Al tribunal acudieron muchísimas personas de la marina de los EU.
La mayoría eran del "Oceanus", y otros tantos del "American Oddisey", así como algunos generales y capitanes de otros navíos.
Toda la sala estaba llena de hombres y mujeres enchaquetados en sus uniformes de gala.
Esa era una de las cosas que Ryan más amaba de la marina. Todos, eran como una gran familia. Y cuando uno salían perjudicado, los demás acudían en su ayuda.
(...)
- En pie - ordenó el alguacil y toda la sala se levantó de inmediato, a la espera de la sentencia del juez.
- Nick Evans será condenado a 30 años de cárcel más cinco de trabajos al servicio de la comunidad - declaró, y con un martillazo, el juzgado terminó.
Los guardias se llevaron a Evans inmediatamente, pero Ryan apartó la mirada. No podía verle la cara.
Se dejó caer en el asiento de madera, y se derrumbó. Las lágrimas comenzaron a salir de forma descontrolada de sus ojos, y tuvo que recordarse respirar con tranquilidad para no ahogarse en ellas.
Muchos soldados a los que no había visto en su vida se acercaron para consolarla.
- Lo siento, Ryan.. no sabía que fuiste tú la chica a la que..
- No se culpe, Capitán Lagross - curvó los labios hacia arriba en una diminuta sonrisa.
Pero de todos los presentes, a Ryan solo le importaba ver a una sola persona.
Y esa persona le observaba fijamente unas filas por detrás.
Pero ni siquiera con todo lo que había pasado, Ryan podía acercarse a Tex.