Sentimientos encontrados

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Habíamos llegado a un quirófano donde pude apreciar que había demasiada gente para el poco espacio. Deje de pensar en aquel chico y me puse a lo mío, habían dos heridos muy graves ahí pero mis compañeros nada más me vieron llegar se apartaron de uno de ellos para que pudiera atenderlo y salvar su vida mientras trataban de mantener a su acompañante con nosotros hasta que lo pudiera atender. Aun teniendo a médicos muy calificados conmigo todos esperaban a que yo salvase la vida de esos dos individuos.

Las horas pasaron y cuando pude darme cuenta ya era más de media noche, el día paso volando y como había supuesto esta mañana, no almorcé ni mucho menos iba a cenar a estas horas. Mientras iba a cambiarme una dulce voz femenina me saco de mis pensamientos.

–Buen trabajo, doctor – dijo sonriéndome mientras pasaba a mi lado.

–Buen trabajo, enfermera – le respondí con un tono burlón.

–Oye Law... ¿Te apetece ir a comer algo conmigo? Ninguno ha probado bocado desde esta mañana, así que me pregunte si podíamos ir ahora... bueno no estaremos solos Pinguin, Shachi y los demás también irán – si tono se oía un poco inseguro para como solía ser ella.

Aunque la propuesta de comer con mis amigos era tentadora no tenia ganas de estar con nadie en este momento, el cansancio tanto corporal como mental me estaban matando.

–Creo que por hoy voy a pasar, pero gracias por la oferta – y sin más la deje atrás para ir a dejar mi bata y pillar mi abrigo para salir disparado a la estación, si me apresuraba podría pillar el ultimo tren.

Eché una pequeña carrera, la cual no me sirvió de nada ya que el tren se fue delante de mis narices. Que frustrante, pensé. Salí de la estación mientras revisaba mi móvil, tenia varios mensajes donde cinco eran del veterinario, no me extrañaba, era hoy cuando tenia que recoger a Bepo, pero con tanto jaleo que hubo en el hospital no pude ir, deje salir un largo suspiro y cuando alce la mirada me encontré con unos ambarinos ojos que me miraban con curiosidad.

–Así que se te ha escapado el tren ¿eh? – recalco lo obvio en un tono burlón.

–Para nada, deje que corriera libre porque soy una muy buena persona – conteste con sarcasmo, a lo cual sin pensarlo me respondió con una risa muy melodiosa, hacia años que no escuchaba una así.

–Dime, ¿quieres que te lleve a casa? – su tono amable me sorprendió mucho.

–La verdad no te quiero molestar – seguramente su brazo dolía todavía – ademas no me gustaría que mis amigos me vieran con un crío que no conozco de nada – dije burlón mientras esperaba su reacción.

–Bueno que se le va a hacer, ¿ves dios? Quiero ser buena persona por una vez y me rechazan ¿que debería hacer ahora? – su respuesta me sorprendió pero no tenia que perder el tiempo.

El veterinario me dijo que tenia que ir a por Bepo ahora si o si ya que últimamente estaba causando destrozos, no muy común viniendo de él. Lo único que hice fue esquivar a aquel chico y seguir mi camino hacia el consultorio, si tomaba un taxi seguramente para volver no aceptaría que lleve a Bepo conmigo dentro del coche. Así que lo que me quedaba era andar.

–¡Venga no lo decía en serio! – me grito, no sé porque o como pero sentí un bochorno tremendo. Supongo que seria porque las calles estaban vacías, él se ponía a gritar como si la vida le fuera en ello y estaba prácticamente a su lado – Ahora hablando en serio déjame llevarte, para devolverte el favor que me hiciste hoy – dijo suplicante mientras me tomaba del brazo.

–No tienes que devolverme el favor, solo hice mi trabajo, como cualquier otro medico – estaba cansado de la perdida de tiempo y como pude intente soltarme de su agarre, lo cual no funciono porque puso más fuerza para que no lo lograra.

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