Pasado

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Hacia ya unos meses que Trafalgar se había ido dejando ese estúpido mensaje, lo único que pude hacer fue lo contrario de lo que decía. Lo llame incontables veces para que me lo explicara, visto que no contestaba fui a buscar a Monet y a los chicos para ver si ellos tenían una respuesta para mi, terrible error, a todos los pillo desprevenidos, salvo a la mujer peliverde, parecía que ella sabia su paradero pero no quiso decirme, fui a insistirle un par de vez mas en los primeros días de la desaparición pero siempre lograba escabullirse. No deje su búsqueda de lado, siempre he tratado de encontrar pistas que me llevaran hacia él.

Un día como cualquier otro salía del trabajo, no dejaba de pensar en Trafalgar y ya habían pasado unos meses así que me aventure al hospital, de nuevo. Lo único que encontré fueron disculpas por parte de los chicos, diciendo que Monet también se había marchado hace ya un tiempo y que ahora ellos no me podían ayudar en nada. Decidí dejarlo así, planeaba abandonar esta inútil búsqueda, ya que Bonney se estaba quejando mucho últimamente de la poca atención que recibía de mi parte. Quería dejar de pensar en ello y por un tiempo lo logre hasta que un mensaje llego a mi buzón...

De: 090 - xxx - xxx - xx

Asunto: <Sin asunto>

Si sigues pensando en Law, encuentrate conmigo en el café cerca de la estación del hospital, solo hay uno así que no hay perdida. No te diré su ubicación pero si unos cuantos detalles que él no te ha contado, su pasado, su presente y lo que le espera en el futuro... te espero allí a las diez de la noche.

Un rayo de esperanza se posaba delante de mi camino, podría saber algo de Trafalgar, por fin, se que dijo que no me daría su ubicación pero si supongo bien quien es, me la dará a escondidas, siempre es así.

Las horas pasaban y yo cada vez esta mas inquieto, no podía esperar para saber algo sobre él, es algo tonto y seguro se ha metido en un lío gordo, pero habrá salido intacto, ahora estará bien, siempre hacia que me preocupara por él. Por fin se dio la hora acordada y me adentre en aquel café. Busque con la mirada una melena verde, cuando la encontré me acerque a ella pero me di cuenta de que no era la que buscaba, se trataban de dos chicas, una de pelo de verde y los ojos de color violeta vestida -a pesar del frío- con una correa spagetti-strap top dentada con un dobladillo inferior, perteneciente a la tan conocida marca "Criminal", también llevaba un collar con perlas rojas, y una pulsera en su muñeca derecha en forma de flor. La segunda tenia un precioso cabello azul plateado, vestida un sutil vestido blanco con encajes negros en las mangas holgadas y a la altura del pecho, también llevaba unos pequeños pendientes y una cadena de oro. Ambas chicas me miraron confusas y dedicándoles un sonrisa forzada y una pequeña reverencia me aleje de ellas, me forcé a buscar con mas cuidado y por fin la encontré, esta vez estaba seguro. Me acerque a paso lento hacia la mesa, sus ambarinos ojos, tan profundos como los míos, se clavaron en mi hasta que llegue a su altura.

-Me alegra que hayas venido - dijo con una sonrisa - por favor siéntate, tenemos que hablar, mucho, así que ponte cómodo - hice lo que me pidió y rápidamente empiezo a relatarme la vida de Trafalgar desde su punto de vista...

**

Yo había llegado a la familia hacia un año con mi hermana pequeña, Sugar, yo tenia nueve años en ese entonces, realmente nos trataban bien y no nos importaba lo que aquellas personas hacían para darnos el pan de cada día; un día como cualquier otro el hermano menor de nuestro padre, Rocinante, o como nos habían enseñado a llamarle Corazón, llego a casa con un niño de cabellos negros como la noche en brazos, estuvo inconsciente por un par de días, pero Cora-san nunca se aparto de él, yo por curiosidad me asome a su habitación el día que despertó. Y vi algo que nunca me hubiera gustado ver de él, estaba roto, su alma lo estaba, sus ojos derramaban lagrimas, pero él no emitía ni un solo sonido, tampoco tenia una expresión de dolor, solo eran sus ojos sin brillo alguno y sus lagrimas lo que me partieron el interior, Cora-san también estaba llorando pero él si hacia ruido mientras abrazaba su pequeño cuerpo, le había murmurado unas palabras que nunca sabré... después de eso soltó un sonoro grito y por fin expresaba su dolor, lagrimas empezaron a rodar por mis mejillas, no sabia que hacer así que salí corriendo hacia la habitación donde estaba mi hermana, solo era un bebé en ese entonces, lo único que hice fue abrazarla y llorar en silencio.

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