Mi Slytherin [CANCELADA TEMPORALMENTE]

Capitulo catorce 3/5

Los tres campeones voltearon a la puerta en cuanto escucharon pasos, Cedric al ver que Madison estaba allí, se quedó desconcertado. ¿Qué hacía ella allí?

-¿Qué estás haciendo aquí, Mad?- preguntó el Hufflepuff algo desconcertado, ella no podía hablar y le mostró el papel con su nombre. Cedric lo miró sin poder creerlo-. ¿Tú? ¿Metiste tu nombre en el Cáliz?

-¿Me crees capaz de hacer eso? Yo no quería concursar, Cedric- reclamó ella en casi un grito, pero se cayó cuando escuchó el sonido de las escaleras.

Dumbledore, Barty Crouch, Mcgonagall, y la mayoría de profesores bajaban las escaleras. El ministro gritaba. El director de Hogwarts en cuanto bajo las escaleras, fue director hacia los Potter.

-¿Pusieron su nombre en el Cáliz?- preguntó en un tono algo elevado de voz, a Madison le molestó, pero se calló.

-No- dijeron al unisono, desde que tenían once años no hacían eso.

-¿Le pidieron a algún estudiante que lo haga?

-No- otra vez al unisono.

-¿Están seguros?

-Sí, nosotros no queríamos ni participar- exclamó Madison algo irritada por el tono de Dumbledore.

-¡Es mentira! ¡Estoy segura!- gritó Madame Maxime cuando bajó las escaleras.

-¡Claro que no! El Cáliz de Fuego es un objeto mágico muy poderoso, y sólo un potente hechizo para confundir podría engañarlo. Y además es magia muy avanzada para dos jovencitos de quince años- los defendió Moody.

-¡Ahí lo tiene! Nosotros no fuimos, no queremos participar en el torneo- exclamó Madison.

- Parrece que sabes mucho de esto, Moody- dijo Igor Karkarov, el director de Durmstrang con su tan inconfundible acento búlgaro.

-Mi trabajo era pensar igual que lo hacen los magos tenebrosos- recalcó Moody.

-¡Esto no nos ayuda en nada!- exclamó Dumbledore-. Tú decides Barty.

-Las reglas son absolutas, el Cáliz de Fuego tiene inapelable mente la decisión. No tienen salida, son, a partir de hoy otros participantes del torneo- dijo Barty Crouch.

-No, absolutamente no. Yo no quiero participar, y no dejare que Harry participe- dijo Madison enojada, hasta que se dió cuenta lo que dijo.

-Lo entiendo, señorita Potter, pero no tiene elección- dijo más tranquilo, Dumbledore.

(...)

-¿Usted cree que funcionará?- preguntó el azabache a su director.

-Claro que sí, Harry- respondió él-. Madison ha sufrido un aturdimiento de dementor, quiere decir que ella, al principio, tenía sólo pensamientos y sentimientos negativos, con el tiempo se le irán pasando; cómo cuando te defendió el día que salieron electos por el Cáliz, en ese momento se había ido el efecto- explicó Dumbledore.

-¿Porqué ella reacciona así a los dementores? Yo sólo me desmayé, pero no me olvidé nada.

-¿Te acuerdas cuando te dije que cuando Voldemort fue al Valle de Godric, y te atacó, Madison había tratado de hacer un contra hechizo?- Harry asintió-. Bueno, en ese momento, sus defensas bajaron, por eso ella es una gran hechicera. Pero cuando tiene que enfrentarse a un enemigo así, que le saca toda la felicidad, como los dementores, le afecta de diferentes maneras. No se sabe cómo puede reaccionar. De a poco se va yendo aquél efecto, Harry. No te preocupes.

-Gracias, director- y el azabache salió de allí.

(...)

Ella se encontraba acostada en su cama de la habitación que compartía con sus insoportables compañeras de Slytherin. Pensaba en cómo iba a hacer para no morir en el intento de sobrevivir en el torneo, y de cómo su hermano y amigo no mueran tampoco, en fin, que nadie muera. Madison no quería participar, ni aunque tuviera la mayoría de edad se hubiera anotado en aquél torneo, sólo los más experimentados y valientes se anotaban allí, si bien ella era todo eso, no quería morir en un fallido intento por conseguir la gloria eterna.

Todos notaron el cambio que había en Madison, y es que para que se le vaya tenía que sufrir un gran temor, un temor que nunca antes había sentir, que le haga recordar todo lo que tenía y todo lo que podría perder, como cuando defendió a su hermano, Harry es la única familia que tiene, y lo único que le importaba perder, con su participación en el torneo, Madison sabe que puede llegar a perder a su hermano, la única familia que le queda, y lo que más le importa.