El Desconocido de Omegle. [South Park] [Kyman] [Yaoi] [Lemon] [Smut]

Capítulo VII.

N/A: -les tira el capítulo y se va a la chucha porque no sabe cuando va a actualizar-.

Capítulo VII. Diademas.

La apuesta que hicieron Kenny y Stan cada día se tornaba más y más obsesiva. Durante los tiempos libres entre clases, Kenny solía ir hacia Cartman para hablarle de lo "guapo" que estaba Kyle, cosa que obviamente fue reprendida con un «Me importa una mierda.» por parte del castaño. Mientras Kenny intentaba convencer a Cartman para que le pusiera una mínima atención más interesada en Kyle; Stan intentaba hacer que Kyle hiciera algo torpe e inútil que lo haga ver como una completa pasiva porque, claro, quería demostrarle a Kenny que él estaba en lo cierto. Que Kyle era un pasivo hecho y derecho.

Stan y Kyle estaban en la casa del primero mencionado. Stan le pidió que fuera lo antes posible, y Kyle no tenía ni la mínima idea del por qué de tanta urgencia. Llamó a la puerta y se apoyó sobre la pared para esperar a que le abran, y cuando eso sucedió, Stan le hizo pasar. Le parecía rara tanto suspenso aquella vez. Por lo general no hacía falta mantener un asunto en secreto, normalmente se lo contaban absolutamente todo y a primeras, como lo hacían los mejores amigos, obviamente.

El pelirrojo tiró sus cosas cuando estuvieron en la habitación del hippie; había llevado consigo un pequeño bolso con algún que otro juego de consola y un par de cintas que le pidió Stan, sumado a unas trabas invisibles. Supuso que serían para su hermana y por eso tanto misterio y rapidez.

Se acostó en la cama de su mejor amigo, mientras que él rebuscaba entre los cajones del escritorio algún objeto. Kyle no llegó a ver qué era, pues el azabache lo metió tan rápido en su bolsillo que ni siquiera pudo ver ni una parte de este.

- ¿Qué pasa, Stan? -Preguntó por fin Kyle, quien se incorporaba y se sentaba como indio para poder verle de una mejor manera. Stan se sentó a su lado, sonriente de oreja a oreja.

-Somos mejores amigos, ¿no? -Interrogó Marsh. Habían momentos en los que en serio el desgraciado daba miedo; claro que no por sus palabras, sino que su expresión en ese momento aparentaba ser una amenaza de muerte que le puso la piel de gallina.

-Sí. -Afirmó Kyle, titubeando. - ¿Y?

-Y que los amigos se hacen favores. -Continuó Stan. Kyle bufó.

-Ve al grano.

-Conseguí unas cuantas camisas y no sé si se verían bien en mí, ¿puedes probártelas?

- ¿Qué? -Preguntó el pelirrojo, confundido. - ¿No es mejor que te las pruebes tú?

-Es que tengo miedo de romperlas. Tú sabes, por si no me entran y las termino forzando.

-Stan, soy más alto que tú. Si a ti no te entran, a mí menos.

-Oh, por favor. Dijiste que somos amigos.

-Pienso que te estás juntando demasiado con Kenny. -Dijo Kyle y rodó los ojos. -No voy a probarme ropa.

- ¿Por qué no?

-Porque no quiero hacerlo.

-Ky, es sólo ropa.

-Oh, Dios. ¿Si te digo que sí ya estarás satisfecho?

-Sí. -Sonrió Stan. Recibió una mirada de odio extremo por parte del mayor.

-Está bien, me la probaré. -Dijo Kyle, resignado de absolutamente todo. Stan se levantó al instante y se dirigió hacia otra habitación. Kyle observó confundido. Ahora que se lo planteaba, era algo bastante confuso. No tuvo el tiempo de cavilar demasiado, pues a los pocos segundos Stan ya estaba de vuelta con bolsas de shopping colgando de sus hombros. Kyle arqueó una ceja y puso sus manos frente a su rostro como una clara mueca de rechazo.