No me había dado cuenta cuando nos habíamos parado delante de un semáforo, lo único que me importaba era que Eustass-ya seguía apretando mi mano como minutos antes, no había aceptado ese apretón hasta ahora y cuando lo hice su feliz rostro se giro a mirarme. Esa pequeña sonrisa que siempre me dedicaba me había cambiado la vida hace unos años, pero saber que me la dedica desde que soy un niño me hace mas feliz, respondí a su gesto con un intento de sonrisa, se notaba que mis emociones en mi rostro, sentimientos como dolor y desesperación se alojaban en mis ojos, mi expresión parecía forzada pero era todo lo contrario, la había sacado desde el fondo de mi alma, era la expresión de alguien con el corazón roto. Un pequeño pitido nos aviso que por fin podríamos cruzar la calle. Sentía como el frío congelaba mis perforaciones haciendo que cada una de ellas doliera. Ya no quería darle mas vueltas a estos estúpidos pensamientos, no llegaría a nada si no actuaba. Pero no podía, no podía hacerlo escoger, porque se que tanto como Bonney como yo somos importantes en su vida; y si alguna vez le hiciéramos escoger seguramente se negaría al punto de ignorar cualquier disputa y seguir viviendo como siempre lo ha hecho, así era el. Me pareció que caminamos sin dirección por horas. En realidad habían pasado quince minutos y acabamos de pararnos delante de un restauran escondido, mire confundido al pelirrojo, buscaba una explicación es su rostro.
–No me mires así, se que no has comido nada. Monet me lo dijo ayer así que vamos a entrar y te vas a hinchar de comida. Esta vez me toca pagar a mi así que aprovecha – con un guiño sin una palabra mas me arrastro dentro del aquel pequeño lugar, donde rápidamente nos condujeron a una mesa.
–¿Ya han decidido que tomaran? – nos pregunto un joven que espera por nuestros pedidos.
–Trae lo de siempre – dijo con una amplia sonrisa mientras le entregaba los menús.
–Bien – el joven dio una pequeña reverencia y fue a por el pedido. Los minutos pasaron y sentía como Eustass-ya no me quitaba ojo de encima, ¿pensaba que iba salir corriendo? Sonreí ante la idea tan estúpida mientras miraba como las primeras gotas de lluvia empezaban a caer. Me sentía incomodo ante la mirada insistente de aquel hombre pero iba a decir nada por ahora, tampoco tenia ganas. Un poco de movimiento sobre la mesa hizo que mi vista se desviara de la ventana para toparse con los ojos ambarinos de mi compañero, la vergüenza hizo que mi mirada se centrara en la comida que había sido depositada meticulosamente segundos antes. El pelirrojo no dudo mucho y tomo sus palillos para empezar a comer sin antes soltar "¡Que aproveche!" lo mas alto que pudo, atrayendo así las miradas del resto de comensales en el restaurante. Observe la comida por algunos minutos, en realidad no tenia muchas ganas de probarla, se veía deliciosa pero no me sentía con ganas; siempre pasaba esto, mi cuerpo me pedía comida y yo tercamente no se la daba, seguramente es porque hace años deje de hacerle caso a mi cuerpo y ya se había acostumbrado al dolor y sufrimiento.
–¿No piensas comer? – su voz cálida me trajo de nuevo a la tierra – ¡Lo siento! Pedí sin pensar en tus gustos, perdón, si quieres puedes pedir otra cosa, no hay problema – y aquí vamos de nuevo, su sonrisa no dejaba que mi corazón se congelase de nuevo, el me obligaba a hacer todo lo que no hacia por no tener ganas. Pero supongo que el se volvió mi nueva razón para vivir.
–No, esta bien, me gusta el nabemono* – con esto pille mis palillos, dije un muy bajo "Que aproveche" y me lance en la búsqueda de alimentos en esa gran cazuela. Los minutos pasaron y Eustass-ya me contaba los eventos graciosos que vivo estos últimos días, mis ojos vagaban entre la cazuela, mi plato y la ventana, me negaba a mirarle a los ojos. En poco tiempo pude apreciar que la fría nieve volvía a cobijar la ciudad. Después de pasar un par de horas en el local decidimos salir, el frío azoto contra mi cara como una bofetada, la nieve se pegaba a mi cara terminando en gotas de agua que parecían lagrimas, mi respiración se hacia vaho rápidamente y mi manos que estaban fuera se congelaron, no dude mucho y las metí mis bolsillos, maldije el momento en el que deje mis guantes en la cómoda de la entrada. Oculte la mitad de mi rostro en el cuello de mi abrigo y espere que mi amigo saliese de aquel lugar, no espere demasiado así que muy pronto nos pudimos encaminar hacia mi hogar. Nuestras salidas siempre eran así; encontrarnos en la estación, ir a comer, si daba tiempo y ganas ir a alguna que otra tienda y/o parque a pasear y volver a casa hasta la próxima vez. Caminamos por un largo rato, el tráfico estaba saturado por la nevada, sentía como el frío me iba afectando cada vez y aquel pelirrojo lo noto.
–¡Hace un frío que pela! Espérame aquí volveré enseguida – no supe que hacer puesto que aquel chico había salido corriendo y no me dio tiempo a objetar, así que decidí apoyarme con la fría pared que se encontraba a mi izquierda, veía la gente pasar y por un momento tuve un déjà-vu, este momento me recordaba al día antes de conocer a la persona que dio un giro a mi vida, no se si fue bueno o malo pero sinceramente ya me importaba muy poco, estar a su lado era suficiente, o eso quería creerme, ya que cada vez quería mas de lo que el me podía ofrecer como amigo. Supongo que con los años me volví codicioso, como un pirata, tratar de ganar sus riquezas a la fuerza.
–Trafalgar ¿cuantas veces voy a tener que decirte que dormir en la calle es malo? – su amable voz y el calor proveniente de una lata de café me sacaron de mis pensamientos.
–Lo siento, es que la nieve me recuerda a el, su suave toque y su amabilidad, por eso siempre cierro los ojos para recordarlo en días nevados – hable con el corazón sobre aquel hombre, Eustass-ya no sabia mucho de ese tema pero me entendía.
–El pasado con el es eso, pasado, así que concéntrate en el presente, el ya no esta pero yo lo estoy, así que por favor mira hacia mi y el presente – sus palabras me sorprendieron y sus ojos suplicantes mas aun. Sentía como mi alma quería expresarse con lagrimas, pero no lo permitiría, no permitiría que el me viera así. Sonreí amargamente para tranquilizarlo, abrí la lata y bebí un poco de su contenido. El pelirrojo solo sonrío de vuelta e hizo lo mismo que yo mientras continuábamos con nuestro camino.
Y después de un largo rato por fin llegamos a nuestro destino, sabia que el tendría que irse porque cierta señorita estaría esperándolo en casa.
–Bueno por fin podrás entrar en casa y abrigarte un poco, hasta luego Trafalgar – con una sonrisa y unas palmaditas en el hombro, me dejo, se fue pero no pude reprimir mis sentimientos, tenia que gritarle muy alto lo que sentía en este instante, se que no lograre nada y puede que se aleje de mi (aunque no sea su estilo) pero tengo que hacerlo, si quiero algo mas que simple amistad tengo que hacerlo. ¡Lo haré!
–¡Eustass-ya! – lo llame, ya no hay vuelta atrás, se giro a verme con una expresión de duda, era ahora o nunca – ¡Me gustas! – lo grite, ya esta, un peso menos, eso pensé, hasta que vi su alegre semblante, sabia que no se lo tomaría en serio pero por lo menos se lo dije abiertamente. Es tan estúpido.
–¡Tu también me gustas! – me grito su respuesta con una gran sonrisa, pero sabia que no era la misma manera de "gustar" de la que hablaba, me resigne y entre al gran edificio con ciertas lagrimas en mis ojos. No me quedaba nada, ya había perdido la oportunidad de estar con, lo supe desde un principio pero me negué a aceptarlo, gracias a ello y a mi propia estupidez ahora sufro. Ascendí por las escaleras a duras penas hasta mi apartamento, y una vez delante me dispuse a abrir la puerta, hasta que esa desagradable voz me detuvo en seco.
–Por fin llegas, pensé que tendría que esperar toda la noche por ti, Law... – y ahí estaba el, de pie contra la pared esperando por mi llegada, ahora sabia lo que me esperaba, esta vez no podría huir de el como hace meses, porque si, este hombre ha vuelto aquí unas cuantas veces después de haber conocido al pelirrojo, me había salvado pero ahora sabia que su plan por fin estaba completo y venían por mi...
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*Nabemono: Nabemono (鍋物, なべ物, de nabe, "cazuela" y mono, "cosas"), o simplemente nabe, es un término que alude a todas las variedades de platos guisados japoneses.
Bueeeenoooooooooooooo he aquí el quinto capitulo de esta historia, supongo que a partir de aquí se viene lo bueno ( ・ิω・ิ) (o eso espero, porque soy kk escribiendo como ya podréis notar si llegasteis aquí) ¡¡PEQUEÑOS INFORMES SEMANALES!! (? Esta semana fue ese estúpido examen del que os comente en el capitulo anterior, pero como soy una badass no lo hice xD lo del proyecto sigue en pie al igual que lo del salón del manga así que plz, poco mas... eso es todo :v nos leemos en el próximo capitulo, ya sabéis comentad con bullying amistoso, nos vemos (づ ̄ ³ ̄)づ
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Soundless Voice
FanfictionDesde que lo conoció su mundo y sus sentimientos se confundieron. Ya no distinguía si lo que sentía era solo amor o una pequeña obsesión por aquel hombre. Él solo queria felicidad, pero eso tiene un precio. Uno que él pagó bastante caro. Un precio q...