Hogar,dulce hogar

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Mi querido padre me recibió con los brazos abiertos. Aunque le dije que no hacía falta,ha venido a recogerme a la estación.
- Mi niña,mi Laurita...-Me abraza fuerte y tengo que aguantar las ganas de llorar.-
- Papá te hechado de menos...
- Haber,deja que te vea. Ay,hija...que flacucha estás. Te voy hacer unas papas aliñás que quitan el sentío. Verás que ricas,hija.- Yo sonrío y le doy un beso en su moflete regordete.-
- Claro que sí,papá. Y pescaíto frito. Pero antes, déjame que haga una llamada. ¿Vale?
- Claro que sí. Te espero en el coche.- Mi padre se aleja y se monta en el coche. Yo saco el móvil y marco.-
- ¿Laura? ¿Has llegado?
- Sí,Marta. Estoy bien. Estoy en la estación con mi padre. Marta,yo... necesito tiempo. No te preocupes por mí,¿vale? Estaré bien. Voy a cambiar el número de teléfono,cuando lo tenga te mando un whatsapp,pero por favor,no se lo des a nadie.
- ¿Te ha llamado?
- Como un millón de veces. Pero no quiero hablar de él. Oye, te tengo que dejar, mi padre me espera en el coche.
- Espera,Lauri. ¿Volverás,no?.- Hubo un silencio. Ni yo lo sabía...-
- Creo que sí. Espero,más bien.
- Por favor.
- Volveré. Esto no va a poder conmigo. Solo necesito alejarme un poco para pensar. Te quiero,Marta. Cuídate.
- Y tú también. Te quiero.- Colgué y sentí presión en el pecho. Empecé a andar hacia el coche, abrí la puerta y mi padre me esperaba con una sonrisa de oreja a oreja. Parecía feliz. Lo veía bien.-
- Que contento estoy de que estés aquí hija... Aunque pensé que vendrías con ese novio tuyo.- Irremediablemente me acordé de Héctor. De la última vez que estuvimos juntos,en el apartamento. Me arden las mejillas al recordarlo. Y de repente,me acuerdo de la foto. De lo que ponía en la foto. De que es el hermano del desgraciado que abusó de mí. Y siento otra vez como si me clavaran un puñal en el pecho. Sin darme cuenta, mis ojos se han llenado de lágrimas, y mi padre de reojo me mira.- ¿Qué te pasa,Laurita?
- No te preocupes,papá. No es nada.
- ¿Has discutido con el madrileño?
- Ya no estamos juntos,papá.
- ¿Te ha dejado? Pues peor para él,hija.
- No,papá. Lo he dejado yo.
- ¿Porqué? Válgame Dios,hija...parecías muy contenta cuando me llamaste por teléfono. ¿No te habrá hecho nada,ese madrileño?
- No. No. Tranquilo. No quiero hablar de eso.
- Vale,hija. No hablemos de eso. Háblame de tu trabajo. ¿Como son tus jefes?.- Irremediablemente, vuelvo a acordarme de Héctor. De como me hizo el amor en los servicios de la oficina. De como me necesitaba. Y todo ha sido mentira... Joder,papá lo estás haciendo fatal. Claro que mi pobre padre no sabe que mi jefe es Héctor. Yo vuelvo a llorar como una niña pequeña. Mi padre que va conduciendo,me mira otra vez de reojo. Y niega con la cabeza.- Hija mía, ¿es que tampoco te llevas bien con tus jefes?
- Mi jefe es Héctor,papá.
- Virgen de la Macarena... ¿Tú novio es tu jefe?
- Ya no es mi novio.
- Pero lo era. ¿No te habrá hechado o sí?
- No. No. He cogido unas vacaciones. En realidad, quise dejarlo yo. Pero la jefa de recursos humanos me pidió que no me fuera. Que me tomara el tiempo que necesitase,pero que volviera.-Mi padre asentía, pero no salía de su asombro.-
- Hija, ¿como se te ocurre? ¿con el jefe?
- Lo sé,papá. Lo siento. He sido una estúpida.
- No,hija. Tú no eres estúpida. El amor es caprichoso. Y a veces nos enamoramos de quién no debemos. ¿Y tú como estás?
- Bien.
- Laurita... mi árma, no estás bien. No hay más que verte.
- He venido aquí para olvidar. Para tomarme un descanso,un tiempo. Sinceramente no creo que pudiera estar viendo a Héctor todos los días en la oficina.
- ¿Y crees qué podrás? Olvidarlo,digo.
- Debo intentarlo.
- ¿Lo quieres?.-Sentí las mejillas arderme. Me costaba mucho hablar de estos temas con mi padre,puesto que nunca lo había hecho.-
- Sí,papá. Mucho.-Para qué mentirle.-
- ¿Y no crees que sí lo quieres tanto,podríais arreglarlo?
- No papá. No puede ser.
- Debe ser grave lo que te haya hecho,para que no quieras arreglarlo.
- Sí,papá. Lo es...- Llegamos a casa de mi padre y subí las maletas a mi cuarto. Me dió un poco de pena recordar tantos momentos juntos,cuando aun vivía mi madre. Sentí añoranza. La hechaba de menos. Ahora más que nunca. Con ella si podría desahogarme y me consolaría. Sabría que decirme,para que me sintiera mejor. Ains,Héctor...cuanto daño me has hecho. ¿Como has podido? Lloro en la soledad de mi habitación. Me siento en el filo de la cama y me tapo la cara con las manos. Me has destrozado. Juntas mis pedazos rotos,para luego volverlos a romper. Mi móvil vibra. Es él. No ha parado de mandarme mensajes,que por supuesto no he leído y me ha llamado no se cuantas veces. No le contesto. No cogo la llamada. Me levanto y cojo mi bolso,bajo las escaleras de la casa, que llevan al salón. Mi padre está en la cocina pelando patatas. Sonrío.-
- Papá voy a ir hacer un recado,enseguida vuelvo.
- Claro,hija. Ve con cuidado.- Salí a la calle y heché andar hacia una tienda de móviles cercana. Por casualidad me encontré con Ainhoa. Ainhoa era mi mejor amiga cuando vivía en Sevilla. Fuimos juntas a la escuela,y al instituto. Cuando yo me fui a la universidad perdimos el contacto.-
- ¿Laura?
- ¿Ainhoa?
- Oh,madre mía. Que alegría verte,chiquilla.- Nos abrazamos. Y nos dimos dos besos.- ¿Como tú por aquí? No me ha dicho ná el manué.- El "Manué" es mi padre.- Siempre que lo veo le pregunto por tí. Me dijo la última vez que te habías ido a los madriles.- Sonrío porque me gusta tanto el acento sevillano...tienen un arte que no se puede aguantar.-
- Sí allí estoy trabajando. Me han dado vacaciones y las he venido a pasar con mi padre.
- Claro,mujer. Y ¿como te va la vida? ¿tas casao?
- No. Estoy soltera.
- Yo también Laura. Lo agusto que está una saliendo y entrando cuando le place... ahora eso sí,yo no le hago ascos a ná, chiquilla. Que la vida dura dos días y hay que disfrutarla.- Yo río con ganas. Me recuerda a Marta,menos por el acento. Me da tristeza,la hecho de menos.- Bueno te dejo, que voy tarde. Haber si salimos ha tomarnos árgo una noche antes de que te vayas.
- Claro que sí,me encantaría. Me alegro de verte, estás fantástica.
- Uy que salá has sio siempre. Tú estás mu delgá. ¿Es que no se come bien,allí en los madriles?
- Sí. Sí muy bien. Pero bueno, soy de poco comer.
- Bueno,me alegro de verte. Ya nos veremos por aquí.
- Sí,adiós.- La veo andando calle abajo,sigue lo mismo de loca que en el instituto... Entro en la tienda, y compro una tarjeta sim para mi móvil. Tengo que cambiar de número,Héctor no va a parar de llamar y mandarme whatsapp,es mejor. Tiro la vieja en una papelera y mientras subo,calle arriba para casa de mi padre,tecleo en mi móvil un mensaje para Marta.
*Marta este es mi nuevo número,por favor no se lo des a nadie. Te quiero. Un beso. Laura.* Tres minutos después me llegó su respuesta.-
*Puedes estar tranquila,no lo haré. Te hecho de menos. Espero que no tardes en volver. Te quiero rubia.* Mi loca amiga...como la quiero. Yo también la hecho de menos. Llego a casa y nada más entrar, me da el olor de las "papas aliñás" de mi padre.-
- Mmm... que rico huele papá.
- ¿A que sí,hija? Verás que buenas. Te van a sentá de lujo.
- ¿Sabes a quién he visto?
- ¿A quién?
- A Ainhoa.
- Ah,si. Siempre me pregunta por ti. Erais muy buenas amigas,¿verdad?
- Sí. Cuando me fui a la universidad perdimos el contacto.- A mi padre se le cambia la cara. Sin duda,se lo que ha recordado. Ha recordado lo que me pasó. Me mira muy serio. Se que quiere preguntarme,pero no se atreve.-
- Papá,¿estás bien?
- Sí hija. Sí. Es que...
- Lo se. Estoy bien. No te preocupes. Eso ya es pasado.
- Claro,claro. Me gusta verte así de positiva. Lo pasastes muy mal,hija. Y nosotros también.
- Sí. Pero no podemos estancarnos ahí. Hay que olvidar todo lo que pasó para poder seguir hacia adelante.
- Madre mía, mi Laurita. Sí pareces otra. Madrid te ha sentao de maravilla.
- Sí. No todo ha sido malo.- Me callo que si no hubiera sido por Héctor no habría salido del pozo en el que estaba metida. Para que darle más sufrimientos a mi pobre padre. A pesar de lo buenísimas que estaban las papas, no pude comerme mas de medio plato. Mi padre se enfadó. Y me riñó por no comer,pero es que tenía el estómago cerrado. Por la tarde tomamos café y vimos fotos de cuando era pequeña. Al ver las fotos de mi madre,mi padre se restregó los ojos. Creo que estaba llorando.-
- ¿Estas bien,papá?
- Ojú chiquilla. No lo puedo evitar. Cada vez que veo las fotos de mi Carmenchu...- Sentí una punzada de pena por mi padre. Debía de sentirse muy solo.-
- ¿La hechas de menos?
- Todos los días y a todas horas. Tu madre era una santa. Trabajadora. Divertida. Cariñosa. Ella era el amor de mi vida. Pero se me fue demasiado pronto.- Fuí hasta el sofá donde él estaba sentado y lo abracé.-
- Te quiero,papá.
- Y yo a ti,hija. Eres lo mejor que nos pasó a los dos. Fuiste un regalo de Dios.- Y yo me siento feliz,dentro de mi pena. Me siento amada y protegida. Me siento como cuando estaba con Héctor. Siento una punzada en el corazón. Es como si eso me recordara que todo era mentira. Nunca me amó,nunca me protegió. Fue todo mentira. Se me llenaron los ojos de lágrimas. Lloré en silencio.-
- ¿Estás llorando,Laurita?
Lo siento,hija. Te he contagiado mi pena,como si no fuera suficiente con la tuya por culpa de ese madrileño.
- No pasa nada,papá. Mañana me gustaría ir a visitar la tumba de mamá. No se si...
- Claro que sí,hija. Yo voy a verla todos los domingos. Iremos mañana. Juntos.
- Bien. Voy a subir a hecharme un rato,papá. Estoy muy cansada.
- Vale,hija. Te despertaré más tarde, para ir a cenar. ¿Quieres?
- Claro. Tu me avisas.- Subí escaleras arriba,hasta mi dormitorio. Una vez allí,cogí la maleta. Saqué mi ropa y la coloqué en el armario. Me desnudé y me fuí a la ducha. Cuando el agua empezó a caerme por el cuerpo...recordé las veces que Héctor me había hecho el amor, en su ducha. En la bañera del piso de arriba... Como duele. Dios. Me voy a volver loca. Me cabrea mucho, que después de todo,yo siga pensando en él. Que lo heche de menos. Es humillante. Tengo que olvidarlo, lo se. Pero, ¿como? Sí se me ha metido dentro de la piel. Si anhelo sus besos,sus caricias,el calor de sus abrazos... esos que yo solía llamar hogar. Ni si quiera el hecho de saber que me ha engañado,utilizado,hace que mi amor por él desaparezca. Lo necesito. Necesito verlo,abrazarlo,besarlo... y por eso mismo he venido a Sevilla. Por que se que si me hubiera quedado en Madrid, si él hubiera venido a buscarme,me habría rendido ante él. Por eso estoy aquí,lejos de él. Lejos de sus ojos azules,de su mirada de hielo,de sus labios húmedos, de sus caricias suaves, de su pasión... de él. Todo él. Terminé de ducharme,me sequé con una toalla y me puse el pijama. Me acosté en la cama,y me dormí pensando en unos ojos azules,de hielo y frialdad.

Secretos Del Pasado 2   CómplacemeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora