◇Los Elementos◇

Mis Grandes "perros salvajes"

*Narra Zoe*
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Escuche unos chillidos provenientes de la parte de atras de un sofa, me sorprendio inmensamente, ver dos lobos, no cachorros, eran lobos jovenes.
De un color blanco maravilloso, no comprendia el por que de los chillidos que emitían, luego lo comprendí, los dos estaban muy mal heridos, con unos rasguños y mordidas en los costados, al acercarme a ellos uno de ellos solto un gruñido que me me hizo dar un respingo del susto.

Por un momento pense que me iba a atacar, y yo no le quería hacer daño a esa bella bestia, pero luego note que lo unico que hacía era lamer a su compañero el que respiraba con dificultad.

Estaba al borde de la muerte.

Me hacerque con el mayor cuidado posible, y cerrando mis ojos con fuerza le alcé mi mano derecha para que la olfateara y se diera cuenta de que solo los queria ayudar, el lobo furioso gruño, pero luego senti una lamida de su parte, por eso entendía que me aceptaba.

Me acerque al lobo más herido, y pude observar que tenia una herida muy profunda en el costado izquierdo, su pelaje blanco estaba lleno de su sangre, luego recorde...

-Ya lo se-dije exaltada.

Recorde que una vez un gato que se paseaba por el orfanato tenian una herida hecha por el perro del terreno de al lado, me concentre todo lo posible intentando juntar mis poderes y fucionarlos a ver que sucedia, y su herida cerró casi del todo, pero ese dia perdi la conciencia pues era la primera vez que me concentraba de tal manera y nunca antes habia fucionado mis poderes de una manera uniforme.

-Lo intentare amigo-le dije al lobo que me observana con una mirada de suplica para que ayudará a su compañero herido- hare todo lo que este en mis manos para que se salve, deacuerdo?.

Puse mis manos sobre su herida cubierta de sangre todavía un poco fresca, y el aúllo del dolor, me concentre todo lo que me fue posible, y empecé a sentir mis manos cada vez mas tibias, sabia que estaba funcionando, pero tambien sabia que estaba empezando a cansarme, cuando senti mis manos completamente calientes las aparte, su herida estaba cerrada, un poco mas y ubiera curado por completo, ahora el lobo mal herido que no paraba de aúllar, dormia tranquilamente sobre la madera polvosa de aquella cabaña.

Llame con mis manos a el otro lobo con una heridas mas pequeña en el mismo costado que el anterios, coloque mis manos sobre su pequeña herida y senti como mis manos empezaron a tomar calor, cuando senti mis manos lo suficientemente calientes, aparte las manos y el lobo estaba completamente sano.

Me levante con mucho esfuerzo del suelo, senti unos mareos terribles y un dolor de cabeza agudo, me apoye en uno de los sofas y me recoste sobre este, cai dormida como un tronco.

Unas lamidas me despertaron, todavia sentía el cuerpo muy pesado, cuando mi vista se estabilizó vi a los dos lobos blancos sentados frente a mi, uno se me acerco y chilló de felicidad, me senti aliviada, estaban bien, muy bien.

Los acaricie sin miedo alguno, de alguna manera éramos amigos, ya les sentia cariño.

Me levante y camine hacia afuera, tenia mucha hambre, en todo el dia no probe ni un bocado de alimentos y ya habia caído la noche.

Sali en busca de alguna fruta cuando una bola me pego contra la cabeza, mire confundida hacia arriba, busque con la mirada lo que me había golpeado, y ¡sorpresa! Una manzana.
El árbol era demasiado grande para escalarlo a oscuras, asi que una idea vino a mi mente.

Entonces deje que una ráfaga de viento muy fuerte las hiciera caer, cayeron exactamente 9 manzanas.

Las tome y cuando me di la media vuelta vi que los lobos me seguían, me sorprendio por que imagine que se fugarian luego de darme las gracias pero no, estaban ahi, conmigo.

Camine hacia la cabaña y note que todo seguía igual, polvo por todas partes entonces sople y un viento arrasador junto todo el volvo en una esquina.

Feliz por el resultado, deje la fruta sobre la mesa y tome asiento, me perdi en un mar de pensamientos que me estaban ahogando, hasta que un aullido me saco de mi burbuja, no me había dado cuenta de que los lobos seguía ahi, estaban pidiendo que les diera una manzana, rei por la idea de que dos lobos salvajes se comportaban como dos perros domesticados.

Les lancé 6 manzanas al suelo y las devoraron, satisfechos subieron a uno de los sofas y se hecharon a dormir, como si ahi hubieran vívido toda su vida, me causo mucha ternura esa imagen, no me di cuenta de que afuera nevaba, esto pasaba cuando mis poderes estaban fuera de lo normal.

Tome una frasada que se encontraba en un mueble viejo en la habitacion, se las coloque encima.

Dormí, con lagrimas en los ojos pensando en que ubiera dicho Valeria si le dijese que adoptarámos a un par de lobos salvajes.

A la mañana siguiente desperte gracias a las lamidas de mis amigos, me levante y deseaba tomar un baño pero no habia agua potable en aquel lugar asi que decidi por llenar unos recipientes de agua que aportaran de mis manos, por mas que deseara agua caliente, no.

Luego de ese baño frio, sali y note que los lobos seguian conmigo, y no parecían tener intencion de irse, me alegre mucho por eso, salte de la felicidad y los acaricie.

Sus heridas estaban completamente sanas pero su pelaje seguia muy sucio, entonces decidi darles un baño aun que nevara afuera, quedaron con su hermoso pelaje blanco perfecto.

Entonces pense:¿si se quedarán conmigo, por que no darles un nombre?

Les ordene sentarse, pero bueno eran lobos salvajes asi que no obedecieron, simplemente se hecharon en los sofas, entonces decidi: el que es de tamaño mayor se llamara Aston y el de tamaño mas pequeño se llamara Max.

Repeti y repeti sus nombres hasta que llegaron a obedecer mis ordenes.

Y de esa manera, Aston y Max se convirtieron en mis cachorros, mis perros y mis lobos salvajes.

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