"Invisible"
Capitulo XIII:
"Eres mejor que todo esto."
-Depende.
Sé que esa ha sido la respuesta y la próxima tendré que esforzarme más para sacar más información.
-¿Por qué se separaron tus padres?
-Mi mamá se quedó embarazada a los dieciocho años, así que no se casaron. Eran muy chicos, no sabían lo que hacían cuando mi mamá se quedó embarazada de mí. Así que, bueno, creo que ellos no se llevaban tan bien estando juntos y decidieron separarse.
Ella asiente con la cabeza.
-¿De que depende con qué te cortes?
Toma aire profundamente y lo suelta de golpe. Baja la mirada.
-Depende de cuanto quiera cortarme y donde.
Abro los ojos con mucha impresión. ¿Dónde? ¿No solo se corta las muñecas?
-¿Te gusta Shay?
-¿Shay? No, claro que no. Solo somos amigos.
¿A qué viene esa pregunta? Mi chica invisible aún esconde muchos secretos que tengo que intentar revelar lo máximo posible hoy.
-¿Y que utilizas para cortarte según cuanto quieras cortarte?
Ella tuerce la mirada y se ríe tímidamente. Sé que no es por la pregunta, sino por cómo está planteada tan retorcidamente. Me río también.
-Puede ser con la maquina de afeitar, con una tijera, con una cuchilla o con un pedazo de espejo.
-¿Un pedazo de espejo?
Me pone un dedo sobre los labios.
-Es mi turno -dice con cautela-. ¿Te has enamorado en serio?
Oh, vamos. ¿Por qué hace esas preguntas?
-No, creo que no. No he llegado a querer a alguien tanto como para decirle que la amo. -La veo asentir y pienso en seguir con mi pregunta más acechante-. ¿Cómo te cortas con un pedazo de espejo?
-No quiero responder a eso -murmura.
Quizá he ido demasiado lejos, pero ella dijo "que sea un juego duro" y supongo que a esto se refería.
-No lo...
-Hay distintas formas -responde interrumpiéndome-. Lo coloco sobre mi muñeca, lo presiono y luego lo paso sin disminuir la presión.
Se me retuerce el estómago. La imagino hacer aquello y mi corazón se estruja. Yo no quiero que ella se haga daño.
-¿Quién es tu mejor amigo?
-Chaz y Ryan son mis mejores amigos -respondo.
-Charles -se ríe divertida.
Me río con ella.
-¿Lloras todas las noches, ______?
-Casi todas -dice sin mirarme.
Nos quedamos callados por unos segundos y ahora ella levanta la vista.
-Si lloras todas las noches -afirmo viendo sus ojos.
Ella asiente y luego sus ojos se llenan de lágrimas. Oh, no, no. Yo no quiero que ella llore. Hago que se suelte las manos para poder tomar una de ellas entre las mías y le sonrío levemente.
-Estoy para ti. Así que si hay una noche que no puedes dormir y quieres llorar, tienes mi número.
Me sonríe como si en serio estuviera agradecida y el brillo que veo en sus ojos es de esperanza. Ella no eligió está vida, simplemente le tocó, pero eso no significa que no pueda salir de esto.