Visita inesperada

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Héctor no confía en mi. No me lo está contando todo,lo se. Lo conozco muy bien y se que le preocupa algo. Me enfada que no me lo cuente. Aunque he de ser sincera,yo tampoco le he dado motivos para que confíe en mi. Él se ha mostrado enamorado,arrepentido y yo no he querido volver con él. Sí,quizás me lo merezco. Pero me cabrea igualmente. Paso todo el día evitando a Héctor. Trabajando en silencio. Es casi la hora de irme cuando sale Héctor.-
- Laura,me voy a una cena.
- Muy bien.
- Solo quería despedirme.
- Pues hasta mañana.- Él me mira ceñudo. Le molesta mi actitud. Pero no dice nada,se va con su maletín hacia el ascensor. Me siento un poco mal. Me vibra el móvil y contesto sin mirar.-
- ¿Sí?
- Hola,preciosa. ¿Me hechas de menos?
- ¿Daniel?
- El mismo,recién llegado de Londres.
- ¿Estás en España?
- Sí, en Madrid. Quería invitarte a cenar.
- Eh... bueno,estoy en la oficina. Pero en media hora acabo.
- ¿Quedamos a las nueve?
- Eh...Vale. ¿Donde nos vemos?
- Estoy alojado en el Ritz, ¿te viene bien que nos veamos aquí? No quisiera perderme...
- Eh... sí. Vale,nos vemos allí a las nueve.
- Bien,te dejo trabajar no quiero que el ogro de tu jefe me pegue un zarpazo.- Sonrío.-
- Adiós.- Colgué y apagué el ordenador. Entré al despacho de Héctor a soltar un informe en su mesa. Me llamó la atención ver su portátil encendido. Se le habrá olvidado. Fui a cerrarlo y miré la pantalla. Era una página de un burdel en Londres. Pero,¿qué coño? Lo cerré de un portazo y sentí la cara arderme de la rabia. Salí como alma que lleva al diablo. Cogí mi bolso y mi abrigo y bajé a la puerta. Allí estaban mis niñeras,los miré enfadada.-
- ¿Se va señorita?
- Sí.
- Voy por el coche. Espere aquí con Carlos,por favor.- Me paré en la calle de mala gana. Carlos nunca habla, tiene cara de estreñido. No me gusta. Víctor es simpático y amable. Cinco minutos después apareció Víctor con el audi plateado. Monté atrás y el otro hombre montó en el asiento del copiloto. Me llevaron a casa y Víctor subió conmigo al apartamento. Abrí la puerta y lo miré.-
- ¿Te vas a quedar ahí?
- Sí,señorita.
- ¿Quieres tomar algo? ¿o algo de comer?
- No, gracias señorita.
- Vale.- Cerré la puerta y solté el bolso y el abrigo. Marta estaba en el sofá comiendo helado. Eso me huele a discusión con Marcos.-
- Hola guapa.
- Hola,Lauri.
- ¿Qué te pasa?.- Se encoje de hombros y me siento a su lado.- ¿Estás bien? ¿Has discutido con Marcos?
- Sí,más o menos. Pero prefiero no hablar de eso.
- Vale. Estaré cuando quieras.
- Ya lo se,tonti. Es que es complicado.- Asiento.- ¿Y hoy no duerme el jefe aquí?.- Sonríe burlona.-
- Creo que no. Y mejor,por que voy a salir a cenar fuera.
- ¿Con él?.- Niego con la cabeza.- ¿Con Rober?.- Vuelvo a negar.- ¿Con quién?
- Mantén la mente abierta...
- No. ¿Con el del bufete?.- Asiento.- ¿Pero no vive en Londres?
- Sí. Pero esta aquí por trabajo,me ha llamado y me ha invitado a cenar.
- Joder,Laura. ¿Y Héctor?.- Buscando un puñetero burdel al que ir de... eso lo pienso,claro,no se lo digo.-
- Tenía un cena de trabajo,o algo así.
- ¿Lo sabe?
- No.
- ¿Y no crees que deberías decírselo?
- No tengo que darle explicaciones. Y él tampoco me las debe dar a mi. Somos libres de hacer lo que queramos.
- ¿Te lo vas a tirar?
- Halaa Marta, que burra. No. Bueno,no es esa mi intención. Me cae bien,me parece interesante. Y me apetece salir a cenar. Voy a ducharme, he quedado a las nueve.- Marta me mira con cara de póquer. Yo me sumerjo en el agua de la ducha y el agua caliente me reconforta. ¿Debería decirle a Héctor que voy a salir con Daniel? ¿Y porqué? ¿Acaso ha querido él contarme lo que le preocupa? ¿O acaso me contaría él que cojones hacía buscando un burdel en Londres? No. Aunque le pregunte no me lo diría. Pues yo tampoco. Salgo de la ducha, me seco y me peino. Me maquillo y por último me pongo mi vestido granate que tanto me gusta. Es muy ceñido,me hace sentir sexi. Tiene bastante escote,pero no es muy corto. Es por encima de la rodilla, y es elegante. Me pongo mis taconazos negros y cojo mi cartera negra compañera a los zapatos. Me pongo una cazadora negra de cuero y salgo. Marta me mira boquiabierta, y me silva.-
- Uauh. Estás genial. Pero a mi no me engañas, tu al abogado ese te lo quieres calzar.- Me río a carcajadas.-
- Que nooo,pesada. Que no quiero calzarme a nadie. Cuídate.- Le doy un beso en la mejilla y salgo. Víctor me mira y se pone firme.-
- ¿Va a salir señorita?
- Sí.- Estiraza la muñeca y le habla a la manga. Veo un pinganillo en su oreja. Por Dios, ni que fuera miembro de la Familia Real.-
- Carlos,saca el coche la señorita va a salir.
- ¿Es realmente necesario esto?
- Nosotros cumplimos órdenes,señorita.- Se acerca y me abre el ascensor para que entre y entra después. Bajamos en silencio y cuando salimos al portal Carlos ya tiene el coche en la puerta,se baja y monta en el asiento del copiloto. Víctor me abre la puerta de atrás para que entre y él se monta y arranca.-
- ¿A donde señorita?
- Al hotel Ritz,por favor.- Me siento incómoda con estos dos hombres. Abro mi cartera y veo que me he dejado el móvil,vaya,que mala pata. Hay bastante tráfico pero en quince minutos aparca en la entrada del hotel. Víctor sale del coche y me abre la puerta. Entro en el hotel y él me sigue. Lo miro de mala gana.-
- Puedes esperar fuera,si quieres.
- Creo que entraré, señorita.
- Pues muy bien.- Yo entro y me dirijo a recepción. Veo que él muy prudente,se queda dentro pero junto a la puerta. Yo le pregunto a la señorita que tengo en frente por Daniel.-
- Sí,el señor se aloja aquí.
- ¿Podría avisarle de que Laura Palácios lo espera?
- Claro,un momento.- La chica coge el teléfono y marca. La oigo repetir lo que yo acabo de decir.- Enseguida baja el señor.
- Gracias.- Veo aparecer a Daniel poco después,madre mía está guapísimo. Lleva un traje negro con camisa blanca.-
- Hola,querida Laura. No sabes las ganas que tenía de volver a verte.- Me abraza y me da dos besos en las mejillas. Yo de inmediato me pongo colorada como un pimiento.-
- Hola,Daniel. Yo también me alegro de volver a verte.
- ¿Te parece si cenamos en el restaurante del hotel?
- Por mí perfecto.- Andamos tranquilamente hasta el restaurante del hotel y por el rabillo del ojo veo a Víctor andar detrás de nosotros. Soplo. Para mi tranquilad,se queda en la puerta del restaurante. Cerca de nosotros,pero al menos nos da intimidad.-
- Estás increíble,Laura. Madrid te sienta bien.
- Gracias.
- Pareces nerviosa. ¿Estás incómoda por algo?
- Sí,bueno. Mira hacia atrás,hacia la puerta.- Él se vuelve y mira.-
- ¿Viene contigo?
- Sí, y tengo otro a juego fuera.
- Uauh. Que nivel...- Yo le pongo los ojos en blanco.- ¿Puedo preguntar porqué?
- El otro día intentaron matar a Héctor,cree que fue Sebas. Y él cree que puede intentar hacerme daño a mi. Así que...- Señalo en frente de mi, hacia donde está Víctor.-
- Ya,me lo pueden imaginar. Aunque,por otro lado...¿es lógico,no? Se preocupa por ti y tu bienestar. No quiere que te pase nada malo.
- Ya,ya. Lo se. Es muy...protector.
- Yo haría lo mismo,si fuera él.- Lo miré con desconcierto. Nos sirvieron un vino delicioso y la comida estaba excelente.-
- ¿Qué quieres de postre?.- Me dijo mientras miraba la carta.-
- Fresas con nata.
- Mmm...deliciosas. Se me ocurren muchas cosas que se puede hacer con ellas...
- ¿Ah,sí? Pues cuenta,que igual me interesa...- Él dio una carcajada y me miró.-
- ¿Hábida de información,señorita?.- Las mejillas me ardían al pensar las cosas que había soñado,las que imaginaba y las que ya había hecho con Héctor. Y aunque me costaba horrores hablar de esto y más con este morenazo...solo él podría darme respuestas. Y resolver dudas.-
- Quizás un poco,señor.
- Vaya,esto se pone interesante...- Pedimos las fresas con nata los dos,y después tomamos una copa.-
- ¿Has venido por trabajo?
- Así es. Tengo clientes aquí. Y quisiera tener una reunión con vosotros. Mañana llamaré para concertar una cita. Pero eso no es lo que realmente quieres preguntarme,¿no es cierto?.- Joder con el abogado,no se anda con rodeos.-
- ¿Ahora el hábido de información eres tú,señor?
- Me has pillado.- Sonríe de oreja a oreja. Joder,que guapo es...-
- La verdad es que... nuestra conversación sobre...ya sabes,tu estilo de vida. Me ha dejado un poco trastornada.
- Vaya. ¿Y eso porqué?.- Joder,que difícil es esto.-
- Me siento...siento...
- ¿Curiosidad,tal vez?
- Sí. Un poco sí. Bueno,un poco bastante.
- Seguro que ya has probado algo...- Lo dijo en susurros. Sentí que mi cara ardía. No se si por el alcohol,o por la vergüenza.-
- Puede. ¿Como te iniciaste en... bueno,lo que hagas?
- He tenido un pasado complicado,Laura. Pero eso es una historia que nadie sabe y quiero que siga siendo así. Simplemente,lo necesito. Disfruto ejerciendo mi voluntad.
- Ya.
- ¿Deseas entrar en este mundo,Laura?
- No lo se. Creo que estado en la puerta.
- ¿Con ella abierta?
- Sí.- Hablamos como en clave,pero no se por que yo lo entiendo perfectamente.-
- ¿Y te gusta lo que ves?
- No lo veo...normal,pero no me desagrada. No,que coño,lo que he visto me ha gustado. Pero no se si podría llegar más lejos.
- Pruébalo. Siempre puedes retirarte.- Yo lo miro confundida.- Abre la puerta del todo,mira y si no te gusta,la cierras. Es muy simple.
- No se como hacerlo. Ni como proponerlo.
- Con lo primero puedo ayudarte. ¿Quieres que tomemos la última en un pub? Está cerca de aquí y te abrirá los ojos.
- Vale.- Apuramos nuestras copas y Daniel pagó.-
- ¿Vamos?
- Vamos.- Andamos hacia la puerta y Víctor me abre la puerta.-
- ¿Se va señorita?
- Sí, mi amigo y yo vamos a tomar una copa fuera.- Asiente y le habla a su muñeca. Salimos fuera y el coche nos espera. Víctor conduce.-
- ¿Adonde señorita?
- El señor se lo indicará.- Daniel le da la dirección y me susurra al oído.-
- Tu niñera debería quedarse fuera esta vez.
- Va a ser complicado.- Diez minutos después llegamos. Nos bajamos del coche y Víctor va detrás de Daniel y de mi. Es un pub grande,al menos lo parece desde fuera. Entramos y hay unas escaleras,la luz se vuelve roja en cuanto bajamos las escaleras. Es grande,hay gente en la barra y bailando. Parece un pub normal. Nos acercamos a la barra.-
- Hombre,Daniel. Que alegría,no sabía que estuvieras aquí.
- Llegué ayer. ¿Como va todo por aquí?
- Perfectamente.
- ¿Lo mismo de siempre?
- Sí. Y dos gintónic.
- Ahora mismo. Espera un poco aquí.- El joven de la barra se va hacia unos apartados que hay en la parte de arriba. Será la sala vip o algo de eso. Vete tu a saber. Víctor me mira nervioso desde la puerta. Al cabo de unos minutos vuelve el chico.- Todo listo,Daniel. Que lo disfruten.- ¿Todo listo? No entiendo nada. Daniel me coge de la mano y hecha a andar,subimos las escaleras de la parte de arriba y Víctor nos sigue. Hay muchos apartados con cortinas negras,y están enumerados.-
- La señorita y yo estaremos en el reservado dieciséis. Usted puede vigilar desde aquí.- Víctor me mira y yo lo miro.-
- Estaré bien,Víctor.- Asiente y se pone firme. Daniel y yo andamos unos pasos más hasta el reservado dieciséis. Me abre la cortina para que pase y vuelve a correrla. Todo es negro y rojo. Hay una mesa baja,roja y redonda y dos sillones negros. Son muy amplios,cogería diez personas al menos. Pero lo que llama mi atención es un espejo enorme que parte el reservado.- Uauh...
- ¿Te gusta?
- Sí. Es... guay.
- Sí,es bastante guay.- Se oye una voz masculina.-
- Camarero reservado dieciséis.
- Pasa.- Le dice Daniel en voz alta. El camarero pasa con una bandeja y nos deja en la mesa dos copas. Y se va. Yo cojo la copa y le doy un sorbito.-
- Deberías darle un trago más largo.- Yo lo hago. Y sonrío y él hace lo mismo.- ¿Estás preparada?
- ¿Para qué?
- Para abrir la puerta.- Joder. Me pongo nerviosa. ¿Quiere que lo haga con él? ¿Quiero yo hacerlo? Intento imaginármelo,pero no puedo. Solo puedo imaginarme haciendo algo así con Héctor.- Laura,tranquila. No vas ha hacer nada. Solo vas a mirar.
- ¿Mirar? ¿a quién?.- ¿Quiere que mira mientras él lo hace?
- Desconocidos. Gente que no conoces. Tú los verás,pero ellos no pueden verte a ti.- ¿Quiero hacer eso? ¿Quiero verlo?.-
- Vale. ¿Pero puedo salirme si no quiero seguir mirando?
- No es necesario salirte,solo dímelo.
- Vale.- Daniel coge un mando a distancia que había en la mesa,se sienta más cerca de mí,mucho más cerca de mi. Y aprieta un botón. La luz se apaga y solo una débil luz roja nos inunda el reservado.-
- ¿Lista?
- Lista.- Él aprieta otro botón,y el espejo deja de ser espejo. Se ve como una habitación contínua, todo es negro. Hay una enorme cruz negra justo enfrente. Una cama grande,y a la derecha hay colgados de la pared infinidad de látigos,varas,de todos los tamaños. Miro nerviosa a Daniel y me guiña un ojo. De pronto sale una mujer rubia de unos treinta o treinta y tantos años y un hombre de esa misma edad. Ella se quita la bata que lleva y se queda totalmente desnuda. Siento mi cara arder. Ella se sienta en el suelo, se sienta sobre las rodillas con las piernas abiertas. Él hombre se va hacia un mueble que hay a la izquierda,abre un cajón y coge un antifaz y unos grilletes, o eso me parece. Va hacia la chica, que permanece exactamente igual, con la cabeza hacia abajo,sin mirarlo en ningún momento. Él le pone el antifaz la hace levantarse y le pone los grilletes. La lleva hasta la cruz y la engancha de las manos. No la pone mirando hacia nosotros,la pone de espaldas. Va hacia las varas,la toca,pero finalmente se decide por una fusta negra de cuero. Vuelve hacia ella, le acaricia el trasero con dulcura, y veo como alza la fusta en el aire,y como golpea su trasero. Ella gime. Vuelve a darle otra vez. Y ella gime. Me siento incómoda. Cojo la copa y le doy un trago bastante largo. Sigue pegándole una y otra vez,más fuerte y más rápido. Pero ella gime más fuerte,también. Grita de placer, no de dolor. Eso me confunde y miro más atenta. Cuando la golpea mas de treinta veces,la penetra muy fuerte con un vibrador. Ella gime. Le da azotes con la mano y con la otra hace entrar y salir el vibrador de su cuerpo. Gime cada vez más fuerte y me parece escuchar que le pide más. Él suelta el vibrador,la desengancha y la lleva hasta la cama. Le ata las manos a la cama y ella se queda hincada de rodillas en la cama. El hombre coge otra vez la fusta y la golpea de nuevo. Pierdo la cuenta de las veces que lo hace. ÉL suelta la fusta en suelo y se baja los pantalones vaqueros que llevaba puestos. Se sube a la cama y la penetra con fuerza. Jadean y gimen fuerte,muy fuerte. Tardo en darme cuenta de que estoy casi jadeando,tengo la respiración acelerada. Y para mi vergüenza,estoy excitada. Miro a Daniel,y él me mira con la mirada oscurecida,le brillan los ojos por la excitación. La pareja culmina chillan escandalosamente y Daniel coge el mando aprieta el botón y vuelve aparecer el espejo. Me veo a mí misma,roja como un tomate. Aprieta otro botón y se cambia la luz de nuevo.-
- ¿Y bien?.- Se que me pregunta. Pienso antes de hablar.-
- Al principio he estado un poco incómoda.
- ¿Y después?
- Después... estoy excitada.
- ¿Qué te ha hecho cambiar la sensación?
- Sentirla a ella,y ver que disfrutaba. Que sus gemidos no eran de dolor,si no de placer.
- Aquí no ha habido dolor,Laura. Solo placer. Acabemos las copas. Es tarde y mañana trabajas.- Apuramos las copas y
salimos. Víctor seguía en el mismo sitio.-
- ¿Señorita?
- Sí,nos vamos ya,Víctor.- Salimos a la calle y nos montamos en el coche. Le dije a Víctor que fuera al Ritz. Cuando llegamos le pedí a Víctor que no saliera. Yo salí para despedir a Daniel, él me mira y sonríe.-
- Espero a verte ayudado a resolver tus dudas.
- Bueno,puede.
- ¿Me dejas hacer una cosa? Se que nunca vas a ser mía,por que ya perteneces a otro.- Asiento. Se acerca a mi y me besa. Nos besamos un instante.- Ahora se por qué Héctor a perdido la cabeza contigo.- Yo le sonrío.- Nos vemos pronto. Buena noches,preciosa.
- Buenas noches,Daniel.- Monto de nuevo en el coche y me siento más confundida que antes.-
- ¿Señorita?
- A casa,Víctor.- ¿Qué me está pasando? Siento que todo está cambiando a mi alrededor,¿o soy yo? Sí,quizás sea yo. ¿Y Héctor? ¿ha cambiado él? ¿porqué estaría mirando burdeles en Londres? ¿Que me oculta? Sigue sin confiar en mí. ¿Y si le pregunto? No me dirá nada,simplemente se pondrá de mal humor,discutiremos y terminaremos en la cama haciéndolo como salvajes...-
- Ya hemos llegado,señorita.- Víctor me abre la puerta del coche y bajo ensimismada. Él me acompaña hasta la puerta de casa.-
- Buenas noches,Víctor.
- Buenas noches,señorita.- Entro y por suerte el piso está vacío. Voy rápidamente a mi habitación para no tener que dar explicaciones y oigo gemidos. Vaya, Marta ha hecho las paces con Marcos...sonrío y me desnudo para meterme en la cama. Sueño con Héctor, sueño que somos nosotros los que estamos detrás del espejo del reservado...

Secretos Del Pasado 2   CómplacemeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora