si yo me voy y dejamos de vernos...
- No me voy a olvidar de ti porque te vayas de la empresa.
- Eso no puedes saberlo.- Él me mira tenso y se pasa la mano por el pelo,es un gesto nervioso. Suele hacerlo cuando está nervioso o furioso.-
- No lo creo. No quiero que te vayas. Me gusta tu trabajo. Eres buena en lo que haces. Y... te prometo que no te voy a hablar más así. Intentaré separar el trabajo con...bueno,con esto. Pero no te vayas. Por favor.- Lo miro con una expresión más dulce. Parece arrepentido.-
- Ya veremos.- Nos miramos durante un rato. Más bien nos retamos con la mirada. Empiezo a notar esa electricidad,esa sensación y ese tirón en el vientre. Somos expertos en eso de transformar una discusión en sexo salvaje. Pero no,ahora no. Rompo el contacto visual y me acomodo en el sofá. Él se pone de pie. Se va hasta la puerta.-
- Que te mejores,Laura.- Y se va. Y me embarga de nuevo la sensación de perdida. Joder,¿hasta cuando va a durar esto? Maldigo una y otra vez el momento en que decidí venir a Madrid. ¿Pero que habría sido de mi? Seguiría encerrada,asustada y sin vida,de no ser por él. Lloro más que por pena por rabia. Hasta que me quedo sumida en un sueño profundo. Sueño con sábanas rojas de seda, con cuerdas y antifaces. Noto que alguien me observa y me despierto de golpe asustada.-
- Tranquila, tranquila soy yo.- ¿Héctor?
- ¿Qué haces aquí? ¿como has entrado?
- Me llevé tus llaves,que dejaste en la entrada. He venido a traerte comida,para asegurarme de que comes. ¿Como te encuentras?
- Eh...bien. Bueno,mejor. Pensaba ir a la oficina por la tarde.
- No. Mejor mañana si te encuentras bien.- Se va a la cocina y sirve comida en dos platos. Huele de maravilla. Es comida china. Inevitablemente esto me recuerda a la primera vez que Héctor vino al apartamento. Sonrío sin querer.- ¿Porqué sonríes?
- ¿No te recuerda esto a algo?.- Él me mira pensativo y esboza una media sonrisa,me encanta cuando sonríe así. Parece tan joven y desenfadado.-
- Sí. Ha llovido mucho desde entonces...
- Sí. Parece que hiciera un siglo.- Él viene hacia el sofá y deja en la mesa dos platos humeantes. Mis tripas rugen. Vuelve con una botella de vino blanco. Y nos sirve en las copas,bebo un sorbito y es tan refrescante,es ese vino que tanto me gusta. Es exquisito. Comemos en silencio y devoro mi plato,estoy hambrienta. Héctor me mira maravillado. Se que es por que he comido mucho y sin rechistar. Él termina y se levanta para llevar los platos al fregadero. Se da la vuelta y lo observo. Sí,sin duda se le nota las horas de gimnasio. Su espalda es ancha y ahora se ve mas fuerte y definida,sus caderas se ven mas fuertes. Y sus brazos,uff sus brazos... madre mía ya estoy excitada solo con mirarlo. ¿Esto no va a a cambiar nunca?.-
- ¿Y el postre?.- Él se vuelve y me mira.-
- Bueno,yo...No pensaba que... no he traído. Lo siento. Pero puedo ir a por algo.
- No. No pasa nada. Creo que me conformaré con lo que hay aquí.- Él me mira sin entenderme muy bien.- ¿Quieres ser mi postre?.- Él me mira sin saber que decir. Se que está dudando, yo me levanto y desabrocho mi falda,me la quito y mientras ando tranquila por el pasillo voy desabrochando mi blusa. Él va detrás de mi desabrochándose la camisa del traje. Abro la puerta de mi dormitorio,me desnudo totalmente ante su atenta mirada y él hace lo mismo. Estamos los dos desnudos,mirándonos,jadeando excitados. Se acerca y me besa con pasión. Se sienta en la cama y me conduce, y yo me dejo deslizar dentro de él con cierta indecisión. Cierra los ojos y flexiona las caderas para encontrarse conmigo, y me colma, me dilata, y cuando exhala su boca dibuja una O perfecta. Oh, es una sensación tan agradable... poseerle y que me posea. Me coge las manos.- -Me gusta mucho sentirte.- Murmura. Yo me alzo de nuevo, embriagada por el poder que tengo sobre él, viendo cómo se descontrola debajo de mí. Me suelta las manos y me sujeta las caderas, y yo apoyo las manos en sus brazos. Me penetra bruscamente y me hace gritar.-
- Eso es, Laura, siénteme.- Dice con voz entrecortada. Yo echo la cabeza atrás y hago exactamente eso. Eso que él hace tan bien. Me muevo, acompasándome a su ritmo con perfecta simetría, ajena a cualquier pensamiento lógico. Solo soy sensación, perdida en el abismo de placer. Arriba y abajo... una y otra vez... Abro los ojos, bajo la vista hacia él con la respiración jadeante, y veo que me está mirando,¿con amor? ¿con pasión? ¿o es adoración? Él lanza un gemido, vuelve a cerrar los ojos y echa la cabeza hacia atrás. Oh,Dios... Ver a Héctor desatado basta para sellar mi destino, y alcanzo el clímax entre gritos, todo me da vueltas y, exhausta, me derrumbo sobre él.-
- Oh,cariño.- Gime cuando se abandona y,sin soltarme, se deja ir.- Vale. Otra vez. Lo hemos hecho otra vez. Y he sido yo la que lo ha provocado. Joder,Laura. Me levanto de la cama y busco mi bata de casa. Me envuelvo en ella y Héctor me mira tendido sobre la cama.-
- No podemos evitarlo. Aunque lo intentemos. Yo he pensado en marcharme. Pero he sido incapaz de hacerlo. No he podido más que seguir tus pasos hechizado.- Lo miro y cierro los ojos.-
- ¿Ves? Es mejor que me vaya...- Él se levanta,viene hacia a mí y me abraza. Yo respondo a su abrazo.-
- No serviría de nada. Te seguiría al fin del mundo si hiciera falta.- Héctor se viste y se va a la oficina otra vez. Yo salgo a despedirlo a la puerta.- ¿Nos veremos luego?.- Yo niego con la cabeza.-
- Es mejor que no.- Asiente un poco triste,me roza la cara con sus nudillos suavemente y se marcha. Cierro la puerta y otra vez me siento culpable. Lloro y maldigo el deseo que Héctor despierta en mí. Marta y Rober vuelven pronto a casa,Rober a puesto al día a Marta de lo que me ha pasado en la oficina. Está preocupada por mi y no para de regañarme y refunfuñar por no ir al hospital. Rober se marcha después de darse una ducha. Cada vez pasa menos tiempo en casa. Marta prepara café mientras me habla muy seria.-
- ¿Qué te ha pasado,Lauri?
- Nada. Simplemente me he desmayado.
- ¿Y porqué?
- No lo se.- Me mira excéptica.- Héctor y yo discutíamos.
- Vaya,que novedad...
- Le he dicho que me iba a marchar de la empresa.
- ¿Te vas?.- Me mira sorprendida.-
- No se que hacer Marta. Discutimos,discutimos...y siempre terminamos igual.- Me mira espetando a que termine la frase.- Discusion,polvo,discusión polvo.-
- ¿Tú le quieres?
- Sí. Creo que sí.
- Y si ya sabes que él no tuvo nada que ver con lo que Sebas dijo...¿qué problema hay?
- No confío en él. Tengo miedo de que rompamos otra vez y volver a sufrir.
- ¿Pero acaso no os estáis haciendo mas daño así?.- Lo pienso un momento,quizás tenga razón.- ¿Él te quiere?
- Él dice que sí. ¿Sabes que me ha dicho cuando he dicho que era mejor marcharme para poner distancia?.- Niega con la cabeza.- Que no serviría de nada,que me seguiría al fin del mundo si hiciera falta.
- Eso es muy bonito,Lauri. Él también te quiere. Os merecéis otra oportunidad. Los dos os la merecéis.
- No se. Quizás tengas razón. Lo pensaré. Gracias,cariño. Me voy al dormitorio, me ducho rápido,me pongo un vaquero y una camiseta negra,con bastante escote y voy hacia la puerta. Le abro a Marcos.-
- Hola,Marcos. Adiós,Marcos.- Les dejo intimidad y salgo. Es increíble como me ha cambiado el humor de un momento a otro. Ando por la calle feliz,el aire frío me sopla en la cara y lo agradezco. Voy hacia el apartamento de Héctor,dispuesta a un segundo asalto. El portal está abierto y decido darle la sorpresa. Subo en el ascensor y toco al timbre. Una vez. Dos. Tres. Vale,no está. Joder. Saco el móvil del bolso y marco su número. Se oye música y ruido. Está en un pub o algo así.-
- ¿Héctor?
- ¿Sí?.- Casi no lo oigo.-
- Soy Laura. ¿Donde estás?
- Eh...en un pub.- En ese momento se cuela en el teléfono una voz femenina diciendo una clase de cochinadas que no pienso repetir. La furia crece en mi interior. Si lo tuviera delante seguramente lo abofetearía.-
- Ya veo que estás ocupado. Adiós.
- No. Laura,espera. Estoy...- Colgué. Y me volví a montar en el ascensor. Siento rabia,pero no tengo por qué. No estoy con él. No me debe fidelidad. Fuí yo la que no quiso volver con él cuando me lo pidió. Decido volver a casa. Cuando llego Marta y Marcos están en plena discusión. Yo sigilosamente me escabullí a mi cuarto,me desnudé y me metí en la cama. Mi móvil sonó varias veces,es Héctor. Pero no tengo ganas de hablar con él. Lo apago y me duermo enseguida...

Secretos Del Pasado 2   CómplacemeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora