Capítulo seis.

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  Eran las doce y media de la noche cuando el tono de llamada de mi celular comenzó a sonar y me hizo mover mis ojos de la película hacia la pequeña pantalla del ¡Phone. El nombre de Niall apareció y sentí mi corazón latir más rápido. 

—Harry.— Fruncí el ceño ante el llanto y la incomprensible voz del chico.— Estoy borracho, muy borracho.—Soltó una risa y tan solo comencé a ponerme de pie, dispuesto a ir por él a donde sea que estuviera.— Es culpa de Louis, solo para que sepas. 

—Bien, luego hablaré con Louis si quieres.— Subí hacia mi habitación y entre la ropa del piso busqué mi campera.— ¿Están ambos borrachos? — Oí apenas un "hmn." por la línea y mis ganas de matar a "Louis" aparecieron.— ¿En dónde están, Niall? 

Apenas me dijo la dirección, me coloque la campera, tomé las llaves del auto y salí de la casa sin avisar más que por mensaje de texto.  Para la poca suerte que solía tener, el clima estaba bastante agradable y sin lluvia, neblina o algo que me dificultara ver. 

El bar de mala muerte al que Niall y 'Louis' habían ido estaba a media hora de la casa, aunque no había ningún auto en la calle salvo el mío y dentro de lo posible, llegué rápido. Entré sin problema y encontré al chico aun con menos problema. Estaba sentado en la barra, llorando y abrazando a un tipo un tanto mayor, de edad y tamaño. 

Dios mío, Niall. 

Se dio vuelta de golpe, como si supiera que estaba ahí y en cuanto me vio ir hacia donde estaba, se soltó del tipo y abrió sus brazos, ¿supuse que para mí? 

—¡Harreh!—Rió, haciendo que pequeñas arruguitas se marcaran en los costados de sus ojos.— Te presento a... Ay, tú, recuérdame cómo te llamas.— Golpeó el hombro de aquel hombre y éste lo miró molesto.— Perdón si te moleste, Will.— Mordió su labio inferior y algunas lágrimas se escaparon, haciendo un camino por sus mejillas. Tendría una larga noche por delante si iba a lidiar con él.

—Vamos a casa, Niall.— Le extendí la mano y él la tomó con algo de desconfianza para luego soltarse y aferrarse con fuerza a mi pecho.—  Dios mío. Sí que tomaste. 

Rió, apoyando su cabeza sobre mi hombro y aferrándose a mi camisa con fuerza.— ¿Tienes frío? — Volví a hablar. Asintió apenas y me separé apenas un segundo para quitarme la campera y ponérsela por encima. — ¿En dónde se metió Louis?

—¿Lou? Lou no vino. Se quedó en mi casa. 

—¿No habías dicho que Louis vino contigo?— Me miró confuso.— Bueno, yo no alucine. ¿Estás totalmente seguro de que no vino?—Asintió y me apure para sacarnos de allí. 

—Hazzie.— Le dirigí una mirada sorprendida ante tal apodo, pero él pareció no haberla notado.— Si alguien de mi familia o Louis me ve borracho se enojaran conmigo. — Formó un pequeño mohín. 

Conduje lentamente hacia mi casa por las calles de Londres. Si había entendido bien la indirecta o la pequeña insinuación de Niall, él esperaba que lo llevará a casa al menos por unas horas o hasta que el alcohol desapareciera de sus venas. 

Dieron las dos en punto cuando me baje del auto y a través del espejo del acompañante, noté que Niall estaba totalmente dormido, aferrándose a la campera que le había dado.  Abrí la puerta, procurando que no estuviese apoyado contra ésta y lo observé con atención antes de hacer cualquier movimiento para despertarlo.   

Tenía las mejillas totalmente rosadas y una expresión de molestia que me hizo dudar si me golpearía en cuanto lo despertara o se largaría a llorar y luego me golpearía.  Una lágrima apenas visible se deslizó por su rostro y me di cuenta de que yo también estaba llorando. Probablemente había sido el solo hecho de verlo destruido aun cuando dormía lo que me entristecía, o estaba tan enamorado de él que no podía permitirme que estuviera roto sin querer hacer algo al respecto. 

Wild |NARRY|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora