A diferencia de ciertas personas, yo no necesito una peluca y un tonto traje para atacar con sigilo. Puedo hacerlo siendo exactamente yo misma.
Thomas Nicolas fue inteligente cuando se limitó sólo a quejarse de su familia; nunca mencionó una dirección ó algo sustentable pero sí dijo que su hijo estaba en prisión.
Resulta ser una ironía que él, supuestamente sea de la policía y que sus hijos estén del lado criminal, cosas que pasan.
Ojos oscuros conduce, yo voy a su lado. Lo miro de vez en cuando aunque él quizás ni lo note porque va concentrado sólo en el camino; y es en situaciones como ésta donde me gustaría poder entrar en su mente y descifrar lo que piensa... Descifrar qué es lo que pone ese brillo en su rostro, qué es lo que trama que le hace sonreír tan maquiavélicamente...
En el fondo yo lo sé. Yo sé que le gusta planear y hacer las cosas bien; yo sé que el factor peligro es lo que pone la adrenalina en sus venas.
La gran construcción se asoma. Nunca creí que pisaría las puertas de la prisión estatal pero aquí estoy. Ha sido un viaje largo para llegar pero espero que valga la pena y que ésto no nos ponga en más riesgo del que ya estamos.
Cuando salgo del auto me coloco unas gafas negras, justo como nuestra vestimenta, y tomo el brazo que ojos oscuros me ofrece.
Para ser una prisión es muy silencioso afuera ya que sólo escucho el sonido de mis zapatos al chocar contra el pavimento del estacionamiento. Y... Se siente bien, se siente genial.
Nos acercamos a las grandes puertas y no me gusta la manera en la que hemos captado la atención de las personas cuando entramos al recibidor; hay mucha gente que no parece ser de nuestra categoría, gente que nos mira con desprecio, tal vez con envidia pero no nos importa, nos movemos y nos sentamos en las sillas azules que están casi al final.
Y luego de un largo e incómodo rato en el que también fuimos testigo de como un sujeto se resistía a ser encerrado, el guardia detrás del recibidor se nos queda mirando extrañado y nos hace una señal.
—Pero, el detective Nicolas vino a verlo ésta mañana —dice el guardia que al parecer no confía en nosotros. No es que deba de hacerlo pero es injusto que quiera pasarse de listo.
—Somos buenos amigos de Enrique —digo y luego miro a ojos oscuros que asiente levemente.
—Serán los primeros amigos en visitarlo, entonces.
—Yo no los había visto antes.
—Sí, yo tampoco.
—No somos de por aquí —contesto una vez más sintiendo como me harto lentamente de rogarles. Y de inventar mentiras tras mentiras, no me gusta mentir.
—Se nota que no son de por aquí —al fin, al fin puedo escuchar algo de convicción en su tono—, tendrán diez minutos con Enrique Nicolas, pero para la próxima vez, las visitas son los martes.
—Pero dijo que el detective vino ésta mañana —digo y frunzo las cejas.
—Exacto, porque es el detective y se trata del hijo del detective.
—Ah, claro.
—Extranjeros...
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Lo que mejor sabemos hacer
RomanceUn amor en donde ambos se hieren sin saberlo. Anne Marie es un tanto manipuladora y solitaria exceptuando que, tiene bajo su dominio a un hombre que está dispuesto a darlo todo por ella, por su amor incondicional. Los problemas de ira que tiene ojo...