"Invisible"
Capítulo XXVIII: "¿Cuántas veces dijiste que sería la última vez?"
Preparo un rico desayuno para ______. Algo de fruta acompañada por un tazón de leche con cereales.
Lo mira con expresión severa antes de hundir la cuchara en los cereales y tomar un poco. La observo con atención mientras lleva la comida a su boca y la saborea.
-¿Crees que puedas dejar de verme? Me incomoda.
Me río levemente. Apoyo los codos sobre la isla de la cocina inclinándome hacia ella mientras entorno los ojos.
-En serio -murmura.
No le hace gracia, así que aparto la mirada de inmediato y me incorporo.
Desayuna en silencio mientras yo doy vueltas por la cocina y me muero de aburrimiento. Come despacio, sin apuro y dudando cuando toma un poco de cereales con la cuchara. Finalmente aparta el tazón y toma el tenedor. Lo gira entre sus dedos y me observa.
-¿Quieres? Yo no puedo con todo esta fruta.
Me encojo de hombros y cierro la heladera para caminar a su lado. Me siento en la banqueta con su mirada sobre mí.
-Yo ya desayuné.
-Es que no quiero todo esto.
-Vale, te ayudo -digo con una mueca exagerada.
Me pongo de pie para atravesar la cocina en busca de un tenedor, lo busco en el cajón de los cubiertos y luego vuelvo a sentarme al lado de ella.
Los perfectos cuadrados de fruta van desapareciendo a medida que vamos pinchando con el tenedor. ______ agarra uno cada dos míos, intentando hacerme comer más que ella. Pero no es tan astuta, porque me aparto.
-Es tu desayuno, cómete lo que queda.
Ladea la cabeza con expresión fría y triste.
-Vamos, _____.
No voy a dejarla irse sin comer por el simple hecho de que este desayuno quizá sea todo lo que coma en el día. Sus ojos suplica que la deje en paz, pero en el fondo sabe que necesita ayuda de alguien, que necesita alguien que se ocupe de ella.
Pincha un cuadrado de manzana y se lo lleva a la boca manteniendo la mirada clavada en mí.
-No seas tan enojona. -Frunzo el ceño.
Le quito el tazón sucio y doy media vuelta para fregarlo y dejarlo limpio. Para no dejar rastros de desayuno para cuando vuelva mamá.
_____ acaba de comerse toda la fruta, le quito el plato y tomo los cubiertos. Los lavo mientras ella permanece en silencio detrás de mí, sentada en la banqueta frente a la isla. Doy media cuando acabo.
_____ tiene los brazos cruzados sobre la isla y el rostro hundido allí. Me seco las manos en los vaqueros y camino hacia ella. Le paso un brazo por los hombros, la atraigo hacia mí y beso su pelo.
-¿Qué ocurre?
-Tengo sueño -murmura.
Mi corazón dejar de latir aceleradamente instalando una sensación de tranquilidad en mi cuerpo. No está llorando, como pensaba.
-Ven, vamos arriba.
Mi habitación está ordenada, exceptuando el desastre sobre mi cama. No acostumbro a hacer la cama antes de ir al colegio por el simple hecho de que hay mucho sueño acumulado en mi ser a esa hora del día.
_____ analiza todo con sus ojos curiosos, aunque ya ha estado aquí antes. Sus ojos pasan de un lado al otro de la habitación, cruza sus manos en la parte baja de su espalda y aprieta los labios cuando se apoya en mi escritorio de madera.