¡One-Shot's BL!

[Percico]-Una ayuda divina

¿Sorprendidos? Esa palabra se queda corta al presenciar todos los campistas del campamento mestizo tal escena.
Nadie esperó llegar a ver esa escena alguna ves en su vida, ni en sus sueños más locos consideraron ver una cosa así.
Empecemos por el principio, hoy era un nuevo día en el campamento mestizo. Todo ocurría como de costumbre, los campistas se juntaban en el comedor para disfrutar de su desayuno y rato después volver a reunirse para el almuerzo, pero algunos notaron que durante ese rato Nico di Angelo no se presentó.
A muchos eso los tenía indiferentes, sólo Percy Jackson, el hijo de Poseidón, se mantenía sentado en su mesa sólo como casi siempre (ya que su hermanastro Tyson seguía trabajando en las fraguas con los demás cíclopes y no podría ir hasta dentro de unas cuantas semanas) y mirando con preocupación la mesa frente a el, la mesa de Hades donde siempre se sentaba ese solitario chico al que prácticamente casi todo el campamento odiaba o ignoraba por el simple hecho de ser hijo del señor de los muertos y tener esa mirada con un deje de locura que lo caracterizaba.
No era culpa de Nico que todos le temieran o excluyeran por el hecho de que sus padres, los dioses del Olimpo, así lo hacían también con Hades, el padre de Nico. Percy ya no podía negar que tenía fuertes sentimientos de amor por ese chico que técnicamente era su primo, por esa misma razón el cortó con Annabeth, esa chica hija de Atenea que había sido su gran amiga por mucho tiempo. Ella lo aceptó y después de unos meses su amistad volvía a ser la de antes, sin tensiones ni nada por algo que ya había pasado.
Annabeth aceptó ayudar a Percy a conquistar a Nico, pero justo el día que pondrían el plan en marcha el chico estaba completamente desaparecido.
Percy se tranquilizó un poco al ir con Jason y que este le dijera que no se preocupara, que Nico sólo seguía durmiendo.
Pero, la caracola que indicaba la hora de la cena sonó y al estar todos los campistas reunidos, Percy notó que Nico aún estaba ausente. Cuando todos los campistas ya habían hecho su ofrenda a los dioses y se disponían a comer, algo muy inesperado pasó.
Todos pararon sus cuchicheos y risas al ver a Nico di Angelo en la entrada del comedor y con los ojos y mejillas llenos de lágrimas. El chico buscó a alguien con la mirada y se acercó tambaleante a la mesa de Poseidón, cuyo único ocupante lo miraba preocupado y se levantó al ver que Nico se dirigía a el.
—Nico, ¿Que...?—Percy no pudo terminar ya que recibió un inesperado abrazo de parte del menor, cosa que lo dejó estupefacto, pero a los segundos correspondió tratando de calmar a Nico, el cual seguía sollozando.
Unos minutos después, Nico se alejó un poco de Percy, ya estaba más tranquilo. Todos en el lugar seguían callados y mirándolos sorprendidos, pero lo que hizo Nico después hizo que todos (incluyendo al señor D) ahogaran un sonido de sorpresa. Nico había tomado a Percy de las mejillas y lo había besado, beso que también dejo desconcertado a Percy hasta que reaccionó y correspondió el beso tomando a Nico de la cintura.
Al separarse, Nico volvió a abrazar a Percy y hundir su cabeza en su pecho.
—Nunca se te ocurra dejarme, estúpido—dijo Nico con voz algo temblorosa
—Nunca lo haría—Percy sonrió enternecido y continuaron abrazados unos minutos más hasta que Nico se separó y miró amenazante a todos
—Esto no es un circo, así que si siguen mirando los mandaré al tártaro sin boleto de regreso y me aseguraré de que sus almas sean torturadas hasta el final de los tiempos, ¿Entendieron?—esas palabras sumadas a la mirada de Nico bastaron para que todos regresaran inmediatamente a sus conversaciones y el comedor quedara lleno de murmullos, risas y conversaciones variadas de los campistas de nuevo.
—Será mejor que comas algo, no saliste de tu cabaña en todo el día, a este paso morirás de hambre—dijo Percy mirando a Nico
—Pero...—la actitud amenazante de hace segundos atrás se desvaneció por completo y en su lugar apareció un Nico indefenso, como un pequeño gatito abandonado—No quiero separarme de ti por hoy, ni para sentarme en mi mesa
—Pero Nico... Las reglas del campamento dicen...
—Al diablo con las reglas del campamento—Su actitud normal regreso de golpe y Nico se sentó en la mesa de Poseidón ignorando por completo las miradas y susurros que le dedicaban.
Percy suspiró y miró a Quirón, el cual también lo estaba mirando. Percy hizo un leve movimiento de cabeza apuntando a Nico, Quirón suspiró y asintió. Percy sólo sonrió y le hizo un gesto con la cabeza a modo de "gracias" para luego sentarse junto a Nico.
Nico sonrió, dejando sorprendido a más de uno, y después recargó su cabeza en el hombro de Percy. Y así pasó la cena, entre susurros y miradas discretas a esos dos mientras que estos estaban en su burbuja y sólo se sonreían y conversaban animadamente.
La hora de la cena pasó, así que varios campistas se dirigieron a sus respectivas Cabañas, pero Percy y Nico se dirigieron tomados de la mano a la cabaña 3, la cabaña de Poseidón. Nico había insistido en que quería dormir con el, al menos por esa noche, cosa a la que el oji-verde no se pudo resistir al mirar la cara de cachorrito que ponía Nico.
—Nico, no dormirás así, ve a tu cabaña a ponerte tu pijama y luego regresas—dijo Percy
—Esta bien—resopló Nico para luego dirigirse a la cabaña 13, la cabaña de Hades. Regresó luego de ponerse su pijama y se encontró con Percy esperándolo sentado en su cama. Ambos se recostaron en la cama y Percy abrazó a Nico de manera sobreprotectora, a lo que Nico se recostó en el pecho de Percy.
—Nico, ¿Porque llegaste llorando así?—Nico se mantuvo en silencio unos segundos y después suspiró dispuesto a hablar.
—Al principio no quise salir de mi cabaña porque hoy no tenía ganas de verte, cuando Jason fue a verme le dije que si preguntabas yo seguía durmiendo. Al final si que me quedé dormido y soñé con... Afrodita—Percy sintió un escalofrío al volver a pensar en la ves que se encontró con la diosa del amor, esa ves quedó atontado por completo—. Ella me dijo que ya era hora de que hiciera algo para demostrar mis sentimientos a la persona que me gusta, o...—la voz de Nico se quebró y el lugar volvió a quedar en silencio unos minutos
—Nico, si ya no quieres decirlo...
—No—lo cortó Nico—. Te lo contaré...—hizo una pausa y soltó un pesado suspiro—Me mostró imágenes de ti y Annabeth volviendo a ser novios, casándose, siendo felices... Me dijo que ella se encargaría de que eso pasara si yo no hacía algo ya para demostrarte mis sentimientos. Después me desperté, recordé lo que vi de ti y Annabeth y sentí un dolor en el pecho, después escuché la voz de ella en mi cabeza, "Haz algo ahora o mañana lo perderás para siempre". Salí corriendo de mi cabaña y vi que todos estaban reunidos en el comedor, me importó poco que me vieran llorar y... Supongo que el resto ya lo sabes.
—Nico...
—¿Que pasa?
—Te amo, y ni los poderes del amor de Afrodita podrían cambiar eso—Nico sonrió y le dio un pequeño beso a Percy en los labios
—Yo también te amo, Percy
—Así que... ¿Se podría decir que Afrodita nos dio una mano para estar juntos?
—Si... Podría decirse—Nico soltó una leve risa
—Una ayuda divina
—Una ayuda divina—repitió Nico y después volvió a soltar una leve risa
—Te ves mejor riendo...—Las mejillas de Nico se colorearon de rojo al darse cuenta de que se había reído, y más de una ves
—No es verdad... Sólo durmamos y ya—ahora fue Percy quien río, pero no dijo nada más y simplemente ambos se durmieron, empezando ese día una relación más fuerte que la que alguien hubiera visto alguna ves en su vida.
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—Una ayuda divina, ¿Eh?—comentaba Hera mirando a Afrodita
—Tenía que hacerlo, si no nunca hubieran dado el primer paso, míralos ahora, ya están juntos.—Comentaba la diosa con una sonrisa
—Si, si... Ya después les daré una sorpresa yo...—comentó Hera con una traviesa sonrisa en el rostro
—Hera...—dijo la otra a modo de advertencia
—¿Qué?—comentó con aire inocente—No será nada malo, les encantará, y servirá para ver si son "la pareja inseparable", como tu dices.
—¿Que harás?—Afrodita ya no podía con la curiosidad, tenía que saber que planeaba la diosa del matrimonio
—Pues... Por algo soy también la diosa de la fertilidad—con eso bastó para que Afrodita se contagiara de esa sonrisa traviesa y estuviera ansiosa por ver el plan de la otra en marcha.
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Y empezamos con un One-Shot Percico! Yeeeeeei!