Querido profesor: ...

Capítulo 3: la tercera nota.

  "Le pregunté a un ángel cuál es el peor castigo y él respondió:

 "Amar, y no ser correspondido"." 

Viernes 19 de Mayo de 2017:

****

"Querido profesor:

He dejado que pasen los días antes de volver a escribir, ya sabe lo que dicen: "semana nueva, vida nueva" (Bueno, tal vez lo he inventado yo, pero da igual). Su alivio al creer que las notas habían terminado era palpable en el aire, pero no, yo sigo aquí.

Y es que no quise escribir por el hecho de que me parecía tan tierno verlo día a día revisar todas sus cosas antes de irse, es usted único mi querido Liam.

Creo que podríamos hacer una pareja estupenda. No por favor, no se preocupe, ya sé cuál va a ser su pensamiento al leer esto, pero es que solo faltan pocos meses para que el año termine y yo voy en último curso.

Podríamos hacerlo funcionar. Lo sé. Tengamos un poco de fe.

Pd: Por si se lo pregunta, la respuesta es sí. Si vi su traviesa sonrisa el otro día mientras leía mi nota. No se alarme, yo era la única en el lugar.

Con todo el amor que se puede profesar, su querida alumna ♥"

****

Terminó de leer la nota y se preguntó si ella realmente pensaba eso. Qué podrían estar juntos. Estaba loca, le parecía tierna la idea viniendo de una criatura, pero totalmente descabellada.

Si él no salía con una compañera de trabajo tan guapa como Carolina, por evitar problemas, mucho menos saldría con una niña. Una niña que era nada más y nada menos que su alumna.

Si es que todo el tema de las cartas era cierto, y no era una broma grupal, la chica estaba medio loca. Debía hacerse revisar, sin duda alguna.

Y era escalofriante. ¿Lo había estado siguiendo?

-Está jodida – susurró para sí. La chica ya daba miedo.

Desde mañana ya no iría más caminando, empezaría a conducir. Se lamentaba perder sus tranquilas caminatas de medio día, ya que eran en el único momento donde podía estar solo y pensar, pero no quería que cualquiera lo anduviese siguiendo.

Y ahora que lo pensaba ¿Lo habría visto ella con Carolina? Esperaba que no, quería evitar que se propagara la información, y así evitar malos entendidos. Ellos solo eran... ¿Qué eran realmente? No se podría decir que amigos, pues del lado de Caro eso no era cierto. Digamos que ellos eran solo conocidos amistosos.

-¿Conocidos amistosos? – se habló así mismo soltando una carcajada, la paráfrasis era muy graciosa.

Un estruendo lo distrajo de sus pensamientos, de la carta y de todo.

-Yo lo limpio - esa era la voz de Pratt. Sí, aún seguía en su departamento. Se había peleado con Eugenia, su novia, y por eso se estaba quedando con ellos. Sin ser invitado y apenas siendo bien recibido. Ya le había dicho más de 15 veces que la llamara y arreglara las cosas, estaba arto de verlo discutir con Joan, porque es que se llevaban fatal. Eran como perro y gato. Pero se negaba a hacerlo. Yo no hice nada malo, repetía, fue su culpa. Y es que era un cabeza dura total.

-¡¿Qué hiciste?! - estos eran los gritos de Joan. Y aquí empezaban de nuevo.

Liam rodó los ojos y se dirigió a separarlos, otra vez. Ya lo tenían artos. Parecían unos niños de 8 años.

-Es solo un plato - le dijo Pratt a Jo quitándole importancia. Y es que tenía razón, a nadie le importaba un plato; entre Joan y yo rompíamos unos 5 o 6 al mes. Pero ese no era el problema. El problema era que Pratt había sido quien había roto ese plato, y cualquier cosa que hiciese este, era motivo de enojo de Joan. Como dije, se llevaban terriblemente mal.

Hasta cuando uno respiraba, eso molestaba al otro.

Eran inaguantables cuando estaban en el mismo sitio. Eran el agua y el aceite, aún cuando un día habían sido la mejor combinación.

Pero yo nunca supe los motivos de su casi odio mutuo.

El fin de semana paso, entre disputas y peleas, y por fin era lunes. Pero ese día no recibió ninguna nota extensa, solo una pequeña oración escrita en lápiz sobre un pequeña papel, el cual estaba roído por las llamas de algún encendedor polizón.

"Usted me enseña sobre gramática y oraciones, pero si me deja, yo podría enseñarle sobre amor."