Miedo

1.6K 109 0
                                    

Siento calor. Mucha calor. Es por que Héctor está enroscado en mi cuerpo como una hiedra. Se ve tan sereno y tranquilo...es tan increíblemente guapo y deseable...y quiere casarse conmigo. Vaya. Tendré que pensar sobre eso. Miro al techo e intento imaginarme como la señora de Ruiz. No puedo. Es tan complicado...somos tan diferentes...yo lo quiero y él me quiere,al menos eso dice. Pero y si...¿Nos precipitamos? ¿Y si sale mal? (Puede salir mal sin que te cases) me dice mi subsconciente...y tiene razón. ¿Acaso no es un riesgo en toda relación? ¿No se separan matrimonios a pesar de llevar veinte años casados?
- No,por favor. No. Me matarás. No te vayas. Por favor. Haré lo que sea. ¡No,no,no!.- Héctor me saca de mis cavilaciones,tiene una pesadilla. Lo cogo de los hombros y lo zarandeo.-
- Héctor,soy yo. Laura, despierta. Despierta,estás en casa.- El abre mucho los ojos,está bañado en sudor. Está asustado.- ¿Te encuentras bien,amor?.- Me mira horrorizado y respira con dificultad. Mi pobre niño asustado. Lo abrazo fuerte junto a mi.- Tranquilo,yo estoy aquí. Estoy aquí.- Él me abraza tan fuerte que siento un dolor sordo en el abdomen.- Auh,no tan fuerte cariño.- Se despega de mi y me mira y sonríe.-
- Lo siento.
- ¿Qué soñabas?.- Él me mira muy serio, y por un momento creo que no me lo va a contar.-
- Muchas cosas. Creo que he soñado con mi madre.
- ¿Con tu madre?
- Biológica.
- ¿Ah, sí? Pero...no la recuerdas.
- Creo que era ella. Una mujer menuda. Morena con el pelo largo. Estaba sentada en un sofá. Viejo y raído. Y yo le pasaba el cepillo una y otra vez. Ella reía y cantaba una canción infántil. No recuerdo cual era...- Oh. Vaya.- Luego he soñado contigo.- Su gesto se endurece y aprieta con fuerza la mandíbula.-
- ¿Conmigo?.- Asiente. Está dudando si contármelo o no.-
- Te marchabas. Yo te imploraba que no te fueras,pero...me abandonabas.- Parece triste y decaído. Oh, mi pobre Héctor. Ahora lo entiendo,el miedo a que lo abandone es por su madre biológica. Ella lo abandonó. Y cree que yo también lo haré.-
- Nunca me iré. Nunca te abandonaré.- Él me mira cauto con sus ojos azules grandes y vidriosos.-
- Lo harás.
- Nunca.
- ¿Has pensado una respuesta?
- No. Todavía no.- Asiente y se levanta de la cama. Siento un poco de pena,debe ser duro saber que te abandonaron. Se mete en el cuarto de baño y yo voy a la cocina a preparar café. Héctor entra y ni rastro queda del hombre abatido de hace diez minutos. Con su traje negro,camisa blanca y corbata también negra. Es un hombre brillante,a conseguido tantas cosas... Le sonrío y le paso una taza de café. Nos sentamos en la cocina. Él me mira inseguro. Yo le sonrío tímida. Me voy al dormitorio y me visto para ir a trabajar. Falda negra,blusa escotada gris. americana negra y zapatos de tacón también negros. Salgo cuando Héctor está metiendo las tazas en el lavavajillas. Me mira sorprendido y con brillo en los ojos.-
- Madre mía,estás...preciosa.
- Solo es ropa de trabajo.- Pongo los ojos en blanco y voy a por mi maletín.-
- ¿Nos vamos? No quisiera llegar tarde,mi jefe es un arrogante engreído.- Bromeo.-
- ¿Ah,sí? Deberías casarte con él...- Y ahí está otra vez. ¿No se cansa,nunca? Bajamos en el ascensor en silencio,me da la mano y me besa los nudillos. Víctor conduce hasta la oficina.-
- Señor,¿cuando podría entrevistar a mi compañero?
- Dígale que venga esta noche. Sobre las nueve. Yo te avisaré.
- Bien,gracias señor.
- Adiós,Víctor.
- Adiós,señorita. Que tenga un buen día.- Bajamos del coche y Víctor se va a buscar aparcamiento. Héctor y yo entramos en la oficina.-
- A Víctor también le gusta tu ropa de trabajo....- Lo miro y ladeo la cabeza. ¿Adonde quiere llegar?.-
- ¿Qué has querido decir con eso?.- Subimos al ascensor y presiono el botón.-
- Que quizás...es demasiado para ir a trabajar.
- ¿Como?
- Demasiado provocativo.
- ¿Demasiado provocativo?.- Me hecho un vistazo. La falda es por encima de la rodilla. Vale,la blusa tiene escote, bastante escote...pero...-
- No es demasiado provocativo,para mi punto de vista.
- Oh, señorita,tenemos puntos de vista diferentes...- Estoy a punto de soltarle una fresca,pero las puertas se abren. Tienes suerte,Héctor... Andamos juntos hasta mi mesa. Me besa los nudillos y me susurra al oído.- Deberías abrocharte al menos dos o tres botones de esa blusa.- Me mira risueño y se va hacia su despacho. Lo dicho, mi jefe,arrogante y engreído. Me quito la chaqueta y suelto el bolso y enciendo el ordenador. En cuanto empiezo a trabajar,me doy cuenta de cuanto lo hechaba de menos. Me concentro enseguida y empiezo a teclear sin parar. Mi móvil vibra. Un mensaje. ¿De Héctor?
*Esos botones siguen abiertos.* Oh,que exasperante. Miro hacia su despacho y como tiene la puerta abierta lo veo trabajando,como si no pasara nada.
*Y así seguirán,señor. Sí tiene alguna queja,hágala formal en recursos humanos.*. Lo veo sacarse el móvil del bolsillo.
* Es usted muy grosera,señorita. No se le habla así al jefe de uno.*
* Eso es por que mi jefe es un arrogante engreído.*
* Ya te daré yo arrogante,ya...*. Se me ocurre...
* Mira.*. Espero impaciente a que me mire,y cuando lo hace,subo las manos hasta los botones de la blusa y me abro dos más. Mis pechos quedan expuestos a la vista,incluso se me ve un poco de sujetador. Por suerte es uno monísimo,negro con encaje. Héctor me fulmina con la mirada. Vaya,no era la reacción que esperaba.
* Ven a mi despacho.*
* Estoy trabajando. Y usted,me está distrayendo.* Suelto el móvil en la mesa y lo miro. Me mira furioso,se levanta y se queda mirándome desde la puerta.-
- Laura,ven a mi despacho un momento.- Me levanto y voy hasta la puerta. La cierra detrás de mi.-
- Tú dirás...
- ¿Me estás provocando?
- ¿Yo? No...- Fingo ser una buena chica. Y le sonrío tímida. Él me mira divertido y mira hacia mi escote.-
- Pues yo diría que sí. Y lo ha conseguido.- Se abalanza sobre mí y me besa. Con una mano tira del pelo hacia abajo y besa el cuello. Su otra mano me acaricia los pechos demasiado expuestos. Yo le respondo al beso de inmediato. Oh, ¿siempre será así? Me lame y me muerde y me empuja hacía adelante,hasta que mi culo choca contra su mesa. Él jadea excitado y yo no soy capaz de frenarlo. Yo también lo deseo. Aquí,ahora. Oh,sí que quiero.-
- Héctor... el pestillo. No lo has hechado.- Le digo nerviosa contra su boca. Él se retira y va hacia la puerta. Hecha el pestillo y me mira con sus ojos muy abiertos, salvajes de una emoción que desconozco. Vuelve a besarme con rabia y con pasión. Me sube la falda hasta la cintura. Me acaricia el muslo,justo por donde terminan las medias.-
- Eres tan deseable...tan erótica...- Yo gimo bajito y le enrosco las piernas en la cintura. Arquea las caderas y siento su erección.- No puedo evitar el deseo que siento por tí.
- No lo hagas. No lo evites.- Estoy muy necesitada.-
- Quizá debería.- Me mira serio,arqueando otra vez las caderas.- Oh,Dios como lo deseo.-
- No,no creo.
- Deberíamos abstenernos,hasta que tengas una respuesta.- No habla en serio. ¿oh,sí? No me puedo creer que intente chantajearme.-
- ¿Me estás chantajeando?.- Su expresión cambia,seguramente cuando ve mi cara.-
- Era un broma. Solo una broma.- Bueno, pues ya es tarde. Desenrosco mis piernas y me levanto de la mesa. Me bajo la falda,la coloco en su sitio. Lo miro y entrecierro los ojos.- Nena,no,yo...
- No intentes chantajearme con el sexo. Eso es muy mezquino.- Mi voz delata la furia que estoy conteniendo. Y él parece arrepentido.-
- Lo se. Perdóname,por favor.- Se acerca a mi y me abraza.- Lo siento,mucho.- Yo me deshago del abrazo y voy hacia la puerta.- Espera,no te vayas. Nena.- Me vuelvo y lo miro. Maldita sea,estoy dolida.- No me dejes así.- Miro su erección a punto de explotar en el pantalón. No, de eso nada.-
- Puedo y lo haré,señor Ruiz.- Y cierro con un portazo. Vuelvo a mi mesa. Maldita sea, ¿quién se ha creído? Intento concentrarme en el trabajo,pero es difícil. Se que lo tengo justo en frente de mí,y me siento frustrada,por no haber acabado lo que habíamos empezado. Me siento tentada de ir al baño,pero se lo que pasaría si voy y me niego. No. De pronto una voz familiar me llama.-
- Hola preciosa.- Oh,es Daniel. Pensaba que estaría ya en Londres.-
- Hola Daniel. Te hacía ya por Londres,que sorpresa.
- Bueno, esos eran los planes,pero he tenido unos asuntos que resolver.- Me besa en la mejilla.- Estás estupenda. ¿Qué tal la herida de tu abdomen?
- Muy bien,cicatrizando. ¿Quieres algo?
- Pues sí. Venía a discutir algo con Héctor.
- Ah, claro. Ven. Espera.- Llamo a la puerta y asomo la cabeza. Héctor me sonríe con su media sonrisa de playboy.- Daniel está aquí. Quiere verte.- Su gesto cambia a la seriedad más absoluta.-
- Que pase.- Yo hago pasar a Daniel. Y entro con él.-
- ¿Un café,Daniel?.- Héctor me fulmina con la mirada.-
- No. Gracias,preciosa.
- Bien.- Me vuelvo y Daniel me para.- No,quédate. Es de trabajo.- Miro a Héctor y él asiente y me señala la silla al lado de Daniel,para que me siente.-
- Pues tu dirás,Daniel. ¿En qué podemos ayudarte?
- Me están presionando mucho. Necesito que la campaña esté lista en menos de un mes.
- Eso es muy poco tiempo,Daniel.- Interrumpo.-
- Lo se preciosa. Pero creo que solo puedo daros mes y medio a lo máximo.
- Firmamos un contrato,Daniel.
- Lo se. Por eso os lo pido como un favor personal. Estoy seguro de que podéis hacerlo. Sois los mejores publicistas. Podéis hacerlo.- Yo miro nerviosa a Héctor.-
- Bueno,podemos intentarlo. Pero no te prometo nada.- En ese momento suena el fax de Héctor,que está al lado de Daniel. Mira al oír el ruído y observa la fotografía. Héctor se levanta apresurado a cogerla,es la pelirroja. La foto del vídeo de seguridad. Daniel mira a Héctor con una mirada de horror.-
- No deberías mezclarte con esa gente,y mucho menos a Laura.
- ¿Como? Héctor lo fulmina con la mirada.- ¿A qué te refieres?.- Él le señala con la cabeza la fotografía.- ¿Acaso sabes quien es la mujer de la foto?
- Por supuesto. Lleva una peluca,pero estoy seguro de quien es.
- ¿Quién?.- Daniel frunce el ceño y me mira.- Es Amanda.
- ¿Amanda?.- Héctor mira la fotografía.- ¿Tu crees?
- Seguro.
- ¿Amanda la sumisa de Sebas?.- Mierda,mi voz ha delatado el miedo y la angustia que eso me produce.-
- Sí,Laura. Estoy seguro. ¿Porqué? ¿Qué pasa?
- Ayer dejaron una foto para Héctor en su mesa,la cámara de seguridad la grabó entrando en el despacho.- Él abre mucho los ojos.-
- Una foto en la que tú, estás besando a MI...novia.
- ¿Ah,sí? ¿Porqué acaso nos espía?
- Eso parece.
- La culpa es tuya. Por ir a verla a Londres.
- Eso no es asunto tuyo.- Héctor está nervioso,le contesta exasperado.-
- Si pones a Laura en peligro si es asunto mio.
- Pero,¿quién te crees que eres? ¿su salvador?
- Al menos no la pongo en peligro gratuitamente como tú.- Esto se pone feo. Se retan con la mirada. Parece que se estén matando el uno al otro.-
- Eso ha sido un golpe bajo.
- Pero cierto.
- Basta. Vale,ya vale los dos. No soy ninguna cría,nadie tiene que salvarme de nada. Lo importante es que ya sabemos quien es. ¿Habéis terminado ya?- Héctor me mira desde su silla.-
- Sí.- Daniel se levanta de la silla y le hecha una mirada furibunda a Héctor.-
- Vamos, te acompaño Daniel.- Salimos del despacho de Héctor y andamos hasta el ascensor.-
- Laura,esto no me gusta nada. Estás en peligro.
- Daniel,tranquilo. No estoy en peligro.
- Sí que lo estás.
- ¿En qué te basas?
- Un pálpito. Y que esa gente con la que trata Amanda es tan peligrosa como ella y Sebas.- No puedo evitar sentir un escalofrío. Le llamo al ascensor y esperamos juntos.- Ten cuidado. Estaré un par de días más,podríamos salir a cenar una noche. Llámame si me necesitas.
- Gracias. Ya hablamos.
- Lo digo en serio,Laura. Lo que necesites.- Asiento y él me besa la mejilla antes de montarse en el ascensor. Lo miro hasta que se cierran las puertas. Me vuelvo y me parece ver a Héctor mirando en la puerta. Madre mía. ¿Qué quiere esa mujer? ¿Será que es tan peligrosa como Daniel afirma? La cabeza me da vueltas. Voy al despacho de Héctor y toco suavemente con los nudillos. Abro y entro. Me quedo detrás de la puerta. Él me mira cansado,agobiado y nervioso. Yo estoy terriblemente asustada.-
- ¿Estás bien? Estás muy pálida...
- Tengo miedo,Héctor.
- Oh,nena...- Se levanta de la silla y viene hacia a mi. Me abraza fuerte y yo sollozo en su pecho.- Lo siento,lo siento mucho. Todo es culpa mía,Daniel,tu primo...tienen razón. No hago más que ponerte en peligro.
- No resucitemos esa discusión otra vez,ahora no.- Me aprieta fuerte junto a él.-
- Vale. Tranquila. Ven. Sientate aquí,en mi regazo. Déjame abrazarte un rato más.- Él anda hacia su silla conmigo abrazada a él,se sienta y me sienta con él. Yo subo las piernas y dejo que me acurruque contra su pecho. Me abraza y me besa el pelo,la frente...-
- Daniel dice que es peligrosa.
- No lo sabemos,pero no me extrañaría.
- ¿Le estará ayudando a...?
- Puede ser. Esta tarde se lo contaré a el comisario.- Asiento. Lo había olvidado,los resultados...- ¿Estás bien? ¿Quieres irte a casa?
- No. No. Estoy bien.- Me incorporo y me limpio las lágrimas con los dedos.-
- Le gustas.
- ¿A quién?
- A Daniel.
- Oh,Héctor... es solo un amigo. Se preocupa por mí. Solo eso.
- Quiere lo que es mío.- Yo pongo los ojos en blanco y él sonríe.- ¿Mejor?
- Sí. Voy a... seguir,esto...trabajando.
- Es la hora de comer,márchate si quieres.
- ¿Y tú?.- ¿No vamos juntos?.-
- ¿No ibas a ir con tu primo y Marta?
- Sí,pero contaba con que vinieras tú también...
- No quiero molestar.
- No molestas.
- ¿Y tu primo?
- Tendrá que aceptarlo.- Se levanta y se pone la chaqueta.-
- En ese caso...vamos.- Héctor y yo bajamos a recepción,ya nos están esperando Marta y Rober. Rober frunce el ceño ligeramente,pero no dice nada. Marta me abraza muy fuerte,me hace daño.-
- Tranquila,Marta. Me estás ahogando.
- Lo siento.- Sonríe avergonzada. Vamos al bar de siempre. Al principio es un poco incómodo. Pero cuando empezamos a charlar y a comer el ambiente se relaja. Incluso hablan entre ellos,de un fichaje nuevo de su equipo,porque aunque parezca mentira,mi primo sevillano,es del Real Madrid. Eso sí, el Sevilla ni mentarlo...Sonrío al ver que son capaces de hablar sin sacarse los ojos. Me tranquiliza,Marta me observa y me guiña el ojo. Volvemos con el café en la mano,me despido de Marta primero,y luego de mi primo. Él aprobecha para susurrarme.-
- No ha sido tan malo,como creía.- Yo le sonrío agradecida,Marta le da dos besos a Héctor y él le tiende la mano a mi primo. Él duda,pero se la tiende con fuerza y firmeza. Madre mía,no me había dado cuenta de que estaba aguantando la respiración. Por poco si me ahogo. En el ascensor miro a Héctor.-
- No ha ido tan mal,¿No?
- Bueno,no nos hemos sacado los ojos...- Sonrío por que es lo mismo que yo he pensado y él me mira con esa mirada suya...-
- Oh,no. Ni se te ocurra,sigo enfadada.
- ¿Cuanto del uno al diez?
- Once.
- Vaya, ¿tanto?.- Asiento. Él me acaricia el rostro con los nudillos.- Lo siento. No era mi intención herirte. Ha sido una broma de mal gusto.
- Sí que lo ha sido.
- Lo se y lo entiendo. Pero tengo tantas ganas de hacerte mi mujer,mi esposa,mi amante...
- ¿Es tan importante para tí?
- Nada me haría más feliz,nena.- Vaya por Dios. Si que tarda en subir el ascensor,joder.-
- Lo consideraré,Héctor. Te daré pronto una respuesta.- Asiente y por fin se abren las malditas puertas. Ni que decir tiene que no pude concentrarme el resto de la tarde. ¿Casarme? ¿Porqué es tan importante para él? Pero lo es,me lo ha dicho. Es una locura. Es demasiado pronto. Aunque nos queramos,es muy precipitado. Maldita sea...¿puedo hacerle feliz? ¿Puedo hacerlo? Quiero hacerle feliz,claro que sí. La tarde se me hace larga y angustiosa. A las seis sale Héctor de su despacho.-
- ¿Estás lista?
- Eh...sí. Apago el ordenador y nos vamos.
- Bien.- Apago el ordenador cogo mi bolso y la americana y me la pongo. Hace buen tiempo,pero por las tardes aun refresca. Noto un bulto en el bolsillo. ¿Qué es esto? Meto la mano y saco una cajita de plástico verde. ¿Quién ha metido esto en mi bolsillo? ¿La abro o no? La abro,la abro...me siento y miro hacia el despacho,Héctor está al teléfono y me hace un gesto con la mano para que espere. Yo destapo la cajita,hay una foto doblada y un anillo. Es un anillo peculiar. Es como un sello,parece de hombre. Es ancho y pesa bastante. ¿Será bueno? Parece bueno,de oro. Debe valer una fortuna. Desdoblo la foto y veo una vez más a la mujer de la otra foto. ¿Quién es? En esta foto se ve embarazada,de unos cuatro o cinco meses,a juzgar por la barriga hinchada,que refleja la fotografía,le doy la vuelta. ( Solo quiero hacer justicia,necesito tu ayuda Laura,solo tú me puedes ayudar.) Mierda,sea quien sea me conoce y sabe mi nombre. ¿Quién es esta mujer morena? ¿Qué tiene que ver conmigo? Héctor suelta el teléfono y yo meto la caja en el bolso. No le voy a decir nada,no quiero preocuparlo más,ya bastante tiene con todo lo que está pasando.- ¿Lista?
- Sí,vamonos.- Vamos en silencio todo el trayecto a comisaría. Héctor pone al comisario al día de todo lo que ha ocurrido, las fotografías que hemos recibido ambos,y le tiende la foto de la grabación,donde se ve a la pelirroja. Supuestamente Amanda,según Daniel. El comisario no da crédito y coge las fotografías y nos asegura que van a investigarlo. Le aconseja a Héctor que refuerce la seguridad,y le ofrece una patrulla pero él la rechaza. Yo me siento fuera de lugar,estoy nerviosa y confundida.-
- Héctor,los resultados ya están en el laboratorio. Si eres tan amable...- Él asiente y seguimos al comisario hasta la puerta del laboratorio.-
- Comisario, ¿podría dejarnos un momento a Héctor y a mi?.- Héctor frunce el ceño ante mi petición. El comisario asiente.-
- Por supuesto,señorita. Entraré y los esperaré dentro.- Héctor me mira con los ojos muy abiertos,lleno de una emoción que desconozco.-
- ¿Qué ocurre,nena? ¿Estás bien?
- Sí,estoy bien. Es solo que...ya tengo una respuesta.
- ¿Una respuesta? ¿Ahora?.- Asiento.-
- Te quiero,Héctor. Ya lo sabes...
- Pero...
- No hay peros.
- ¿No?.- Parece sorprendido.-
- No. Te quiero y quiero que sepas que no me importa lo que ponga en ese papel. Por eso... Sí,acepto casarme contigo.- Sonríe y parece feliz. Me abraza y me coge en volandas,vitoreando y carcajeándose. Parece tan joven y desenfadado. Me baja y yo sonrío contagiada con su entusiasmo. Me besa en los labios con ternura y me susurra en mi boca.-
- Me acabas de hacer el hombre más feliz del mundo,Laura.
- Debo decir que me asusta este cambio...pero me agrada verte contento.
- Mucho más que eso,nena. Estoy...extasiado.- Sonrío y sonríe y el comisario abre la puerta.-
- Disculpen, cuando acaben pueden pasar.- Entramos los dos con una sonrisa de oreja a oreja. La señorita tetas de goma sonríe al ver a Héctor.-
- Hombre,señor Ruiz,nos vemos otra vez...
- Eso parece. Tengo un poco de prisa...
- Oh, sí. Disculpe, ¿quiere saberlo ya,o se llevará los resultados?.- Héctor me mira nervioso.-
- Lo que tu prefieras,cariño.- Señorita tetas de goma se pone roja como un tomate,me parece ver sonreír al comisario,Héctor me coge la mano y me la aprieta fuerte. Yo le dedico una sonrisa.-
- Aquí entonces...
- Bien,señor.- Tetas de goma coge un sobre y lo abre. Lee demasiado lento,para mi gusto,¿lo está haciendo a posta? Mierda,me sudan las manos...-
- ¿Y bien?.- Héctor también está nervioso. La mujer le mira,le sonríe y le hace ojitos. Oh,por favor... me está picando la palma de la mano...-
- Es positivo,señor Ruiz. El señor Sebastián y usted son hermanos.- Trago saliva y miro a Héctor. Tiene la mandíbula tensa,me aprieta la mano más aun,me duele pero no digo nada. Intento absorber el dolor. La otra mano la tiene cerrada con el puño. Traga saliva,una o dos veces.-
- Héctor...- Baja la mirada,me mira con expresión horrorizada. Oh,no. Héctor,no. Hace un momento estaba encantado,sonriendo y feliz y ahora parece acabado. Mi pobre Héctor...-
- Ahora,no Laura.- Me suelta la mano. Bien. Vale,no pasa nada. Dale tiempo. Necesita hacerse a la idea.-
- Héctor, ¿Estás bien?.- El comisario lo mira con los ojos muy abiertos. Luego me mira a mi y se encoge de hombros.-
- Tenemos que irnos. Ya...avíseme si...
- Tranquilo,si hay algo nuevo te lo haré saber enseguida.- Asiente. Vuelve a cogerme de la mano y tira de mi. Me lleva casi a la carrera,toda la comisaría nos está mirando. Vaya espectáculo... Cuando estamos en la calle me suelta. Me mira fríamente.-
- Vete a casa,Laura.
- ¿Y tú?
- Yo...tengo que hacer unas cosas.
- ¿Qué cosas? ¿Donde vas?
- ¿Puedes hacer lo que te digo una puta vez,Laura?
- Se que es duro para tí,pero no pasa nada cariño. Vamos a casa,hablemos allí.
- ¡Te he dicho que no!.- Miro a Víctor que nos mira con el ceño fruncido.-
- No me grites, por favor.
- ¡Súbete al puto coche ya,Laura!.- Está furioso. No entiendo por que la toma conmigo. ¿Qué he hecho? Tengo los ojos vidriosos y se me están empezando a llenar de lágrimas,me doy la vuelta sin mirarle y Víctor me abre la puerta. Héctor se acerca a él,le dice algo y Víctor se monta y arranca. Conforme el coche se aleja me dejo llevar y lloro. Me tapo la cara con las manos y sollozo como si no me viera nadie. Soy consciente de que Víctor me mira un par de veces por el espejo retrovisor,con cara de lástima. Creo ver como niega con la cabeza. Ya en el parking me bajo antes de que él me abra la puerta. Subimos juntos en el ascensor. En el rellano,salgo con las llaves en la mano,dispuesta a esconderme cuanto antes. Pero me freno de golpe, al ver la puerta entreabierta. Víctor me hecha hacia atrás,y me susurra.-
- No se mueva de aquí. Si ve algo raro,cualquier ruido o lo que sea,márchese.- Me da las llaves del coche,saca su pistola de la cartuchera y abre la puerta muy despacio para no hacer ruido. Madre mía,estoy paralizada. Me tiemblan las piernas,parecen de gelatina... Quiero entrar,y ver que pasa,pero intento no desobedecer a Víctor. Oigo un fuerte ruido,como platos y vasos rompiéndose. Mierda. Hecho a correr hasta el ascensor. Bajo al parking y corro hasta el coche. Alguien me sigue pero no se quien es. Me encierro y hecho los seguros. Estoy tan nerviosa que no puedo meter la llave en la cerradura. Entonces oigo un estruendo y la ventanilla se hace añicos.
Siete años. Siete malditos años sin verle la cara a ese hijo de puta...y tiene que ser justo hoy. Me he quedado petrificada,en estado de shock. Totalmente paralizada. Mete la mano por la ventanilla y abre el seguro. Me coge del brazo y me saca. Me tira en el suelo y me da una patada en la barriga. Yo chillo fuerte. Me agarra del pelo y me dice algo,muy bajito. No llego a oírlo. Algo así como eres mi putita. Me da una bofetada y yo caigo al duro y frío cemento. De pronto oigo un petardeo,es Víctor,disparando. Sebas corre fuera del parking,yo lo veo todo tendida en el suelo,Víctor va tras él con el arma, ya fuera oigo unos disparos más. Dos o tres más. Joder,no puedo moverme. Estoy entumecida por el miedo. Veo a Víctor correr hasta mí.-
- ¿Está bien,señorita Laura? ¿Está herida? Déjeme que la ayude a levantarse.- Me recoge del suelo y me pone en pie. Yo miro aterrada el labio,tiene un golpe y un poco de sangre en la comisura del labio. Veo el horror en sus ojos,y no entiendo por que,hasta que me miro y veo mi camisa manchada de sangre. Oh,mierda.-
- Estoy bien,no pasa nada.
- Está sangrando,señorita.
- Sí,ya. No es nada. ¿Y ahora? ¿Se ha escapado?
- Sí. Lo siento. Lo siento mucho.
- No pasa nada. ¿Has llamado a la policía?
- Aun no. Llamaré primero al señor Ruiz.
- Ya,entiendo. Cumples órdenes...
- Así es,señorita.- Coge el teléfono y marca.- Señor,el sudes ha estado en su apartamento. Necesito hablar con usted cuanto antes, llamaré a la policía. Espero sus órdenes,señor.- Y cuelga.-
- ¿Qué te ha dicho?
- Me ha salido el contestador,señorita. Pero no se preocupe. Voy a llamar a la policía. ¿Está bien? ¿Necesita algo?.- Sí,que acabe este maldito día,lo pienso pero no se lo digo. De un momento a otro el apartamento se llena de policías. Inspeccionan y ponen todo patas arriba. El comisario nos hace miles de preguntas a Víctor y a mi. Estoy tan cansada... Solo quiero irme a la cama y dormir por una semana. Cuando Víctor consigue que se marchen se acerca a mí que estoy sentada en una silla,de la mesa de la cocina,fumándome mi cuarto cigarro.-
- ¿Se encuentra bien,señorita?
- Sí. Gracias. Debería curarle el labio...
- No se preocupe,puedo hacerlo yo.
- En el baño hay un botiquín,voy a por él.
- No se moleste. Con su permiso.- Asiento. Y lo veo entrar al cuarto de baño. ¿Donde estás Héctor? Me hace tanta falta en este momento, estoy tan asustada...Víctor vuelve y me sonríe.- Ya está. Gracias. Debería dormir,señorita. Es tarde.
- ¿Sabes algo de Héctor?
- No,señorita. Aun no.- Asiento y me levanto.-
- ¿Te importaría quedarte dentro del apartamento? Me sentiría más segura...
- Por supuesto. No me moveré de aquí,tiene mi palabra.
- Gracias.- Voy hacia el dormitorio y entro. Me hecho en la cama,me hago un ovillo e increíblemente,me duermo...


Secretos Del Pasado 2   CómplacemeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora