Capítulo 3- Agonía

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El tiempo transcurre rápido – Dicen todos

La verdad es que para mi cada minuto es una hora, cada hora un día y cada día un año. Lo cierto es que ya pasó un año, y no lo he visto más que unas tres ocasiones, escondida desde un rincón. Sé que vive lejos, siento ya no poder verlo. Estoy a mitad del último año del colegio. Mi depresión sigue cada vez peor, ya no tengo amigas, mucho menos amigos pues estudio en colegio femenino y a la gente de mi barrio ni le hablo. Mi amiga Krystal se alejó de mí, lo siento, la verdad yo la aleje. No quiero que nadie me sermonee sobre lo que hago con mi vida, ante mis padres finjo que todo está bien como siempre, me volví experta, debería ser actriz.

Volteó y me miro al espejo. ¿Donde quedé? Reviso mi viejo armario, miro mi ropa, ya nada me entra. Estoy gorda, es mas lo que llevo puesto ahora me ajusta ya. ¿Comprar ropa? Ya no quiero, es ahora una tragedia.

Me disponía ir a clases como siempre, el transporte no aparecía. -Rayos me haré tarde, otra vez a recoger la basura, noooo!!!- Exclamé- seguramente si camino un poco encontraré otra línea.

Bajaba caminando a prisa. El camino era un peñasco apenas protegido por un barandal metálico, no puedo creer que todos días pase por aquí, no puedo creer que un bus pase por aquí-pensaba siempre.

Mientras caminaba observé a lo lejos dos siluetas, una de ellas tan familiar. Lo reconocí casi al instante era Minwoo junto con una mujer, seguramente Eun. Se aproximaron, ¡y si!, eran ellos. No sabía donde correr, ni huir. Al acercarse pude ver una gran sonrisa dibujada en el rostro de Minwoo, no podía creerlo, cargaba a su hija, lo digo pues la llevaba en unas mantas rosas.

Pasaron junto a mí. Pude ver que movió sus ojos hacia a mí, marcando una expresión de sorprendido, pues era la primera vez que me veía después de un año. Seguramente se sorprendió al verme en lo que me convertí. Se alejaron lo suficiente, entonces pare. Suspiré profundamente y me detuve a llorar.

Me calmé un poco. –Se acabo-Dije

Solté mis cosas en el piso. Empecé a cruzar el barandal, el mismo que se interponía entre el precipicio y yo. – Respire profundamente. En mi cara se pintaba una sonrisa.

Iba a saltar.

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Algo cortito creo el cap creo, no se preocupen ya mismo empieza la diversión 

Elizabeth <3

Te estuve esperandoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora