Christian sentía un cansancio poco usual y un dolor de cabeza que no comprendía. Puso su mano sobre su frente, "no es fiebre" pensó aliviado mientras se ponía de pie, dormir en el suelo no fue una buena idea y su espalda se lo reclamaba. Se acercó al espejo y se miró, sus ojos estaban hinchados y de un tono rojizo alrededor, al parecer su estado era consecuencia de haber llorado por un largo rato.
"Débil" pensó con rabia, en todos esos años siempre se había guardado sus lágrimas, no podía creer que hubiera quedado tan impactado por lo que había visto en su padre que se puso débil por unos instantes, pero no volvería a pasar, ya no.
—Chris, ¿quieres comer?
—Paso por hoy.
Agradeció que su hermana nunca abriera la puerta, lo último que quería es que ella le viera llorar. Escuchó como después de suspirar resignada se iba alejando de su habitación. Se tumbó en la cama, tenía tarea pero no pensaba hacerla, seguramente pronto le darían el trámite al nuevo colegio para seguir con su trabajo, después de todo ya había exterminado a los infectados de ese colegio.
El pitido de su teléfono le taladró la cabeza, debía tomarse una aspirina o algo que le quitara el dolor. Extendió su mano hasta el celular que estaba sobre su cómoda y vio quién le llamada "Desconocido", era su jefe.
—¿Si, señor?
—Ya hemos recibido tu reporte señor Dasiel, pero tu trabajo no ha concluido.
—¿Disculpe, señor?
—Como escuchaste, según nuestros detectives aún quedan dos infectados.
—Creo que hay un error, yo investigué y los infectados fueron...
—¿Estás poniendo en duda a mis investigadores?
—No señor, disculpe.
—Eso imaginé, deberías hacer mejor tu trabajo Dasiel, no te estoy pagando lo que te pago por nada.
Christian se aguantó un suspiro de enfado, él no hacia eso por el dinero, sólo lo hacía para compensar el mal que había llegado a la tierra por su nacimiento.
—No volveré a cometer este error señor, ¿puedo saber quiénes son los infectados?
—Eso es información confidencial.
No supo realmente si golpearse la cara, estrellar el celular contra la pared o golpearse la cara con el celular "¿Qué demonios habla de confidencialidad? ¿Para qué me dice una información a medias? ¿Qué no querían que los exterminara a todos?" Pensaba una y otra vez.
—¿Perdón, señor?
—Los investigadores pidieron una suma de dinero demasiado excesiva para brindarnos la información y el gobierno no cubre fondos extra, así que tendrás que averiguarlo por tu cuenta.
—Pido permiso para sacarle la información a los investigadores de forma "amable".
—Permiso denegado, así que termina tu trabajo, cada vez estamos más cerca de nuestro objetivo, no puedes fallarnos ahora. —Y colgó.
—Imbécil —susurró para sí, al parecer Jazmín no le había dado toda la información ¿acaso ella no sabía o se lo tenía muy bien guardado eso? Se mordió el labio inferior, estaba apostado mucho si buscaba acercarse a ella. Ganarse ahora sí la confianza de la chica y sacarle la información no sería tan fácil tras tanto rechazo de su parte, ahora sí que sería muy sospechoso, no podía cometer los mismos errores que cometió en un inicio.
Cerró los ojos escarbando en lo más profundo de su memoria, recordaba a una chica que siempre acompaña a Jazmín, la había visto en una que otra ocasión jugando futbol de la sección femenina ¿Cuál era el nombre de ella?
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Destino
Novela JuvenilLa continuación de El Laberinto del Vampiro. "Ni la enfermedad de Christal ni la muerte de mi madre fueron una casualidad o una cruel jugada de la vida que no tenía remedio. Entre la unión de un inmortal y una humana privilegiada, iba a nacer un mo...