Capítulo II.

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Hey hey hey. (?)

Tengo el honor de presentarles el segundo capítulo de ésta cagada. *suenan hurras de fondo*
En éste capítulo no habrá lemon, pero en el que viene sí, ehehehhehehhehhejkrjej. (?)

Recuerdo, como siempre, que ando subiendo ésta historia a Fanfiction. El nombre de usuario es "Cosopepapenes".

Por último: ¡mil perdones si hay algún error en éste capítulo! Y disfruten la lectura.

Espero sus comentarios. ~(◡‿◕✿)

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Capítulo II. Dudas.

Las clases empezaron con normalidad el día lunes. Cartman salía de su casa por la mañana con pasos desgarbados, sosteniendo una tostada con mermelada de fresa en su diestra comiéndola apurado, hasta llegar a la parada del bus que fue en donde se encontró a los demás de su grupo.

Todos, lamentablemente, eran más altos que él.

Kyle, al tener como hobby el basket, era uno de los más altos del grupo con un buen metro setenta y siete. El más alto era obviamente Kenny, quien poseía orgulloso un metro ochenta y dos. Uno más bajo era Stan, que poseía con el mismo orgullo que los otros amigos un metro setenta y dos.

Y bueno, Cartman quedaba a un lado con un, a secas, metro sesenta y cuatro. Además, al ser rechonchito, parecía un cierto infante gordinflón de mejillas rosaditas, o bueno, eso sólo mientras nadie lo hacía enojar, que cuando la furia se desataba en esa bola de mierda se formaba el mismísimo infierno en la tierra.

A pesar de que siempre se lamentaba por su altura y maldecía a los demás por ser más altos que él cuando ellos eran una «insignificante manga de retrasados» durante aquellas horas, ese día fue diferente. No hizo ningún comentario con respecto a las medidas de sus amistades, lo que le llamó la intención al grupo.

Al prestarle mayor atención, se dieron cuenta que los ojos del chico estaban iluminados por un brillo inusual de alegría, se veía como un niño pequeño al que era imposible desmejorar su ánimo, como si su cumpleaños estuviera llegando y su madre le había prometido una gigantesca sorpresa.

Los demás se lamentaron por los 16 años al pedo del muchacho y decidieron ignorar lo que todos notaron, continuando así con sus típicas charlas de insultar a los respectivos profesores y recordar cuando iniciarían las fechas de los característicos exámenes de la institución. Por fortuna, estos parecían ser alejados a la fecha, un alivio total para el grupo.

Kyle estaba emocionado al igual que Cartman, pero confiaba totalmente en que sería por motivos totalmente diferentes a los de Eric, y prefería mantener así su pensamiento, pues debían haber muchas personas rellenitas en el pueblucho, ¿no? Y más siendo adolescentes, pues se trataba de una época en donde todos salían más a lugares de comida rápida, como Burguer King, Mc'Donalds y todas esas mierdas. Suspiró, absorto en su pensar. Kenny y Stan se miraron por unos segundos con la clara duda en sus iris, pero decidieron mutuamente dejarlo pasar, como a todo.

Cuando el autobús llegó, todos subieron. Stan se sentó con Kyle, Kenny con Cartman. El último dirigió sus pupilas hacia el recorrido que mostraba el transporte, y la velocidad a la que se movía. Tenía una sonrisa estampada en su rostro. Kenny lo rodeó por los hombros, aprovechando su distracción, y se acercó a su oído con una sonrisa totalmente burlona.

—Cartmancito... ¿qué tanto piensas? —Susurró y se separó, no sin antes haberle suspirado en su oído para lograr que un furioso rubor se apoderara del rostro del castaño, apretara sus puños, frunciera el ceño, se erizara y ahora lo mirara con el enojo clavado hasta en la punta de sus dedos.

Kenny lo miraba expectante y con una sonrisa de oreja a oreja.

— ¿Estás enamoradito? ¿Mariconamente enamoradito? ¿Te cogiste a alguien? —Y empezó a picar sus costillas en cada pregunta, haciendo que el gordo intentara protegerse de esas acciones, pero que sólo consiguiera reír como un loco, cambiando su enojo por lo que hizo a una hilaridad impresionante. El rubio también soltaba alguna que otra risotada, pero principalmente porque la risa del culón era sumamente contagiosa.

Cartman solía relatarle absolutamente todo a Kenny, pues era su mejor amigo, su hermano, a quien más le tenía confianza a pesar que casi siempre lo insultaba con las típicas burlas a su situación económica. El rubio se había ganado su confianza luego de que lo encontró haciendo lo mismo que él solía hacer durante la madrugada. Bah, no lo había encontrado, sino que lo había hecho a plena luz del día y con él al lado. Le enseñó que en ciertas horas un grupo de pervertidos se conectaban. Al principio se burló porque le pareció extremadamente marica, hasta que luego de un ataque de cosquillas masivo le confesó que también lo hacía.

Ambos acordaron usar diferentes horarios para nunca tener que encontrar sus pollas y así preservar su intimidad entre ellos. Kenny, al momento en el que se lo propuso Cartman, se mostró totalmente desconcertado, pero terminó aceptando al poco tiempo, a pesar de no estar totalmente convencido de ello.

Kyle surgió desde la mismísima humedad junto a Stan para espiar de donde provenía tanto bullicio y su porqué. Al ver que provenía de sus otros dos amigos, no pudieron evitar dirigirse una mirada cómplice y simplemente reír a carcajadas de sus propios asuntos. Y pensar que a ellos le llamaban maricas cuando básicamente ellos se echaban a hacerse cosquillas en pleno autobús. El sentido común en ambos era inexistente, tanto como la juventud de Barbra Streisand, Mirtha Legrand o Chabelo.

Durante las clases, todos notaron que el culón estaba en las propias nubes de Valencia, pues habían pasado como diez comentarios de Pip y Wendy que tenían unas ventanas completamente abiertas para lograr hacer bromas de principio a fin. En cada palabra, fundamentalmente, ya que no era nada más ni nada menos que los habían hecho leer en la clase de Educación Sexual que instruía el Sr. Mackey. Inclusive la torpeza del profesor en esos temas era digna de unas buenas palabras de burla por parte de Cartman, pero éste ni se inmutó. Mantenía su vista fija a un punto inexistente de la sala, hasta que por fin tocó el timbre para ir a casa, y terminó siendo el primero que salió despedido rápidamente por la puerta.

El joven, al irse, dejó una estela de polvo y miradas de confusión al tope. Bueno, no tan exagerado, Cartman no corría muy rápido, pero su presuroso caminar era más que suficiente para incluso decir que parecía que estaba compitiendo en una olimpiada mundial o una carrera de quinientos metros en la que se estaba esforzando bastante. Sus amigos miraron con una gran confusión. Kyle le restó importancia al tema, y como todos los demás, fue por su lado a su hogar.

Todos reconocían que algo raro le sucedía a Eric T. Cartman, y todos le agradecían a esa cualquier cosa que cruzaba por la cabeza de él, a excepción del judío. la falta de los insultos de Cartman eran... un hueco. Algo en el ambiente que ningún otro podía llenar. Ha de ser por la costumbre excesiva a oír sus maldiciones o por el hecho de su insoportable voz resonando en sus oídos, pero si algo estaba claro, es que durante ese día había extrañado demasiado al culón de siempre. Esperaba a que no sea nada grave. Tampoco preguntaría o admitiría su preocupación.

Sólo esperaba que él esté bien.

Mientras tanto, Cartman llegó a su hogar y fue inmediatamente a su computadora. Luego de unos pocos minutos pudo imprimir la captura que había sacado cuando lo conoció. Al tener el papel en sus manos, lo besó insistentemente, y lo abrazó con fuerza.

Se estaba enamorando, u obsesionando, de esa verga.

Le urgía saber quién era su dueño.

Su cuerpo afiebrado lo aclamaba.

El resto del día permaneció pensando en que al día siguiente iba a repetir esa maravillosa experiencia.

El Desconocido de Omegle. [South Park] [Kyman] [Yaoi] [Lemon] [Smut]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora