El Desconocido de Omegle. [South Park] [Kyman] [Yaoi] [Lemon] [Smut]

Capítulo III.

Hello, it's me. (?)

Mil perdones si hay errores en éste capítulo, siendo sincera no lo revisé muy bien, pero espero que esté medianamente decente y que les guste.
También ruego para que el limón limoneado no sea tan confuso y y kmdnfdjfahf. :/(

Como siempre, les recuerdo que también subo ésta historia en Fanfiction, y que mi cuenta allí es "Cosopepapenes".

Espero sus comentarios y que lo disfruten.

-Les tira el capítulo y desaparece en la humedad- (ﾉ⊙‿⊙)ﾉ～『✧~*DICKS*~✧』

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Capítulo III. Un segundo encuentro.

Kyle despertó y fue al colegio tal como todos los días por la mañana. No había podido dormir muy bien porque la preocupación, duda y confusión se habían apoderado de su mente durante toda la larga y silenciosa noche. Unas ojeras se habían formado por debajo de sus ojos, pequeñas, pero que contrastaban con su tono níveo de piel y le daban un aspecto de cansancio espectacular. Los bostezos en medio de las clases no se hicieron esperar. Todos relacionaron eso con la cantidad enorme de trabajos que los profesores habían dejado durante lo poco que llevaba la semana, y como Kyle era uno de los más aplicados, no se sorprenderían si se había tomado toda la noche en finalizarlos.

En ocasiones al pelirrojo le gustaba que piensen eso de él, pues sentía que lo veían como una persona inteligente y responsable, a pesar que era todo lo contrario algunas veces, y más al juntarse con gente como las del crew al que pertenece. Craig, Stan, Kenny y él eran un desmadre hasta por esos días de plena adolescencia y hormonas atiborradas.

La atención del judío había sido totalmente robada por el culón desde el principio al final de las clases. Lo notó emocionado, feliz, y por ello sus bromas se vieron más excesivas y elocuentes que nunca, como si estuviera en un concurso de humor negro y estuviera ganando olímpicamente, y el pelirrojo tuvo que admitir que rió en más de una broma, especialmente por algunas que trataban sobre la madre muerta de Clyde. Al notar que el culón volvía a ser el de siempre, e incluso más fastidioso, admitió que no había nada por lo que tendría que preocuparse.

A Kyle siempre le había atraído Eric. Con el tiempo, era odio, ¡puro odio! pero el hecho de tenerlo siempre a su lado, de pelear sin separarse realmente, el estar juntos conviviendo tanto mientras se ocultaban en una fachada de enemistad... con los años simplemente se convirtió en algo cautivador para el judío, y por alguna alineación planetaria, terminó profundamente flechado por ese panzón.

Entendía a la perfección que Eric nunca le prestaría atención por ser, según, "una mísera rata judía", además que prefería que lo pise un tren y lo parta un rayo antes de admitirle sus sentimientos a sabiendas que podría reírse durante años de ellos. El castaño era la clase de persona peligrosa, que nunca sabías con exactitud qué podría estar pasando por su mente y de qué forma reaccionaría, y por ello y unos cuantos motivos más, Kyle pretendía callar su corazón y silenciar todas sus ganas, o al menos hasta el momento en el que esté completamente seguro de lo que podría pensar el culón.

Sin embargo, durante unos días atrás una calentura y deseo abismal tomó su cuerpo y alma sin más, lo que hizo que lo llevara a aquella página que le enseñó Cartman cuando eran niños. Le había mostrado como los usuarios enseñaban sus intimidades sin ninguna clase de pudor, y algo en él despertó en ese momento aunque había hecho todo por disimularlo. Entró a esa página tan conocida como «Omegle», donde a los segundos de estar conectado fue llevado a encontrarse con otra persona que, a pesar que al principio tenía su cámara apagada, resultó ser un hombre que aparentaba ser pequeño y regordete. Al verlo sólo pudo imaginar a quien le gustaba con esa anatomía, lo que hacía que su excitación subiera como un cohete a la Luna. No pudo saber quién era ése desconocido porque su habitación estaba a oscuras, tal como la de Kyle en ese momento. Al no saber quién era, y rogar inconscientemente sea Eric, lo llevó a sacar conclusiones rápidas y pensar que, efectivamente, aquél era Cartman, principalmente por el comportamiento que tomó en el colegio, pero recordó que seguramente él estaba durmiendo ya a esas horas, y que su distracción era algo completamente ajeno a ese tema.