Estaba en las nubes.
Por más que me lo pensaba, no podia creerlo, el hombre con unas alas espléndidas que me llevaba en sus brazos, al ver mi asombro y felicidad, sonrió con una calidez que ni siquiera sabia que el podia sonreir de esa manera tan dulce.
De repente vi un castillo maravilloso, jamás había visto algo semejante, me quede impresionada con un palacio color marfil y marrón, en la entrada dos hombres nada parecidos al que me acompañaba, yo me imaginaba a todos los cuardianes como copias de uno solo, pero no.
Al acercarnos, los hombres me examinaron y se murmuraron, y me vieron con sorpresa, y al ver que el hombre que me cargaba llevaba en brazos a un par de lobos salvajes, puedo jurar que dieron un respingo del susto que les causo.
-Sebastián-Dijo uno de ellos, y descubri que el guardian que me llevaba en brazos, tenia el nombre de Sebastián-Acaso es ella? Es una niña hermosa-dijo mirandome con una sonrisa dulce- y que es eso que traes ahi? Acaso son lobos salvajes? Sabes que a el rey Uriel le desagradan! No siguen ordenes como los demás animales!.-
-Adrian, Si tambien es un gusto verte-dijo con sarcasmo-y pues si, es ella, esta jovencita que por poco me asecina-dijo mirandome mientras que Adrian y el otro guardián se carcajeaban-y lo se, se que no le agradan por no recibir ordenes, pero, sorpresa sorpresa estos chicos, son dirijidos por ella, y siguen sus ordenes al pie de la letra-dijo mientras los guardianes me miraban como un vicho raro-.
-Bueno, hablaremos esto luego por que no me lo creo-dijo Adrián-Pasen de una vez-.
Dicho esto, abrio las puertas de aquel gran palacio, y la vista de sus adentros era como una obra de arte, a Valeria le ubiera encantado hecharle un vistazo a esto.
Sebastian me bajo de sus brazos y a los lobos los llevo de la misma manera que los trajo, con un ademán me indico que los siguiera, me encamino hacia lo que parecía el salon principal, pues un trono de oro en el centro con el nombre del rey Uriel se encontraba ahí, pero había algo que no encajaba, habian 7 tronos de menor tamaño formando un círculo a su alrededor, cada uno tenia una gema preciosa en el que variaba en colores.
La Azul decia en letras pequeñas: Dael-Agua.
Empecé a comprender, eran los tronos de los demás elementos.
La roja decia: Evelyn-Fuego.
La verde decía: Nestor-Tierra.
La celeste decía: Juliette-Viento.
La Azul decía: Alaila-Hielo.
La amarilla decía: Jordan-Rayo.
Pero faltaban dos, segun la leyenda la Luz y la Oscuridad tambien nos acompañarían.
De repente observe bien y enfrente del trono real de oro había uno de oro pero del mismo tamaño que los anteriores, me acerqué y vi: Elementos-Zoe con una gema gris.
Unos pasos me asustaron y vi que el rey Uriel y 6 Niños entraban al lugar, el rey al verme paro en seco y me miro con sus ojos verdes bien abiertos, se acerco, más bien corrio hacía mi mientras los niños me miraban con curiosidad y temor, el rey me abrazo y por alguna razon me aparte, me desagrado que e tratara como si me conociera.
-Zoe...-susurro-no lo puedo creer-dijo.
-Rey Uriel-dije seria-para que me nesecita?, pues uno de sus guardianes me ha traído a su peticion-dije lo mas fría que me fue posible-.
-No tengas miedo-dijo-te quedaras aqui a partir de ahora-.
-señor, no lo nesecito, solo vine por que tengo unas cuantas preguntas y por que no quiero que otro de sus guardianes me busque más-dije y todos los niños abrieron los ojos como platos-.
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◇Los Elementos◇
Viễn tưởngMe gustaría saber como es...Una vida. Y tu...¿Crees en la magia? ¿Que tal si te digo que te la mostraré? Muchos dicen que esto es la mayor Bendición, pero...se equivocan, a sus ojos poseer poder lo es todo, pero a los mios no... Esto es una maldició...