Miedo.
Esa era la palabra que me describía. Yo sabía lo que era sentir desesperación, angustia, presión; miedo. Sufría, pero aún así sobreviví.
Deje de ser un niño al ver que la madurez no era una opción sino, una necesidad.
Me convertía en algo que...
"Todo lo que no te mata te hace más fuerte", ese dicho era el que rondaba en mi cabeza todos los días de mi vida. Yo añoraba tener una vida normal... Como la de ella; con fiestas, diversión... Libertad. Y como la de él, un guerrero de clase baja, con una familia, amigos... Felicidad.
Desde que era niño sufrí, hice todo lo que me pidió ese demonio, Freezer, pero, aún así jamás me mostró compasión. Él violó cada unos de mis derechos. Él se hacía llamar mi maestro. El decía que era como un hijo para él pero... Todo eso era mentira. Me maltrataba y me obligaba a hacer cosas que yo no deseaba. Los soldados y privilegiados que tenían, aunque sea, un poco de respeto de parte de él, se burlaban de mí cuando salía de su habitación todo golpeado y mal herido; fruto de un castigo ocasionado por mi desobediencia, mi falta de respeto.
Y sin darme cuenta me volví como él.
Seguí su ejemplo.
Cambié.
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Ya no era aquel príncipe de cuatro miserables años que admiraba a su padre, que mataba, sí, pero por necesidad... Ahora era una Bestia.
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Nací en medio de la tormenta, maduré de la noche a la mañana, jugué solo, jugué sin compañía, y sobreviví.
Quería todo lo que nunca tuve, como el amor que viene con luz. Llevé puesta la envidia y la odié, pero sobreviví.
Tenía un billete solo de ida a un lugar al que van todos los demonios, donde el viento no cambia, y en la tierra nunca nada puede crecer. No hay esperanza, solo mentiras, y te enseñan a llorar en tu almohada, pero sobreviví.
Encontré consuelo en el lugar más extraño, en el fondo de mi mente. Vi mi vida en la cara de un extraño, y era la mía.
Te lo llevaste todo, pero todavía respiro.
He cometido todos los errores que puedes alguna vez cometer. Tomé y tomé y tomé lo que tu me diste, pero tú nunca te diste cuenta de que yo sufría. Sabía lo que quería, salí y lo tomé. Hice todas las cosas que tú dijiste que no haría, te dije que nunca sería olvidado, y todo, a pesar de ti.
Y todavía respiro, todavía respiro, todavía respiro...
¡Estoy vivo! -Te lo llevaste todo, pero todavía respiro-
