Capítulo tres
El error de tía Marge.
Madison y Harry soportaron los tres días siguientes obligándose mutuamente a pensar en el Quidditch -que era su pasión, algo que compartían con su padre y eso les agradaba aún más- cada vez que tía Marge se metía con ellos. El truco funcionó bastante bien, aunque debían de darles aspecto de atontados y tía Marge había empezado a decir que eran subnormales, cosa que le molestaba a Madison y en esos momentos era cuando el viento comenzaba y las luces parpadeaban, pero tía Petunia y tío Vernon se apresuraban a decir que había un clima terrible.
Por fin llegó la última noche que había que socializar con tía Marge en la casa. Tía Petunia había preparado una cena por todo lo alto y tío Vernon descorchó varias botellas de vino. Tomaron la sopa y el salmón sin hacer ninguna referencia a los defectos de los Potter; durante el pastel de merengue de limón, tío Vernon aburrió a todos con un largo discurso sobre Gruninngs, la empresa de taladros para la que trabajaba; luego tía Petunia preparó café y tío Vernon sacó una botella de brandy.
-¿Puedo tentarte, Marge?
Tía Marge había bebido ya bastante vino. Su rostro grande estaba más que colorado.
-Sólo un poquito- dijo con una sonrisa. Bueno, un poquito más... un poco más... ya vale.
Dudley se comía su cuarta porción de torta. Tía Petunia sorbía café con el dedo meñique estirado. Harry habría querido subir a su habitación, pero tropezó con los pequeños e iracundos ojos de tío Vernon y supo que debía quedarse allí. Madison por su parte, habría querida lanzarle a tía Marge los mil y un maleficios que ella sabía, hasta los imperdonables.
-¡Aah!- exclamó tía Marge lamiéndose los labios y dejando la copa vacía en la mesa-. Una comilona estupenda, Petunia. Por las noches me contento con cualquier cosa. Con doce perros que cuidar...- Eructó a sus anchas y se dio una palmada en la voluminosa barriga, cosa que le dio más repugnancia a Madison-. Perdón. Pero me gusta ver un buen mozo- prosiguió guiñándole el ojo a Dudley. <Si él es buen mozo, entonces Harry es el príncipe de Bulgaria> pensó la Potter-. Serás un hombre de buen tamaño, Dudders, tal y como tu padre. Sí, tomaré una gota más de brandy, Vernon... En cuando a éste...
Señaló a Harry con la cabeza, cosa que hizo enfurecer a Madison, ¿quién se creía esta para venir y hablar así a su hermano? Porque tía de ellos no era. El muchacho por su parte, sintió que se le encogía el estómago.
<Quidditch, Hogsmade, Hogwarts, Quidditch>, se repetía constantemente Harry.
-Éste no tiene buen aspecto, salió menudito. Pasa también con los perros. El año pasado tuve que pedirle al coronel Fubster que asfixiara a uno porque era raquítico. Débil. De mala raza.
Madison trataba de controlar sus poderes, las ganas de lanzarle un Avada Kedrava eran miles y miles, pero no podía por dos cosas: no podía hacer magia fuera de la escuela y si lanzaba la maldición asesina, tendría un boleto de ida a Azkaban en primera fila.
Harry trataba de recordar la página número doce de su libro de la escuela: Encantamiento para revertir hechizos.
-Como decía el otro día, todo se hereda. La mala sangre prevalece. No digo nada contra tu familia Petunia- Con su mano de pala dio una palmadita sobre la mano huesuda de tía Petunia-. Pero tu hermana era la oveja negra. Siempre hay alguna, hasta en las mejores familias.
Harry miraba a Madison con una mirada tranquilizadora, sabía que ella saltaría en cualquier momento. Él trataba de concentrarse en el libro de Quidditch. <Sujétese la escoba por el palo.> No podía recordar como seguía.La voz de tía Marge parecía perforar su cabeza como un taladro de tío Vernon.
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Mi Slytherin [CANCELADA TEMPORALMENTE]
FanfictionMadison Potter, es la hermana melliza de Harry Potter, o mejor conocido por "el niño que vivió". Esa noche, la noche en que el-que-no-debe-ser-nombrado asesinó a James y Lily Potter, y que luego asesinaría al pequeño Harry de a penas un año, Madis...