El Desconocido de Omegle. [South Park] [Kyman] [Yaoi] [Lemon] [Smut]

Capítulo XV.

N/A: Perdón por la demora en actualizar ;; 
Salí de vacaciones sin avisarles cuz pensaba que tendría internet como en el año pasado y HAHHAHAHAno, no tengo, lloro. 

Ahorita para actualizar estoy en el centro, tomando un helado con la laptop en mano y con el wi-fi de mi celular -cry 

Pero bueno, así es la vida. 

Hasta la próxima, mis wachines. (?) 

PD: Esta historia esta siendo resubida a AO3, con el nombre de "Cosopepapenes". 

PD2: Esta historia no será muy larga, espero que no pase de los veinte capítulos, y si pasa que no llegue a treinta. Todos mis fanfics hasta el momento son una práctica para luego poder hacer un fanfic decente y sentirme segura de ellos. Este, como se habrán dado cuenta, fue para practicar tantito lemon y alguna que otra boludez. (?) 

Gracias a todos por sus comentarios, votos y ánimos. También gracias a las personas que escribieron acerca de este fanfic en sus críticas uvu ♥ tienen mi amor ganado. 

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Capítulo XV. Trabajo.

Una semana y media, ¡una pobre, triste y sacrificada semana y media había pasado desde aquel último encuentro!, y desde entonces, Cartman estaba más ansioso y deprimido de lo habitual. Era algo realmente deplorable, y totalmente indigno de un ser como él. Es decir, había aguantado como un ser virginal "puro" -entre muchas comillas- de los valles los años que se suponen "más libidinosos" de la vida de un simple muchacho en plena pubertad, mas aquél fruto prohibido que había degustado, llamado, vulgarmente, "pene de judío enemigo", lo llevó al vicio de la búsqueda de más placer. Era un hecho sencillamente molesto y realmente bajo para su persona el tener que estar como un cachorro, moviendo la cola para conseguir un trozo de jugosa carne. Incluso podía ver como cada día se desmoronaba esa apuesta que con tanta seguridad había puesto sobre la mesa. Y hay que aclarar una cosa: las manos no eran suficientes, y su madre empezaba a sospechar por el papel higiénico que se gastaba demasiado rápido.

Suspiró. A Kenny eso le llamó la atención, era raro ver al gordo envuelto en alguna situación sentimental por la que valiera la pena suspirar. El rubio, arriesgando una tarde más para estar en dirección, se atrevió a hablarle a su amigo, ignorando cada palabra del profesor.

— ¿Problemas amorosos? —Interrogó, en un tono medianamente bajo.

—Jamás de los jamases. —Respondió, tajante, sin siquiera molestarse por moderar o no su tono. Esa pregunta le había provocado náuseas.

— ¿Y por qué parece que estás muerto por dentro? Mira esas ojeras, estás un asco, das asco. —Cual buen mejor amigo, el rubio sabía muy bien qué palabras se deben usar para apoyar a una persona deprimida. Cartman, a duras penas, le había dirigido una sutil mirada, en donde se podía interpretar un claro mensaje: «o te callas tú o te callo yo, pedazo de imbécil lleno de mierda».

El pobre podría ser un idiota, pero no era un estúpido. Comprendió aquellas pupilas agresivas, y sin chistar, mantuvo la compostura; de todas formas, aquellos murmullos de ambos ya habían logrado obtener el semblante molesto del profesor, y seguir hablando no habría terminado como una buena decisión.

Mientras tanto, una persona en particular miraba la escena de un lado un poco más distante del salón, y claro, quien más que Kyle Broflovski. Estaba tan conmovido por la actitud del gordinflón que lo hacía notar por una boba y sincera sonrisa ladina, y una mirada maliciosa, junto con un ceño ligeramente fruncido. Su rostro estaba siendo sujeto por su diestra, y aquella posición en la que se encontraba lo hacía ver con un aire de superioridad del que nunca había gozado tener antes.