Capítulo nueve I

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(Hoy estuve muy ocupada, así que dividiré el capítulo en dos)

El profesor Lupin, quien era el señor misterioso que estaba durmiendo en el compartimiento, se había ido a la cabina del maquinista y había dejado en claro a Hermione que cuando Madison despierte, se coma una rana de chocolate. Abrió los ojos y se encontró con un chico pelirrojo, al igual que ella, una chica de cabello castaño por los hombros y un chico de cabello azabache algo desordenado, con unos ojos verdes que se escondían detrás de unas gafas redondas.

-Madison- sonrío Harry al ver que su hermana despertaba de a poco.

-¿Qué me pasó?- preguntó ella, aún desconcertada y sin saber dónde estaba acostada.

-Te enfrentaste a un dementor, según el profesor Lupin- contestó Hermione.

-¿Profesor Lupin?- Madison se reincorporó y abrió los ojos repentinamente, analizó su entorno: estaba con Harry Potter, Ron Weasley y Hermione Granger, obviamente era una equivocación, no podría estar en la misma habitación que ellos tres-. ¿Qué hago yo aquí? ¿Con ustedes? Debe ser una broma.

-Mad, te desmayaste, debes de estar aturdida, recuéstate- Hermione le tocó el hombro para ayudarla a sentar, pero la pelirroja la quitó rápidamente.

-No me toques- la miro de arriba abajo, con esa mirada de repugnancia que casi siempre tienen los de Slytherin cuando están frente a un mago hijos de muggles-, sangre sucia- escupió y se fue del compartimiento.

Los tres chicos se quedaron estáticos, quedaron en las mismas posiciones que pusieron cuando Madison lanzó ese gran insulto hacia Hermione, a quien se le caían un par de lágrimas. Madison nunca fue esa típica Slytherin con prejuicios sobre la pureza de sangre o esas tonterías, es más, cuando Draco insultaba a Hermione, ella se enfadaba y podría estar enojada por días, o hasta semanas. 

Madison caminaba con grandeza por el tren, caminaba como si se llevara el mundo por delante, digna de Slytherin; iba camino al compartimiento en el que estaban Draco y sus amigos de su misma casa, cuando en su camino aparece Neville Longbottom, un chico de Gryffindor, algo torpe. 

-Madison-exclamó efusivo con una sonrisa-, ¿cómo fueron tus vacaciones?

-Muévete Longbottom- dijo ella con pura maldad y deprecio, y, con un empujón, movió a Neville del camino.

Siguió caminando hasta llegar al compartimiento donde estaban tres serpientes riéndose, hasta que escucharon el sonido de la puerta abrirse y vieron que era Madison con su cara de no muy amigos, sin contar que se veía diferente, físicamente hablando, claro. La chica tomó asiento al lado de Draco, su mejor amigo. 

-De acuerdo- comenzó Madison mientras se miraba sus uñas perfectamente impecables-, ¿quién de ustedes fue el gracioso que me lanzó un Desmaius y me llevó al compartimiento de Potter, Weasley y Granger?

Los tres chicos se miran desconcertados, hacia unos diez minutos ella sola se había ido a ver a su hermano, y ahora vuelve y está totalmente cambiada física y mentalmente.

-¿Qué te pasó en el cabello?- preguntó Theo mirando a su amiga. 

-Está normal, como siempre.

-Madison- Draco llamó la atención de su amiga, quien lo miró-, tu cabello está rubio, hacia diez minutos, era pelirrojo; eso no es normal.

Era verdad: el cabello de Madison se volvió rubio de repente, y sus ojos, verdosos, se volvieron azules. Eso es muy raro, todo eso es comparado con que Harry Potter haya enfrentado a Voldemort con once años. Además, de un momento a otro, odiaba a su supuesto hermano, al cual llamaba por su nombre, cuando ella nunca hace eso, a Ron Weasley y a Hermione Granger, quien supuesta mente es su mejor amiga. 

-Como digan, están locos chicos. Me iré a cambiar al baño- dijo ella y salió del compartimiento.

Los tres Slytherin se quedaron solos con una cara de confusión imperdible, en menos de dos horas, su amiga había cambiado demasiado, era algo inexplicable.

-Díganme que están viendo lo mismo que yo, por favor- dijo Blaise sin quitar la mirada de la puerta por dónde salió su amiga.

-Está loca- exclamó Theo dramáticamente.

-No, o algo pasó en el compartimiento de Potter, es inexplicable que cuando se haya ido normal, y ahora vuelve con el cabello rubio y odia a quien sea de otra casa- reflexionó Draco.

-Tenemos que hacer algo, no aguanto a esta Madison, me gustaba la otra, la linda- dijo Blaise mientras zarandeaba a Theo de aquí para allá.

Draco estuvo de acuerdo con él y los tres se encaminaron al compartimiento de los tres Gryffindor, y no con buena cara, al contrario, el rubio iba con los puños apretados; llegaron al compartimiento, el cual estaba cerrado, pero Draco abrió la puerta con fuerza. Los Gryffindor miraron a la puerta y, cuando vieron que era Malfoy, cambiaron su cara a una de no muy buenos amigos, como la de los Slytherin.

-Potter- exclamó el rubio con furia, se acercaba cada vez más a Harry-, ¿qué le pasó a Madison?

-Malfoy, aquí no tienes nada qué hacer, no pasó nada, te aconsejo que te vayas, porque si ella cambió, es por alguien, por ti- Harry no se quedaba atrás de Draco, le respondía con la misma moneda. 

Draco lo miró por última vez, con odio profundo en su mirada, miró a Ron, quien se había parado al lado de Harry, y por último miró a Hermione que permanecía sentada mirando la escena que se estaba armando. Estaba dispuesto a irse, pero escucho algo.

-Serpiente rastrera- susurró Harry a Ron, causando la risa del segundo, que duró pocos minutos.

Draco se dio la vuelta rápidamente, y PUM, el puño del rubio se estampó con la cara del azabache.

Mi Slytherin [CANCELADA TEMPORALMENTE]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora