Capitulo 14. Mi héroe

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Luego de despedirse de Milk, Bulma se dirigió hacia donde se había ocultado Eri. Pudo observar que ella estaba con la cabeza baja, sus ojos cerrado y con una expresión de enojo en su rostro mientras se apoyaba en el árbol con sus brazos cruzados. Ella se acercó a la joven con una sonrisa para no alterarla aún más.

— ¿Qué te sucedió Eri? — Preguntó confundida.

—No me pasa nada, estoy bien—Respondió con un tono para nada convencedor.

— ¿Segura? Porque pasarte de estar feliz a enojada en poco tiempo, además de que no había motivos—Explicó acercándose preocupada.

—Si, es solo que... no importa, de todos modos ya me iré de aquí cuando él regrese—Exclamó volteando su mirada hacia un costado, mostrándose un poco resignada.

—Ya veo—Expresó Bulma, dedicándole una mirada algo pícara—, creo que ya sé lo que está sucediendo aquí.

Mientras Eri le dirigía una mirada extrañada a Bulma, los muchachos ya habían llegando a destino. Rápidamente bajaron de la máquina del tiempo y el adulto Trunks la volvió una cápsula, guardándola en su contenedor. Sin perder tiempo, el pequeño corrió a buscar el Radar del Dragón y poner manos a la obra. Tan solo tardó unos minutos en volver con los guerreros.

— ¡Ya lo tengo! —Exclamó con alegría corriendo hacía ellos.

—Un momento jovencito ¿A dónde crees que irás? — Se escuchó venir desde la puerta en un tono algo aterrador.

—Yo, bueno, los iba a acompañar, mamá— Tartamudeó el niño con temor dirigiéndole la mirada a su furiosa madre.

— ¡¿Cómo es posible que te fueras de la nada, sabes lo preocupada que estuve?! — Regaño tomando el radar y jalándolo de la capucha— Ustedes sigan su camino, yo me encargaré de este pequeño travieso—Agregó molesta, entregándole el radar a su hijo del futuro.

—Vaya, si que da miedo cuando se enoja— Exclamó Goku mientras observaba a Bulma retirarse arrastrando al pequeño al interior de la casa.

—Así es— Afirmó el muchacho

Pronto comenzaron a planear el viaje, irían a buscar las esferas del dragón para poder reconstruir rápidamente el planeta en el futuro alternativo. Rezaban para que Shen Long no diera una negativa ante su deseo. Vegeta decidió quedarse en casa, quería estirar un poco luego de viajar en un lugar tan pequeño y con varias personas dentro. Todos estaban preparados para comenzar su búsqueda, hasta que una voz del cielo los interrumpió.

—Goku ¿Estás ahí? —Dijo aquella voz.

— ¿Supremo Kaiosama? — Nombró Goku apenas lo reconoció.

—Si, soy yo. Debes volver conmigo, recuerda que Krillin debe regresar a su hogar—Recordó el Supremo Kaiosama.

—Tienes razón, rayos, yo quería ir a buscar las esferas. Pero un trato es un trato— Exclamó alejándose un poco de sus amigos mientras estiraba sus brazos en el aire.

—Entonces ¿Ya te irás? —Expresó Gohan algo sorprendido.

—Así es, fue divertido regresar por unos días, les deseo buena suerte—Saludó con una gran sonrisa en su rostro, tan animado como siempre.

—Adiós señor Goku, gracias por todo su apoyo— Saludó Trunks con una sonrisa.

Goku saludó con su mano a los muchachos antes de irse, mostrándose relajado y alegre como siempre. Poco a poco se desvanecía en el aire, mientras a su lado iba apareciendo aquel amigo que había dado su vida para que él pudiera regresar. Todos se alegraron de verlo y no dudaron darle una cálida bienvenida antes de emprender el viaje.

Dragon Ball Z: La energía de destrucciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora