Durante las siguientes cuatro semanas, se había convertido casi una costumbre que Jazmín apareciera en su puerta a las 6 de la mañana para preparar el almuerzo y después llevar a los gemelos a la secundaria, en la tarde prepararles la comida utilizando los pocos recursos de la cocina y finalizar el día con una buena cena antes de irse a su casa. Después de los primeros cincos días, Christian ya se había rendido en intentar hacer entender a la chica que no era necesario, así que sólo se limitaba a dejar la puerta sin llave para que pasara e hiciera lo que tuviera que hacer.
Siempre que le preguntaba el porqué de sus acciones que no recibían pago alguno, ella siempre respondía lo mismo "es lo que los amigos hacen" y sonreía, Chris temía que realmente existiera alguna verdad detrás de sus acciones, en realidad ellos no eran amigos, de hecho en un inicio sabía que no le agradaba a la chica por la manera en que se portó con ella, entonces ¿por qué ser tan buena? Existía la otra posibilidad de que sintiera lástima por los adolescentes y por eso quisiera hacer de madre sustituta, sabiendo incluso que su padre podía llevar hasta meses sin aparecerse en la casa y no hacer más que una llamada ocasional cada dos semanas para asegurarse que todo estuviera en orden.
"Si, seguro era eso" pensó, una chica tan ejemplar sólo podía sentirse bien consigo misma mientras ayudara al desamparado, en este caso sus hermanos. "Quizá las cosas hubieran sido diferentes si hubiera aparecido antes" consideró al pensar en lo bien que hubiera recibido su hermana la visita de Jazmín.
Pero el hubiera no existe, su gemela había intentado suicidarse, ahora estaba internada en un psiquiátrico al que no podía ir hasta que pasara medio año de que ingresó, y sólo podía mandarle cartas ocasionalmente para estar en contacto, cartas que ella nunca respondía.
—Hoy te noto más pensativo que de costumbre —comentó Jazmín sin despegar la mirada de las ecuaciones que tenía de tarea.
—Estoy como siempre —Respondió secamente al darse cuenta de que estaba volviéndose transparente con la chica, y no era para menos, llevaba más de un mes conviviendo día a día con ella exceptuando los fines de semana.
—Vamos, sabes que no es verdad. —Y le sirvió la comida. —Sé que no te gusta hablar de tus asuntos, pero en realidad me gustaría que te abrieras un poco más conmigo, seguro así despejas tu mente.
Christian no respondió y Jazmín no insistió. Ya los gemelos le habían confirmado lo que Evangeline había intentado días antes de que ella llegara, y sinceramente no sabía cómo abordar el tema. Sabía que él sufría pero no podía obligarlo a que le contara las cosas, a la fuerza nunca se obtiene nada bueno.
—Te llegó correspondencia por cierto —Se puso de pie y salió del comedor. Christian no le prestó mucha atención, sólo comía en silencio. Ocasionalmente su padre le enviaba alguna que otra carta para que se pudiera organizar en cuanto al dinero pero él las tiraba sin siquiera abrirlas.
—Al parecer es de tu padre, ¿alguna vez piensas abrirlas?
—¿Alguna vez piensas dejar de meterte en mis asuntos?
Jazmín le ignoró y se sentó a su lado mientras veía los sobres que habían llegado. Ya se había acostumbrado en que en esos periodos en que se la pasaba pensando le tratara de forma algo cortante.
—Realmente me cuesta entenderte Chris, un día actúas como una persona muy dulce, otros días eres un verdadero ogro.
Christian rió con cierta ironía, a esas alturas del partido ya se había cansado de fingir una amabilidad que no le nacía. Había confirmado días antes que realmente Jazmín no tenía información alguna del infectado que estaba oculto en el colegio, por lo que ya no la necesitaba, además su nueva fuente de información era María.
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Destino
Roman pour AdolescentsLa continuación de El Laberinto del Vampiro. "Ni la enfermedad de Christal ni la muerte de mi madre fueron una casualidad o una cruel jugada de la vida que no tenía remedio. Entre la unión de un inmortal y una humana privilegiada, iba a nacer un mo...