Capítulo 9 - Leeteuk

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Los días pasaban rápidamente, uno más feliz que el anterior y todo gracias a la compañía y amistad de Leeteuk. Al inicio pensaba que estaba conmigo por algún tipo de agradecimiento, pero ahora me siento más segura. Todavía me pregunto ¿Cómo puede estar conmigo? ¿Se aburrirá?

Entre cada descanso vamos a la ventana y conversamos. Es increíble ya no tartamudeo al hablar, salvo cuando se acerca demasiado. Mis calificaciones han subido, no es por presumir pero están entre las mejores del salón.

Salimos al finalizar clases, caminábamos sin rumbo, dando vueltas por la universidad. Las miradas de la población femenina no podían faltar.

Sabes Lyn, gracias a ti he podido ponerme al corriente con las materias. – Interrumpiendo mis pensamientos.

No es nada. Sabes mucho, y al contrario, tú me has ayudado tanto. –Replique.

No es así, sucede que estoy repitiendo el semestre.- Miró hacia lo lejos.

¿Es enserio? ¿Cómo paso? Lo siento creo que no me corresponde saber eso. – Incline la cabeza.

Para nada, eres mi amiga, te aprecio mucho en este corto tiempo. Siento que eres alguien que sabe que es perder algo valioso, alguien en quien puedo confiar, lo veo en tus ojos. Por eso se que no me abandonarías.

Mis ojos se empezaron a inundar. Tenía razón, no lo haría nunca, él me devolvió la confianza. Sin embargo respire y me mantuve fuerte. Cuéntamelo entonces.

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NARRA LEETEUK

Un día como cualquier otro ingreso mi maestro de Química a clases, me encontraba con mis amigos en un extremo del salón conversando y riendo, no lo escuchamos en verdad. De pronto gritó, nos fuimos rápidamente a nuestros asientos, nos continuó regañando por lo sucedido, en realidad no era para tanto, seguro que no era su mejor día. Comenzó su materia, nos hizo pasar a todos hacia la pizarra, uno tras otro, continuando con su sermón, elevado bastante de tono, hasta que el turno de mi amiga llegó. Supongo que estaba asustada que no pudo realizar el ejercicio, entonces el maestro aprovecho ese error para insultarla una y otra vez, subiendo cada vez mas de tono.

-Usted no sirve como estudiante. Seguro es de las mujeres que vienen a buscar hombres. ¿Y piensa ingresar a la universidad? Debería intentar ser cocinera o buscar otro lugar donde perseguir hombres.

Estalle de coraje. Miraba a mí alrededor y veía a todos horrorizados pero nadie se movía o hacía nada y eso me incluía, y adelante mi amiga lloraba. Me cansé y golpeé fuertemente la mesa, de pronto toda la atención estaba sobre mí.

-¿Dónde piensa que se encuentra señor? – Dijo el maestro enfadado

-En un salón de clases, al menos eso creo yo. Usted es quien no tiene ni idea de donde está parado, es más, no tiene ni idea de lo que es el respeto a los demás.

-Acaso tiene intenciones de enseñarme usted, prototipo de ingeniero. – Mofó, posando su brazo en su cintura.

-¡Claro! – Sonreí descaradamente. Me levanté de mi asiento, le mostré mi puño y fingí clavárselo, el viejo, rápidamente se hizo para atrás, al mismo tiempo que se cubría el rostro. En realidad sólo lo asustaba, no estaba tan loco. Tomé de la mano a mi compañera y la envié a su asiento, al mismo tiempo que tomaba mi lugar.

-¿Qué haces mocoso? – dijo aun más enfadado que al inicio.

-Me siento. Supongo que necesita un aumento mayor en sus lentes. - Dije sarcásticamente.

-Esto no se queda así. Se mantuvo en silencio un momento, y continuó. Bueno señores, para mañana quiero el libro terminado, para pasado mañana dos artículos científicos perfectamente resumidos en 15 páginas cada uno y para el siguiente día les tomaré una prueba, no hace falta decir que será acumulada.

La clase quedó en silencio. Sabíamos que lo difícil que era mantenernos con el resto de materias, como para que el haga esto. Eran obvios sus motivos personales.

De repente, dio vuelta sobre sus pies y nos miró. – Al menos que alguien quiera disculparse – Regresando a mirarme con una sonrisa.

Todos voltearon a mirarme, pude ver sus manos suplicando. Le devolví la mirada a cada uno, respire fuertemente y me levante.

Disculpas maestro, fue atrevido de mi parte. -Me incline en señal de reverencia.

¿Eso es todo señor? Las palabras se las lleva el viento, es mas ya me olvide.

¿Qué desea? – mirándolo enfurecido

Que tomes tus cosas y te largues. Yyyyyyy se me olvidaba no regreses. Claro si no quieres, puedes quedarte y nos vemos mañana. Ahora tomare aire un momento, discútanlo con toda libertad. – Salió del salón.

Mis amigos y compañeros me observaban callados. Hasta que uno habló, lo siento Leeteuk, ¿puedes irte? , tan pronto terminó la pregunta, empezaron a decir por favor el resto de la clase.

Mis "amigos": si te quedas o no, dará igual para ti, él seguirá intentando arruinarte la vida, si te vas te libras de él y nosotros podremos estar tranquilos. - Pude distinguir a mi compañera, la culpable de mi actual problema, pidiéndome que me vaya también.

¿Sabían que podemos ir y quejarnos con el comité de estudiantes? –Les dije a todos.

No por favor, nuestras notas dependen de él y no de un comité. ¿Crees que un puñado de estudiantes, a quienes no hemos visto, nos ayudaran? –mencionó alguien del grupo.

En realidad estaba harto, tomé mis cosas. Al salir sentía un fuerte respiro de alivio atrás de mí. El maestro se encontraba en el pasillo.

¿Ahora comprendes que es el compañerismo? – apago su cigarrillo en la pared y se marchó hacia la clase. – Espero verte el siguiente semestre.

A lo largo del día, tuve tantas llamadas, no conteste ninguna. No quería respirar el mismo aire que ellos. No volví a clases.

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Lo lamento – le acaricie el hombro. Estamos sentados en una banca. Entiendo muy bien que es que alguien te falle.

Lo sé. La primera vez que te vi, note como mirabas a las personas, como si extrañases algo. Rápidamente me di cuenta que era un sentimiento similar al mío.

Jajajaja. – río fuertemente Leeteuk. Era experto en interrumpir momentos. ¡Basta! ¡Ya me tiene harto esto! – Me tomó de la mano, levantándome del asiento. ¡Me lo cuentas luego! Ahora nos vamos.

¿A dónde? – Tomé mis cosas y lo seguí.

Hay clubs ¿lo sabías? Además tenemos que cumplir un porcentaje de horas de deporte antes de terminar el segundo semestre de la Universidad, es un requisito fundamental. –animado. Me recordaba un poco a Krystal, era como ella, siempre moviéndome de un lado al otro.

¿Es enserio? – Continuaba halándome hacia las canchas deportivas.

¡Exacto! – Fuimos atrás de las canchas, donde había una oficina de deportes. Ingresamos y había algunas carteleras con información de horarios, campeonatos, etc. Cuando volví en mí, ya estaba dentro del club de Básquet y Leeteuk era mi compañero.

La verdad desde mi depresión, no me había ni molestado en realizar alguna actividad física. ¿Y si moría en media cancha? ¡No se jugar! ¡Rayos Leeteuk sabe cómo convencerme! Debí ingresar al club de ajedrez. ¿Contará como deporte?

Lyn me escuchas. Seguía volando. Empezamos el Lunes, ¡Prepárate! 


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Pobre Lyn, en realidad esto le hará bien. Leeteuk es como su ángel.

Elizabeth <3


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