Ataduras

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Me despierto antes de que me suene el despertador. Me ducho y me visto. Voy a la cocina a desayunar y Marta ya está vestida y a punto de irse.-
- ¿Ya te vas?
- Sí,tengo una reunión a primera hora.
- ¿Estás bien?
- Sí. Nos vemos luego.- Marta me preocupa,dice que está bien pero no, no lo está. Ayer la oí discutir con Marcos,pero evita contarme nada. No es que sea chismosa,pero yo le doy la plasta con mis problemas y me gustaría que ella confiara en mí como yo en ella,no la voy agobiar,dejaré que sea ella la que venga a mi cuando me necesite. Siento unos labios besarme la coronilla.-
- ¿Como estás primita?
¿mejor?
- Sí. Gracias. ¿Y tú?
- ¿Yo? Bien.- Se hecha café y yo lo observo,se que no está bien. Pero parece que nadie confía en mi.- ¿Tú sabes lo que le pasa a Marta?.- Niega con la cabeza.-
- No. ¿Por?
- No se, la veo... rara. Pero ella dice que no le pasa nada.
- Pues no le pasará nada. O a lo mejor le pasa algo y no está preparada para contártelo.
- Sí. Puede ser. ¿Vamos juntos?
- Sí. Vamos.- De un trago se bebe el resto de café y nos vamos. Rober se empeña en acompañarme a mi mesa. Me da un beso en la mejilla y se va por el pasillo hacia los ascensores. En ese momento llega Héctor y se miran,mi primo lo mira como si quisiera descuartizarlo,Héctor frunce el ceño y yo me pongo a trabajar e intento pasar desapercibida,no lo consigo,obviamente.-
- Buenos días Laura.
- Buenos días.
- Anoche te llamé varias veces.- Asiento y lo miro pero no contesto.- ¿Estás mejor?
- Perfectamente. Gracias.- Él me mira. Sabe que estoy enfadada.- Laura, escucha,no es lo que tu crees.
- Yo no creo nada,Héctor.
- No estaba de fiesta. Estaba...
- No es asunto mio. No me debes fidelidad,ni lealtad, ni tienes por que darme explicaciones. Lo que hagas con tu vida privada no es asunto mio.
- Pero estás enfadada...
- ¿Quieres que te muestre cuan enfadada estoy?.- Él arquea las cejas y no entiende nada. Yo me levanto de mi silla y voy a su despacho,él me sigue y cierra la puerta. Yo echo el pestillo y lo miro a los ojos. Él me mira esperando a que hable. Voy hacia su mesa. Me subo la falda y bajo mis braguitas con suma lentitud. Después desabrocho los tres primeros botones de mi camisa y sus ojos se oscurecen. Me subo a su mesa y me siento. Desde aquí ya puedo ver su abultado pantalón. Yo me siento afrodita y abro las piernas,las pongo cada una en una silla de las dos que hay en el despacho. Sin duda está admirando las vistas,jadeando y excitado.-
- ¿Solo somos esto? ¿Solo sexo?.- Yo no contesto. Solo me paso la lengua por los labios. Y él no puede soportarlo más. Se acerca a mí negando con la cabeza mientras se desabrocha el cinturón y se baja la cremallera. Cuando llega a mi deja caer sus pantalones hasta los tobillos y me penetra fuerte,con rabia. Dios... como lo necesitaba. Me besa y me muerde,y me aprieta uno de mis pechos con tanta fuerza que me duele y eso me excita aun más.
- Oh, sí... Héctor,más fuerte.
- Chsss.- Creo que voy a explotar. Intento no gemir demasiado alto para que no nos oigan pero Héctor no cesa,me aprieta fuerte contra él. Me empuja en los hombros para que mi espalda descanse en la mesa y él se inclina sobre mis pechos y me los muerde.- Muérdeme más fuerte,Héctor. Hasta que me duela. Y aunque por un momento,él para por la sorpresa,finalmente me da lo que le pido. Me duele,pero me hace sentir viva. Me hace sentir bien. No lo entiendo. No se el por qué. Pero lo necesito. Siento convulsiones y le muerdo el hombro muy fuerte para callar el orgasmo que me arrolla y siento como si cayera por un precipicio. Hector me da dos sacudidas más y se derrama dentro de mí. Estamos exhaustos,respiramos con dificultad. Permanecemos quietos con nuestros cuerpos pegados durante un rato hasta que nuestra respiración se calma. Héctor sale de mí con cuidado y se sube los pantalones. Se los abrocha y yo me pongo mis bragas y bajo mi falda algo arrugada. Él va hacia la nevera y saca dos botellas de agua. Me da una. La abro y bebo,estoy sedienta. Me la bebo casi de un golpe.-
- ¿Qué estamos haciendo,Laura?
- ¿Tengo que explicártelo?
- No. Pero tú...estás cambiada. Ya van dos veces que me pides que te haga daño. ¿Porqué?.- Me encogo de hombros.-
- No se. Me gusta.- Él me mira horrorizado.- Son cosas del momento. No le des tantas vueltas. Me levanto y voy hacia la puerta.-
- Esto... ¿va a ser siempre así?.- Yo me vuelvo,le guiño un ojo y salgo. Me cuesta mucho concentrarme en el trabajo. Héctor tiene razón. Pero no lo puedo evitar. Salgo a comer con Rober,Marta pone de excusa que tiene mucho trabajo. Vamos al restaurante de siempre,pedimos de comer y Rober me mira.-
- Estás muy contenta,¿no? ¿A que se debe?.- Mis mejillas arden y él se ríe.- Vale no hace falta que digas nada,por tus mejillas rojas me lo puedo imaginar.- Ambos reímos. Y de repente él se pone muy serio.- ¿Con Ruiz? Dime que no.
- Eh...sí.
- Joder Laura. ¿Con ese capullo?.- Yo me siento como si volviera a tener quince años.-
- Rober,por favor.
- No Laura,¿se te olvida lo que te hizo ese cabrón?
- Claro que no. Pero...
- Tenía que haberle roto la cara el otro día.
- Rober escúchame. Sebas se lo inventó. Para separnos.
- ¿Lo sabes con seguridad?
- No.
- ¿Se te ha olvidado de quien es hermano?
- No.- Rober esta siendo duro conmigo. Se que se preocupa por mi,que intenta protegerme,pero tengo que aguantar las ganas de llorar. Él debe darse cuenta,por que su mirada cambia,deja de ser tan fría y me mira con dulcura.-
- Lo siento. Pero es que no quiero que te haga daño.
- No he vuelto con él.
- ¿Ah,no?
- No.
- ¿Entonces? ¿es solo sexo?.- Asiento con las mejillas ardiendo de nuevo.- Pero...
- Yo le quiero,Rober. Y él también.- Niega con la cabeza.-
- Pues no me sale llamarle primo,que quieres que te diga...
- Ya. Héctor me pidió volver en el viaje. Pero le dije que no.- Ahora parece sorprendido.-
- Acabas de decir...
- Sí. Ya lo se. Pero tengo miedo de volver a sufrir. De que volvamos a romper.
- Joder,Laura. No me puedo creer que yo te vaya a decir esto... No se puede hacer una tortilla,sin romper los huevos. No se puede vivir con miedo. Por mucho que me joda,que me jode,si él te hace feliz...- Le sonrío y agradezco su sinceridad. Es lo que más me gusta de mi primo.-
- ¿Y tu qué? ¿Alguna madrileña a que hayas enamorado ya?.- Sonríe.-
- Puede. Pero es complicado.
- ¿Otra casada?.- Digo sonriendo. Mi sonrisa se desvanece al ver el gesto serio de mi primo.- No. ¿Otra vez?.- Asiente.-
- Novio. Pero sí. Por eso es complicado.
- Joder...
- Sí,joder.- Parece triste y alicaído. Oh, mi primo el rompecorazones se ha enamorado.-
- Te gusta de verdad,¿no es cierto?
- Sí. Mucho. Creo que podría enamorarme.- Oh. Vaya oír decir eso al rompecorazones de mi primo me da que pensar. Debe de ser una chica especial. Para que él diga eso...-
- ¿Y que pasa? ¿ella no siente lo mismo?
- No lo se. A veces creo que sí. Pero...
- ¿Su novio lo sabe?
- No. Creo que no. Bueno, basta ya. No quiero hablar más de esto.
- Se te ve afectado. Tranquilo,dale tiempo. Las relaciones son complicadas,y cuando hay terceras personas más todavía.- Mi primo asiente y se que nuestra conversación ha terminado. Me ha contado demasiado,no lo juzgo pero parece tener fijación con mujeres casadas...Volvemos a la oficina en silencio,yo me agarro a su brazo y le doy un beso cariñoso en la mejilla cuando el ascensor para en mi planta.-
- Nos vemos luego.- Asiente. Me preocupa Rober. Nunca lo he visto así. Llego a mi mesa e intento concentrarme en el trabajo. Estoy trabajando con lo del bufete y me acuerdo de Daniel. ¿Como le irá? No he sabido nada de él,desde que estuvimos en Londres. Recuerdo cuando me llevó a cenar. Lo caballeroso que fue,lo guapo que es,obviamente...y su confesión de su estilo de vida. Me perturba desde que lo hablamos. Me atrae ese mundo oscuro y desconocido. Quiero probarlo,quiero conocerlo. Pero Héctor...¿Estaría dispuesto a conocerlo conmigo? En ese momento se abre su puerta y se acerca a mi mesa.-
- Laura,¿te importaría venir conmigo a una reunión?.- Yo lo miro embobada,es tan guapo,tan serio y elegante. Y sus ojos de hielo me siguen quemando como el primer día.-
- No. Por supuesto que iré.
¿De qué es la reunión?
- Unos japoneses pesados. Tranquila,no tienes que hacer nada. Solo acompañarme.
- Eh...vale. Bien.- A las seis nos reunimos con los japoneses. Duró casi dos horas,yo estaba a punto de morirme del aburrimiento. No tenía ni idea de lo que hablaban. Y ni siquiera participé. ¿Para que me ha traído Héctor aquí? Menudo coñazo. Por fin dieron la reunión por finalizada, estrecharon las manos y el japonés que parecía el jefazo,vino a despedirse también de mi.-
- Señora Ruiz,ha sido un placer conocerla.- ¿Señora Ruiz? le estrecho la mano y miro de reojo a Héctor que me mira nervioso. ¿Porqué ha dicho que soy su mujer? Salimos del enorme edificio y nos montamos en el coche. Nada más arrancar el motor,me vuelvo y lo miro.-
- ¿Señora Ruiz?
- Lo siento.- Pero sonríe.-
- ¿Algún motivo en especial?
- ¿Es que no sabes como sellan sus acuerdos los japoneses?
- Pues no.
- En...bares.
- Y no te apetecía.- Me mira con expresión dulce.-
- Les gusta ir de putas,Laura.- Oh. Vaya,con los japoneses.- El traerte y decir que eras mi esposa ha sido una escusa para no ir. El otro día cuando me llamastes...
- Estabas en un puticlub.
- Sí. Pero no hice nada. Te lo aseguro.- No se por qué,pero en el fondo se que es verdad. Vale,ahora estoy cachonda. No entiendo el por qué,pero estoy excitada,quizás sea por que verlo conducir... Le acaricio la rodilla y me mira.-
- No apartes la vista de la carretera.- Él mira al frente,concentrado en la carretera. Yo le acaricio el muslo y poco a poco voy subiendo. Noto en mis manos que el roce inocente le gusta. Noto crecer su erección en las yemas de mis dedos. Le desabrocho el cinturón y le bajo la cremallera. Vuelve a mirarme.-
- Laura.- Yo me quito el cinturón de seguridad.-
¿Qué haces? No, estate quieta,Laura.- Yo me arrodeo,saco su erección por encima del bóxer y del pantalón y hundo mi cabeza entre sus piernas. Le acaricio con la lengua,y me la meto en la boca,chupo fuerte,arriba y abajo una y otra vez.- Laura,no. Oh,mierda,Laura.- Él gime fuerte y jadea mientras yo chupo más y más fuerte. Siento como palpita en mi boca y me siento afrodita. Héctor da un volantazo y creo que cambia de rumbo. Se está haciendo de rogar,está aguantando el orgasmo para no correrse. Pero esto es la guerra,yo sigo y sigo para conseguir mi propósito. Pero paro y alzo la vista cuando para el coche. Es un parking, me cuesta darme cuenta de que es el parking del edificio de Héctor.- Baja del coche,Laura.
- ¿Qué hacemos aquí? ¿No me llevabas a casa?
- ¿Crees que puedes provocarme? Vamos.- Bajo del coche sonriente y nos montamos el ascensor. En cuanto pulsa el botón me empuja contra el acero frío del ascensor,me besa salvajamente y me mete mano. Me acaricia el trasero y me da un pequeño azote y yo estoy a punto de morir de placer.- Has sido muy mala,señora Ruiz. Podríamos a vernos matado. Pero me muero por sentir tu boca sobre mi cuerpo otra vez.- Lo dice jadeando con la respiración entre cortada, yo no puedo estar más excitada. Cada vez que me llama "señora Ruiz" tiemblo y siento ese tirón en el vientre,tan familiar.-
- Oh,Dios...
- ¿Te pone cachonda que te llame así,verdad?
- Sí.- El ascensor se abre y Héctor me saca de la mano. Abre la puerta y yo me echo encima de él,me coge en brazos,yo me agarro a su cintura con las piernas y le rodeo el cuello con los brazos,lo beso,me besa,nos mordemos y gemimos muy fuerte. Cierra la puerta de una patada y yo tiro al suelo el bolso y el abrigo. Me lleva hasta la mesa de la cocina y de un tirón y me arranca la camiseta y los botones saltan, entre nosotros. Me baja la falda y las bragas y me desabrocha el sujetador. Se hecha hacia atrás y me observa,veo en sus ojos la excitación de verme desnuda y jadeante por él. Se quita la chaqueta y se desabrocha los botones de la camisa, yo me bajo de la mesa y le quito la camisa. Le toco con mis manos el pecho,tan firme,tan fuerte...-
- Oh,Héctor...- Le quito el cinturón y lo pongo en la mesa,él se saca los zapatos y los calcetines y yo le bajo la cremallera y le bajo los pantalones,a la misma vez me quedo de rodillas y le bajo los bóxer. Aparece ante mi cara su erección,dura y firme y me la vuelvo a meter en la boca,él gime y arquea las caderas buscando mi boca. Chupo con fuerza otra vez y él gime fuerte.-
- Para,Laura. Para. No quiero correrme todavía.- Me agarra de los hombros y me vuelve a subir a la mesa. Me besa con pasión y me besa los pechos,me los lame y me los muerde. Me echa para atrás hasta que mi espalda descansa en la mesa,me acaricia las piernas y los muslos,y me abre la piernas. Oh,sí. Se lo que va hacer. Me besa el sexo,me lame y me muerde suavemente el clítoris. Yo gimo y jadeo,intento cerrar las piernas,pero no me deja. Me quema,me enloquece y me posee una y otra vez. Estoy al borde del orgasmo un par de veces. Pero se para y me sopla el sexo. Me está castigando.-
- Héctor,por favor.
- ¿Por favor qué,Laura? ¿Qué quieres?.- Yo gimo y no le contesto. Me muerde fuerte el muslo.- ¿Qué quieres?
- Quiero que me azotes con esto.- Le enseño su cinturón.- Y luego quiero que me poseas fuerte,rápido.- Él me mira serio. Se lo está pensando. Un brillo especial le pasa por los ojos, me baja de la mesa y me da la vuelta. Me hace poner los pechos y el vientre sobre la mesa. Lo va a hacer. Veo que coge el cinturón de la mesa. Yo estoy excitada y siento la humedad de mi sexo. Creo que pasa una eternidad hasta que siento el cinturón en mi trasero. Me duele bastante. Grito fuerte. Gimo. Lo vuelvo a sentir y gimo más fuerte aún. Siento como el cinturón de piel,se me clava a fuego en el trasero.-
- ¡Sí,Héctor! Más fuerte...- Me pega cuatro o cinco veces más. Pero ya no lo aguanto.- Fóllame,Héctor. Ahora.- Y él como si sólo estuviera ahí para complacerme,me penetra fuerte. El dolor se propaga por todo mi cuerpo. Un dolor fuerte,intenso y excitante. Él me penetra una y otra vez,oigo nuestros cuerpos chocar húmedos.-
- Venga,cariño. Dámelo,no aguanto más.- Y yo me dejo caer otra vez por el precipicio, y Héctor me da dos embestidas más y se vacía en mi.- Ah,Laura...mi Laura.- Me abraza las caderas y echa la cabeza en mi espalda. Los dos respiramos fuerte,jadeamos y me siento exhausta. Me tiemblan las piernas,Héctor se da cuenta y se incorpora. Me levanta,me da la vuelta y me abraza.- ¿Estás bien?.- Yo asiento con timidez. Que tontería,con lo que hemos hecho,y me avergüenzo por que me abraze.-
- Me gustaría que te quedaras a cenar.
- A mí también.- Miro nuestra ropa tirada por el suelo.- Me has roto la camisa.- Sonríe.-
- Lo siento. La pasión del momento. Él se agacha y recoge la ropa.-
- Espera un momento. Te traeré una camiseta. Vuelve con el pantalón del pijama puesto y una camiseta en la mano. Me la tiende.- ¿Una copa de vino?
- Sí,por favor.- Lo observo miemtras va a la cocina y saca de la nevera una botella de vino. La descorcha y llena dos copas. Yo me acerco y me siento en la mesa de la cocina. Miro a mi alrededor y todo parece diferente. ¿O soy yo?.-
- ¿En qué piensas?.- Viene y se sienta en frente de mi-
- En que hace bastante tiempo que no estaba aquí. Parece que haya sido un siglo.- Él asiente y me pasa la copa de vino.-
- No guardo buenos recuerdos de la última vez que estuviste aquí. Me pegaste y me dejaste.- Yo me siento mal al recordarlo.- Olvídalo,Laura. Empecemos de cero. En la forma que tú quieras,pero conmigo.- Yo lo miro y lo miro y se que en lo más profundo de mi alma,lo amo más que a nada. Pero el miedo de volver a perderlo,me aterra.-
- Vayamos despacio. Por favor.
- Al menos no es un no.- Y sonríe con esa sonrisa que tanto me gusta. Hace una tortilla de patatas riquísima,para su tranquilidad me atiborro y como,como una cerda.- ¿Te quedas esta noche?.- Yo dudo,y casi estoy a punto de decirle que si,pero no,es mejor que no.-
- No. Gracias. Pero es mejor que me vaya,además mañana hemos de ir a trabajar y tu... me has roto la camisa.- Sonríe un poco.-
- Vale. Espera que me cambie y te llevo.
- No es necesario,puedo...
- Por favor. Deja que te lleve.- Asiento y diez minutos después aparece Héctor,en vaqueros y con jersey azul marino. Dios mío está para comérselo. Con el pelo revuelto,parece tan joven,tan feliz... y yo estoy enamorada de él. Y él me quiere,de la forma en la que sea.-
- ¿Nos vamos?.- Asiento y cojo mi abrigo y mi bolso. Me pongo la falda y me miro en el espejo. Menos mal que el abrigo es largo y no se me ve la camiseta de Héctor. Bajamos en el ascensor al parking,montamos y arranca. Cinco minutos después estamos frente mi edificio.-
- Gracias por la cena. Lo he pasado muy bien.- Sonrío como una idiota. Y Héctor se acerca y me besa en la mejilla.-
- De nada. Ha sido todo un placer. Espera.- Se baja del coche y lo rodea para abrirme la puerta.- Hasta mañana,Laura. Que duermas bien.
- Gracias. Igualmente.- Me voy hacia el portal y él permanece junto a la puerta del copiloto,esperando a que entre. Me vuelvo y lo veo sonriente y feliz. Y eso me basta para retroceder hasta llegar a su lado y besarlo. Con anhelo,con auténtica necesidad. Él me responde con las mismas ganas y me acaricia el pelo y la cintura. Nos separamos y me acaricia la mejilla con los nudillos. No decimos nada. No nos hace falta...

Secretos Del Pasado 2   CómplacemeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora