◇Los Elementos◇

Presente.

Hola:)

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9 años, después...

Y bueno, aqui estoy...
Hay mucho que decir respecto a estos 9 años ya transcurridos, todos hemos crecido, tanto físicamente como mentalmente.

Supongo que quieren saber de lo que sucedió con Jordan, ¿O me equivoco? No lo creo.

Jordan...
Pues como saben nos distanciamos mucho tiempo después de ser 'amigos' por dos semanas, al cumplir 15 años se podría decir que fue como una reconciliación, Jordan era un adolecente muy atractivo en aquel momento, esos ojos amarillos y su cabello rubio lo hacían ver muy bien...
Yo, supongo que de igual manera como dice Uriel, cambie un poco, mi cabello negro en ese entonces estaba más largo de lo que lo tengo ahora, mis ojos grises con mi tez blanca y unas cuantas pecas tenian una buena combinación...

Una mañana como cualquier otra, me desperta mas temprano de lo habitual, salí a ver si Sebastián estaba en la entrada del palacio, y como no encontre más que unos cuantos guardianes, salí al patio principal a donde por cierto teniamos prohibido ir a ese lugar, ha que si cayeramos por las nubes, ninguno sabia volar...

Me sente en la orilla viendo como mis pies estaban encima de las nubes, y viendo un amanecer precioso, entronces un toque en mi hombro me hizo dar un respingo del susto, era el, era Jordan, teníamos años de no hablar fuera de las practicas, se sento a mi lado en silencio con una sonrisa mirando el amanecer, me miro fijamente y sonrió.

-Te extraño mucho-susurro-a Aston y a Max tambien-dijo entre risas.-

Me pareció lindo el hecho de hablar con alguien, lo nesecitaba, esta soledad me estaba consumiendo poco a poco.

-Puedo jurar que ellos tambien te extrañan mucho-dije riendo.-

-y...-dijo usando una pausa-Tu no?-dijo y podria jurar que estaba ruborizado.-

Me causo risa el hecho de que estubiera tan nervioso.

-Como no hacerlo-Susurre.-

Me miro sorprendido y alegre.

-Amigos?-pregunto ingenuo-.

Asenti lentamente, estoy segura de que su compañia me haría bien.

-prometeme algo-dijo con voz sería y mirandome con esos ojos amarillos-No te volveras a alejarte de mi de un día para otro, no solo tu te sentistes sola en estos años-dijo tristemente, algo que me hizo sentir culpable, fui muy egoista.-

-Lo prometo solamente si tu prometes no irte nunca-dije casi en susurro, despues recapasite y lo que dije fue demasiado sentimental y comprometedor-.

-Lo puedes tener por seguro-dijo sonriendo mientras me extendía su meñique-.

-Lo prometo-dijismos al unísono riendo-.

Y bueno asi fue como sucedió y desde ese día somos muy cercanos.

Y se preguntan que paso con Uriel, Adrian y Sebastián?
Pues bueno, se podría decir que son nuestros maestros, cada uno nos ayuda a mejorar..
Uriel se ha vuelto, quien lo diría, pero es como el padre que jamas tuve, aprecia mucho mi silencio, cosa que no todos hacen, por el aprendi a perdonar, y aprendi que lo juzgue de mala manera.
Sebastián y Adrian son muy cercanos a mi, pero sobre todo Sebastián, se ha vuelto parte de mi vida, quien diría que el alas de ganso terminaría siendo tan importante para mi.

Mientras tanto Evelyn sigue igual de insoportable, pero tengo que admitir que su poder es el que más se ha perfeccionado en todo este tiempo, es alguien de caracter fuerte y más testaruda que Nestor.

Juliette y Alaila son inseparables, para mi son unas personas muy dulces, no más.

Nestor y yo nos llevamos muy bien, me sorprende el talento que tiene para hacerme reír hasta en los momentos menos indicados.

Y Dael, sinceramente casi nunca hablamos pero no nos llevamos mal.

Muchas cosas han cabiado.

Una voz repentina me saco de mis pensamientos.

-Zoe-dijo Uriel exaltado-Por fin te encontre, tenemos una grave emergencia-sus ojos reflejan angustia y temor-.

-Que Sucede?-pregunte estresada-.

-Es...-dijo pausando- Sebastián-solto con un suspiro de preocupación.

Mi corazón latia a mil por hora o más, corrí hasta la segunda torre sin parar y cuando llegue a la entrada dos guardianes intentaron detenerme desesperados pero no lo consiguieron pues los congele de la cabeza hacia abajo, segui corriendo hasta llegar a la habitación de Sebastián, entre con la respiracion agitada.

-Sebastián-dije preocupada, fue cuando vi sus alas.

Una ala estaba tornándose un color negros poco a poco.

-No puedes estar aqui-dijo Adrián serio.-

-Claro que puedo,y si no obligame a irme-dije realmente enfadada colocando mis manos en posición con la intención de atacar-.

Asintió y me dejo pasar, me arrodille en la orilla de su cama tomando su mano que estaba demasiado fría.

-Una sombra lo ataco-dijo Jorge, otro guardian, la sangre me hervía de rabia, no pienso perder a Sebastián por culpa de esas cosas-.

Lo unico que se me ocurrio fue poner mi mano sobre su ala que por poco estaba completamente negra, todos se levantaron de sus asientos de golpe mirandome con miedo, me concentre, sentía mi mente y mis poderes conectándose, concentre todo mi poder en mis manos pero no las sentia tibias, no esta funcionando, esforcé más y más mi poder en mis manos, empezaba a marearme, hasta que al fin senti calor en mis manos, segui y segui con mas fuerza, mi vista estaba borrosa pero observe como su ala volvía a su color blanco.

Hasta que por fin, su ala volvio a la normalidad, sentí unos mareos que hicieron que perdiera el equilibrio, pero Nestor que estaba entrando a toda prisa a la habitación me detuvo, despues, todo se volvió negro.

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