Capítulo uno

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Capítulo uno

Tía Marge


1991

–Harry Potter– la voz de McGonagall llamando al famoso "niño que vivió" se hizo notar en todo el Gran Comedor. El pequeño azabache subió al asiento para que el sombrero seleccionador le diga en que casa lo pondría. La profesora le colocó el sombrero en la cabeza de Harry y los murmullos comenzaron.

–Mmm... Muy difícil, lleno de valor, tampoco la mente es mala. Hay talento, y muchas ganas de probarse a sí mismo. Veamos donde te pongo.- hizo una pausa y Harry pensó en voz baja -Slytherin no, Slytherin no- el sombrero lo escuchó y dijo – ¿Slytherin no eh? ¿Seguro? Podrías ser muy grande ¿sabes? Lo tienes todo en tu cabeza y Slytherin te ayudaría en tu camino a la grandeza de eso no cabe duda. Bueno, si lo tienes tan claro, será mejor que estés – hizo una pequeña pausa– ¡Gryffindor!– la mesa antes nombrada se lleno de aplausos y bullicio. El pequeño Potter se sentó en la mesa de su casa dándole una mirada de apoyo a su hermana melliza.

–Madison Potter– dijo McGonagall y de nuevo todo el comedor susurrando cosas de los mellizos Potter. La pequeña se sentó en el mismo taburete que minutos antes se había sentado su hermano, la profesora de Transformaciones le colocó el sombrero en su cabello pelirrojo.

-Potter, es mucho más difícil que tu hermano. Eres valiente y con bastante coraje, irías bien en Gryffindor, por otro lado, eres leal y honesta, como una Hufflepuff, pero no encajaría allí. Tienes un intelecto inigualable, eso serviría para Ravenclaw ¿sabes? Pero tampoco harías mucho allí– a todo esto, Madison estaba roja de la furia, el sombrero daba muchas vueltas para ponerla en una casa, y eso ella lo odiaba: esperar.

– Ya cállate y pon me junto a mi hermano– dijo ella casi gritando y se sacó el sombrero de su cabeza. Todo el comedor la miraba atentamente, la pequeña Potter dejó el sombrero en el taburete y estaba bajando las escaleras del mini escenario, cuando una voz la hizo parar en seco al escuchar lo que dijo.

–Eso es lo que quería escuchar, ¡SLYTHERIN!– la mesa nombrada aplaudió e hizo bullicio, mientras tanto los mellizos se miraban el uno al otro con cara de tristeza, los habían puesto en casas totalmente diferentes, tales como "enemigas". Madison fue y se sentó al lado de un rubio platinado.

–Hola, soy Draco Malfoy–dijo él estirándole la mano a Madison en forma de saludo.

–Soy Madison Potter– dijo ella estrechándole la mano.

–Es un gusto Madison–dijo el rubio mirándole con una sonrisa.


31 de julio de 1993

Cuando Harry y Madison bajaron a desayunar a la mañana siguiente, se encontraron con los tres Dursley ya sentados en la mesa de la cocina. Veían la televisión en un aparato nuevo, un regalo que le hicieron a Dudley al volver a casa después de terminar el curso, porque se había quejado a grito del largo camino que tenía que recorrer desde la cocina hasta la televisión de la salita. Su primo se había pasado la mayor parte del verano en la cocina con sus ojos de cerdito fijos en la pantalla y sus cinco papadas temblando mientras engullía sin parar. Era treinta y uno de julio, significaba una cosa: el cumpleaños de los Potter. Ellos ya se habían hecho un regalo, Madison le regaló a Harry un libro sobre Quidditch, muy bueno a decir verdad. Mientras que Harry le había regalado un anillo muy bonito a decir verdad, era de oro, en el centro tenía una piedra ovalada negra en la cual tenían un símbolo que no sabía lo que se significaba. Harry se lo había pedido a Ron que lo ayude con el regalo para Madison y este encontró el precioso anillo y se lo dio a su amigo. En la madrugada les habían llegado todos los regalos de sus amigos; Ron le regaló a Harry un falsoscopio de bolsillo –era como una diminuta bola de cristal que si hay alguien que no es de fiar cerca empieza a dar vueltas y a encenderse-, mientras que a Madison el pelirrojo le regaló un monedero de piel de Moke –es un pequeño monedero que tiene grandes capacidades de almacenaje y que solo el dueño las puede sacar de allí-, Hermione le regaló a Harry un equipo de mantenimiento de escobas voladoras, en cambio, de Madison le regaló un libro muggle que le recomendó ella a la pelirroja. Hagrid les envió un regalo también, les regaló dos ejemplares de 'El monstruoso libro de los monstruos' diciendo que les serviría para su próximo año en Hogwarts, los cuales fue un pequeño gran problema tratar de que se callen, pero al final consiguieron atarlos, el de Harry con un cinturón y el de Madison con una cinta. Draco, Theo y Blaise, los mejores amigos de ella, les mandaron cartas para la pelirroja diciendo que su regalo se lo daría en Hogwarts, que era una sorpresa.

Mi Slytherin [CANCELADA TEMPORALMENTE]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora