Capítulo cuatro
El autobús noctámbulo.
Luego de que se alejaron varias cuadras, Madison se dejó caer sobre un muro bajo la calle Magnolia, jadeando a causa del esfuerzo. Se quedó sentada, inmóvil, todavía furioso, escuchando los latidos acelerados de su corazón. Harry la miro y luego dijo:
-Mad, ¿qué sucede?
-'¿Qué sucede?', Harry usamos magia en tía Marge, la inflamos, más de lo que estaba. Y ahora esta en quien sabe donde flotando sabiendo que fuimos nosotros. Infringimos el Decreto para la Prudente Limitación de la Magia en Menores de Edad, nos expulsarán de Hogwarts. El año anterior nos dieron una advertencia porque Dobby usó magia, ¿qué nos espera a nosotros?- le susurró ella.
-Hey hey, tranquila. Escucha, tienes que tranquilizarte, seguramente Fudge no nos hará nada, fue magia imprudente, no la quisimos hacer o no hicimos ningún hechizo- le dijo de igual modo Harry.
Madison se quedó en silencio; ambos sintieron un escalofrío pasar por su columna dorsal. Ella miró a ambos lados de la calle Magnolia. Pensó en Draco, Theo y Blaise, y se entristeció aún más, si era ello posible. Estaba segura de que, delincuente o no, sus amigos querrían ayudarla, al igual que Ron y Hermione, los amigos de su hermano con quienes había hecho una linda amistad.
No tenían dinero muggle. Les quedaba algo de oro mágico en los monederos, en el fondo del baúl de Harry, pero el resto de la fortuna que le habían dejado sus padres estaba en una bóveda de Gringotts, el Banco de los magos, en Londres. Nunca podrían arrastrar los baúles, la jaula de Hedwig y la pecera con Venus dentro hasta allí. Salvo que...
Miró su varita mágica; el núcleo, pelo de Veela, pelo de cola de Thestral y pluma de Fenix, madera de Perul, catorce pulgadas, una varita muy peculiar y demasiado extraña, el mismo Ollivander lo dijo. Esa varita la había tenido el viejo hacia años, y nunca le encontró un dueño al que le responda correctamente la varita, curiosamente, a Madison si le correspondió la varita.
Si ya los habían expulsado, un poco más de magia no empeoraría las cosas. Tenían la capa de invisibilidad que su padre le había dado a su hermano. ¿Qué pasaría si hechizara ambos baúles para hacerlo liviano como una pluma, ataban el de Harry a la escoba de este y su baúl junto a Venus lo ataba a su escoba, hacía un hechizo de invisibilidad mientras uno de ellos se tapaba con la capa e iban volando hacia Londres? Podrían sacar el resto de dinero de su bóveda, y... comenzar una nueva vida alejados del mundo mágico. Era un horrible panorama, ¿vivir lejos del mundo mágico? ¿para Madison y Harry? Iba a ser imposible, pero no podían quedarse allí sentados o tendrían que explicarle a la policía muggle por qué se hallaban allí a esa hora de la noche con dos baúles enormes llenos de libros de encantamientos, hechizos y pociones, dos escobas de una marca bastante rara a decir verdad, una jaula de un pájaro o lo que fuere vacía y una pecera donde había una serpiente de un metro y medio casi, si, no debería pasar eso.
-Harry- lo llamó Madison y este la miró-, leí en un libro que hay un autobús mágico que te lleva a cualquier parte, ¿podríamos ir a Londres no? ¡Al Caldero Chorreante!- exclamó.
-Si nos están persiguiendo, es peligroso ir al Caldero Chorreante Mad. Si nos atrapan, nos expulsarán del colegio Madison- contestó Harry.
-Pero podemos llegar y pasar desapercibidos, ¿dónde piensas dormir en estas dos semanas para empezar el colegio?- exclamó.
-De acuerdo, vamos al Caldero Chorreante, pero ¿cómo?- preguntó, mientras miraba en frente, donde se encontraba un arbusto y un perro enorme color negro carbón, aunque no se veía muy bien-. Mad, ¿tu también ves esa bola de pelos negra?
ESTÁS LEYENDO
Mi Slytherin [CANCELADA TEMPORALMENTE]
FanfictionMadison Potter, es la hermana melliza de Harry Potter, o mejor conocido por "el niño que vivió". Esa noche, la noche en que el-que-no-debe-ser-nombrado asesinó a James y Lily Potter, y que luego asesinaría al pequeño Harry de a penas un año, Madis...