Estamos llegando a Ciudad Malva, una ciudad bastante alejada de Magnolia, ahora mismo estoy dentro de una carroza. Los chicos están junto al cargamento, ocultos dentro de grandes cajones que fueron cargados con ayuda de Taurus.
Lo bueno de esta ciudad es que podemos arrendar cabañas, nos darán más privacidad. Al bajar del transporte invoco nuevamente a Taurus para ayudar con las cajas y ponerlas dentro de la cabaña. Los saco de las cajas, y como era de esperarse, los gemelos dragón slayers están inconscientes. Los exceed por suerte están bien.
-Lucy-san ¿Qué haremos ahora?- pregunta Lector.
-Ustedes descansen, iré a hablar con el alcalde para que me diga los detalles de la misión.-le explico.
El viaje había durado día y medio ya que no podíamos ir en tren, porque revisan el cargamento. La única vía era por carreta, aunque fuera incómodo.
Antes de salir de la cabaña ordeno mis cosas en mi habitación. La cabaña constaba de dos habitaciones, una con cama matrimonial y demás muebles propios de un dormitorio la cual será mía y la otra tiene dos literas, en la que dormirán los chicos. Una cocina, un living-comedor y un baño. Es bastante simple.
Al terminar de poner todo en orden me alisto y salgo de la habitación, me doy cuenta que los chicos están preparando sus habitaciones, por el ruido que sale de su habitación, que se encuentra frente a la mía.
Pero no son todos porque Sting sigue en el suelo aún inconsciente.
Tengo una idea.
Busco un marcador y me acerco al bello durmiente. Lo observo por un rato, su rostro sereno, sin esa expresión de idiota. Su cabello rubio es más claro que el mío, que es más dorado en comparación. Saco la tapa y me inclino. Con mi otra mano acaricio su cabello, es tan suave... bueno sólo era para comprobar que seguía dormido. Creo. Primero dibujo un mostacho, luego un oráculo en su ojo izquierdo y más garabatos que no mencionaré. Finalmente escribo "Idiota" en su frente.
Me paro y contemplo mi obra, no está mal.
-¡Sting-kun, qué te...!- Tapo la pequeña boca de Lector y niego con la cabeza, deseando que no le diga nada más. Pero es tarde, ya ha despertado.
-¿Lector...? ¡¿Qué le haces a Lector?!- se alarma, y suelto al gato. Lo miro inocente, trato con todas mis fuerzas contener una carcajada.
-Nada, nada... Sting, tengo que... decirte algo-
-¿Qué cosa? Y quita esa sonrisa, es tétrica.- debe de serla, no puedo más con la risa, tengo que hacerlo rápido.
-Q-que... Sting..- me calmo y pongo mi cara más seria y convincente que tengo- ..tú eres la persona más hermosa que he visto en mi vida.-finalizo y salgo de la cabaña, dejándolo boquiabierto y congelado.
Llego a una inmensa mansión, la casa del alcalde de la ciudad. Es realmente preciosa. En la entrada me recibe una de sus sirvientes, y esta me guía a su despacho. Es cual también es enorme, tiene un gran estante repleto de libros y un ventanal en el fondo. Me recuerda a la oficina de papá en cierto modo.
El hombre sentado en la silla de cuero frente al gran escritorio se presenta como el alcalde, su nombre es Sr. Bolton. Es un hombre canoso, alto, de impotente presencia y ojos afilados.
-Señorita Heartfilia, por favor, le encargo la captura de este bandido.
-No hay problema, es mi trabajo, pero una pregunta más ¿No tienen alguna característica que destaque de él?
-Lo lamento, pero sólo uno de los ciudadanos logró ver una silueta masculina.
-Está bien, gracias, con su permiso.
-Confío en usted.- y salgo de la mansión.
Recorro la ciudad, por hoy no puedo hacer nada supongo. Lanzo un suspiro ¿Cómo buscar a alguien, sin nada de información? ¿Tendría que esperar cerca de una joyería hasta que la robaran? No, no puedo hacer eso... pero no hay nada más. Ya pensaré en algo.
Mientras tanto compraré algo para la cena. No tengo ganas de cocinar. Paso a un restaurante a pedir algo para llevar.
-Señorita, pase a una mesa, por acá.
-No, vengo a pedir algo para llevar.
-Entonces espere en la mesa hasta que la atiendan- asiento hacia la amable gerente. Y me siento en una de las mesas cerca de la ventana. Y pido cinco porciones del especial de la casa y unas ensaladas, no quise complicarme tanto. Estoy agotada.
Luego de un rato me traen dos bolsas con la comida que había pedido, dejo la paga y tomo rumbo a la cabaña. Llego a un parque y me siento un rato en una de las bancas para descansar, ya que la casa del alcalde se encontraba al otro extremo de la ciudad. Ah... ya oscureció.
Escucho un rugido de estómago detrás de mío. Y justamente por detrás, en el suelo, había un joven. Lo invito a que se siente conmigo, su estómago vuelve a sonar. Me mira atentamente.
Le ofrezco una de las raciones de comida que acabo de comprar.
- ¿E-estas segura?- tartamudea, cabizbajo.
-Sí, no hay problema, mira tengo más. No te preocupes- le sonrío.
Mientras come, me percato que su ropa está algo desalineada, su cabello es morado y sus ojos son celestes. Cuando termina me da las gracias.
-¿Dónde vives?- le pregunto, es muy tarde y se ve que es más joven que yo. Por lo que sus padres deben estar preocupados- Yo te llevo a casa.
-No es necesario, p-pero m-muchas gracias p-por todo...- Dice con un sonrojo notorio a pesar de que está oscuro, supongo que está muy avergonzado, que tierno.
-Pero...-Niega con la cabeza, hace una reverencia y se marcha en dirección opuesta a la que tengo que irme.
Al llegar a la cabaña dejo la comida sobre la mesa y la sirvo en los platos, por mi parte esta noche comeré solamente ensalada. Cierto que Sting debe estar un poco molesto.
Me como rápidamente la ensalada y grito- ¡Buenas noches!- y corro a encerrarme a mi dormitorio.
Y escucho -¡Maldita Lucy! Me las pagarás caro, hija del demonio, malvada... estúpida rubia... ¡Gracias por la comida! ¡Está deliciosa!
Está bien... eso fue raro, al parecer cambia de humor si le das buena comida... interesante.
***
Scall
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¡Hey, Lucy! [StingLu]
Fanfic¡Atención! Los personajes utilizados en esta FanFic son propiedad de Hiro Mashima. *No copiar, todos los derechos reservados. Lucy Heartfilia, joven maga del gremio Fairy Tail. Es amable, determinada y siempre da lo mejor de sí. Últimamente algo no...