Capitulo 18

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Pov's desconocido.

Todo esta yendo como lo planeé. Van a pagar uno por uno. Mi sufrimiento no será en vano. Todo el que se atreva a relacionarse con ellos, pagará.

Oh, no me he olvidado de la hermana del bastardo. La verdad, ella no tiene la culpa de todo lo que pasó, pero si debo hacerla sufrir para que su tonto hermano pague, lo haré. No me importa nada. Sólo quiero vengarme de esos tres idiotas.

Oh, Catalina. Mi Catalina. Voy a ganar tu corazón, eso te lo aseguro.

Me hierve la sangre de sólo verla con el bastardo de Lancaster. Demonios, él no se merece alguien como ella.... Tan hermosa, atractiva e inteligente. No. Ella es mía, yo sí la merezco, no él.

No dejaré que pase de nuevo, no seré su juguete de feria. No me molestaran nunca más.

Alex Lancaster.
Dylan Welsey.
Aiden Webster.

Los últimos de mi lista negra, y ahora ha llegado el momento. El momento de la venganza.

Dylan Pov's.

Despierto con las el edredón entre los pies. Y con un espacio vacío al lado de mi cama. ¿A donde fue Mía?
Estoy seguro de haberme dormido con ella hace un rato.

Sin más remedio, me levanto y acomodo un poco la cama buscando mis zapatos; luego de encontrarlos, logro salir de la somnolienta sensación que tengo. Me los pongo y parto en busca de Mía alrededor de la casa.

—¡Mía!— Llamo sin hacer mucho escándalo, no me gustaría que los tarados de los Foster molestaran a mi puerta.

No hay respuesta. Parece que se la trago la tierra, sin mucho éxito, emprendo mi búsqueda por fuera, cerca de mi casa, pero tampoco hay rastro.

¿Habré hecho algo mal? ¿Ya se aburrió de soportar a este idiota?
Supongo que sí.

Al final, luego de dar muchas vueltas, me rindo y decido ir por una botella de Ron al frigorífico.
Por lo que sé, Charlie se ha ido a una excursión con su grupo de clase y no volverá en unos días, así que no me preocupo en absoluto.

Justo cuando voy a dar el primer sorbo a la botella, mi celular suena. Mis pensamientos se van directos a Mía.

Puede ser ella quien me este llamando, pero siento una gran desilusión al ver que es Aiden.

Una gran confusión se apodera de mi cabeza, Aiden no llamaría a estas horas. Miro el reloj para darme cuenta de que son casi las 3 de la mañana.

No lo pienso dos veces y descuelgo el celular.

—¿Qué pasa ahora, Aiden?—pregunto con un ligero tono preocupado.

Debes de venir, ya.— su voz suena bastante seria para ser él.

—¿Qué pasó?— trato de decir sin alarmarme pero es en vano.

—Trata sobre Mía. Ven ya al club "Macandy"— dicho esto, cuelga y yo no lo pienso dos segundos para ponerme mi abrigo y salir por la puerta principal.

————•••————

Al llegar al club, lo único que se escucha es la música de fondo.
A menudo vienen adolescentes vulgares a este club. Como no, si es el más reconocido de la ciudad.
El olor a Alcohol y a sudor entra por los fosas nasales y de inmediato hago una mueca de desagrado.

Despejo un poco el camino, buscando alguna cara conocida que pueda indicarme donde esta Mía.

Pero no logro encontrarla entre tanto bullicio. Apenas logro caminar entre los pequeños espacios que los adolescentes vulgares dejan en la pista. Un fuerte dolor de cabeza me invade y caigo en cuenta de que la música ha aumentado su nivel.

Es en ese momento que siento que alguien me agarra por la camiseta de la espalda y me lleva a un lugar apartado, donde por fin logro reconocer la cara de mi amigo mas serio que nunca.

—¡¿Pero qué demonios, Aiden?!— es lo primero que se me ocurre decir.

—Mira, no quiero angustiar a Alex, así que te he llamado a ti.

—¡¿Qué es lo que esta pasando?!—grito por encima de la música haciendo énfasis en cada palabra pronunciada.

—Estaba en casa con Ana. Hablando de... Bueno, asuntos—hace una pequeña pausa y sonríe, pero luego parece volver a la realidad—En eso llega Mía, más confundida que un perro al que están a punto de meter al agua. Ana obviamente se angustió y fue detrás de ella a su habitación mientras yo me quede en la sala esperando a que volviera Ana. —Hace una pausa, mira al suelo y niega con la cabeza, angustiado.

—¿Entonces?¿Aiden? ¡Aiden!— lo zarandeo un poco.

—Dylan, esto es serio. No sé qué coño esta pasando, pero escuché un grito, y fui a la habitación; Ana estaba tirada en el suelo, con sangre en la cabeza. La lleve al hospital que esta a pocas cuadras de aquí, pero no tengo una puta idea de donde esta Mía.

Volteo agarrando mi pelo con fuerza.

—¡MIERDA! ¡MIERDA!— grito con frustración. —¿La buscaste?—Volteo a ver a Aiden con los ojos hechos fuego.

Él niega con la cabeza, preocupado.

—Tenía que llevar a Ana al hospital. Te cité aquí porque es un lugar donde creo que estamos seguros. Dylan, tenemos que ¡Dylan!—

Sigue gritando pero dejo de escucharlo mientras salgo del Club.

Debo buscar a Mía, debo encontrarla. Sé que no le haría algo a Ana. Ella tuvo que haber escapado de algo o.... De alguien. Sólo espero que haya escapado y que no la hayan capturado.

———•••———

Alex Pov's

—Qué exagerado eres. —Catalina rueda lo ojos, y me mira como si fuera la causa de su decepción en la humanidad.

—No soy exagerado, necesitabas curarte esa herida.—respondo señalando su mano, ahora con una venda.

Ella sólo suspira y voltea a ver a otro lado, acomodándose en la silla donde la han atendido hace unos minutos.

De repente se sorprende y gira a verme.

—¿Ese no es tu amiguito? ¿Aiden se llamaba?—Pregunta alzando una ceja, mirándome dudosa.

De inmediato volteo a ver en su dirección y sí, efectivamente es Aiden.
¿Pero qué coño hace acá este tarado?

Me levanto de la silla en la que llevo sentado mas de media hora y camino en dirección a Aiden. Al verme, su semblante cambia de serio a ¿nervioso? ¿Asustado?

—Habla—ordeno en cuanto me posiciono delante suyo.

—Yo...Ah.... Ana tuvo un pequeño accidente

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And you sing La la la. 🎶

Caro se va. Cambio y fuera.

Te amo... ¡Idiota!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora