"Invisible"
Capitulo XXV: "Es difícil no dudar cuando ya te fallaron una vez."
En el segundo receso _______ se pierde de mi vista. Y cuando salimos del colegio, yo me monto en mi moto esperando a que ella salga, obviamente la diviso al instante y la sigo en la moto. Como siempre, ella cruza la plaza, yo la rodeo y nos encontramos en una calle no muy transitada. Sé que me ha visto, pero me está ignorando.
- ¿Te llevo?
Disminuyo la velocidad para andar a su lado.
-Cierto que te molesta mi presencia -digo como si acabara de recordar-. ¿Por qué no me hablas?
_______ se detiene en seco y yo debo frenar de golpe haciendo que mi cuerpo impacte hacia delante. Se cruza de brazos y su mirada penetra la mía.
-Piérdete.
Quiere retomar su camino, por eso la tomo por la muñeca y la hago retroceder de un tirón. Su boca se abre y emite un sonido de dolor. Se zafa rápidamente y agarra su muñeca con la otra mano. Si, le he hecho daño. Pero ella se lo ha hecho primero.
- ¿Qué rayos te ocurre?
- ¿Por qué no vas a molestar a Becca, Bieber?
Oh, si. Le ha afectado. En tal caso debería de gustarme que se ponga celosa, como yo cuando Chaz le habla. Pero no me gusta porque todo lo que la hiera, me hiere a mí.
- ¿Es por eso? Déjame decirte que tú me echaste y tuve que buscar un nuevo asiento.
Niega con a cabeza y retoma su camino. La sigo solo porque siento la maldita necesidad de darle explicaciones.
-_____, _____, ven aquí.
Sigue caminando como si no la hubiera llamado, como si las palabras se hubieran desvanecido antes de llegar hasta sus oídos. Ahora yo me siento invisible, ignorado.
-Becca creía que tú eras mi novia.
-De seguro lo has negado al tiro.
- ¿Qué dices, tonta? Solo le aclaré.
-Es una perra -dice entre dientes.
-Está bien, si tú dices. Becca es una perra. -Ruedo los ojos.
-Lo digo porque lo sé, Bieber.
Sigo andando lentamente a su lado hasta que doblamos a una calle transitada y ya no puedo andar a tal velocidad. Apago la moto y me bajo. La empujo mientras camino al lado de ______.
- ¿Almorzamos en un café? -Sugiero.
Niega con la cabeza. Probablemente no haya desayunado, no piensa en almorzar y seguramente un té será su consumición del día.
- ¿Segura?
-No traigo dinero -dice al pasar.
-Yo invito.
-No. Tú siempre invitas.
Es lo que corresponde -respondo en mis pensamientos.
No, Justin. Un hombre le paga a su novia, es eso lo que corresponde -dice mi subconsciente.
-Te vives enojando conmigo. En serio que no sé qué hacer.
Me mira por encima de su vaso con zumo de naranja y frunce el ceño. Me gusta ese gesto en ella, es curioso y femenino.
-Si no me dices qué ocurre, yo no puedo disculparme.
Mastica lentamente y me observa con sus ojos fijos en los míos. Alza los hombros y a continuación traga su comida.