"Invisible"
Capítulo XXXVII: "Tienes esa sonrisa que hace que le rece a Dios todos los días para que no dejes de sonreír. -Justin Bieber."
¿Chaz?
-¿Es eso, Justin? -Pregunta desafiante.
Mi mano se hace un puño sin que me de cuenta y de repente me encuentro dando un puñetazo contra la pared. Mis nudillos arden de dolor, debo dejar de hacer eso cada vez que la impotencia me asalte.
-¿Chaz te llevó a tu casa, ______? -Digo su nombre completo para hacerla sentir mi furia.
-Si, puede ser amable conmigo si quiere, no tienes porqué ignorarme cuando hablo con otras personas.
-Me alegra que hables con otras personas, lo que no me gusta es que me reemplaces.
-Nadie te está reemplazando, Justin -dice enojada-. Solo me acercó a mi casa.
-Vete al diablo.
-¡No te enojes! ¿Qué es lo que te molesta? ¿Ah?
-¡Que Chaz pueda ser amable contigo y yo no, ______! -Grito.
Mi mamá llega a mi puerta con sus ojos bien abiertos y frunce el ceño mientras se apoya contra el marco de mi puerta. Le hago una seña para que se vaya porque necesito privacidad y ella responde negando su cabeza lentamente.
-Vete -le susurro.
Cuando ella no me responde, camino hasta la puerta y la empujo un poco para sacarla de mi habitación, sostengo la puerta cerrada y la cierro con llave.
-Tú siempre haces cosas buenas por mí, no pasa nada si una vez lo hace otra persona.
-Genial, seguramente ahora Chaz es tu mejor amigo. ¿Te has dado cuenta de que solo le gustas? ______, no le importan tus problemas, no le importa ni tu nombre, solo quiere salir contigo.
Se queda callada un segundo, al sentir su respiración temblorosa me doy cuenta de que quizá me pasé de la raya diciendo lo anterior. Cierro los ojos y suspiro.
-Tengo que irme.
-No tienes que ser tan duro conmigo, no te he hecho nada.
-Voy a irme, _______. No quiero seguir hablando.
-Genial, vete.
La llamada se corta en el instante que dejo de oír su voz. Tiro el móvil con fuerza sobre la cama y me tiro de la punta del cabello para calmar mi nerviosismo. No tendría que haber hecho tremenda escena, ella no quiere a Chaz tanto como me quiere a mí, ni siquiera son amigos. Por más que le haya estado diciendo la verdad, tendría que haber sido un poco más amable. Los celos me carcomen, no me gusta que ande con Chaz por ahí. Solos.
Termino de hacer mi tarea de matemática y luego me doy una ducha. No he podido dejar de pensar en _______ y en la última vez que nos peleamos. Si ella se hiciera daño esta vez, yo no podría soportarlo. No podría cargar con esa culpa todo el tiempo, simplemente no podría verle cortes en sus muñecas una vez más.
Salgo de la ducha con una toalla que rodea mi cintura y me observo al espejo. Debería lidiar con mis problemas, debería llamar a mi papá y prestarle más atención a mis hermanos, en vez de solucionarle la vida a los demás. Yo quiero a ________, la adoro en serio como a mi mejor amiga, pero creo que este último tiempo he estado más concentrado en su vida que en la mía y realmente necesito un descanso de todo esto. Mis pensamientos son interrumpidos por el golpe seco en la puerta blanca del baño. Mi mamá me grita que tengo un llamado. Abro la puerta y salgo desnudo con la toalla que me cubre la parte inferior del cuerpo, tomo el teléfono que me tiende mi mamá y ella voltea para irse. Me apoyo contra la pared cruzando los dedos para que sea ella.
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