Capítulo 20: Liam.

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Sábado 02 de Diciembre de 2017. (Horario: madrugada):


Una vez en casa, ya dispuesto a mandarle un mensaje a Carolina, volví a acordarme de Sebastián, últimamente lo tenía más presente que nunca...



* Flashback * 


Estaba en mi cuarto llorando por una chica que me había abandonado, yo creía que ella era el amor de mi vida, pero por lo visto, ello no creía que yo fuese el suyo. Triste, pero real.

La puerta estaba entre abierta, y desde el pasillo se podían sentir mis ahogados lamentos. Sebastián se encontraba en nuestra casa, y me escuchó llorar; en ese momento él tenía 19 años, y yo solo contaba con apenas 15. Sebastián era amigo de mi hermano mayor, pero siempre se había preocupado por mi, aún más que por él. Y con justas razones, Pratt era un imbécil con sus amigos, yo en cambio era bueno con él.

-¿Liam? - dijo entrando a mi habitación. Despegué el rostro de mi almohada al escucharlo, y lo miré, con la cara roja de tanto sufrir. 

-Maya me dejo - tartamudee como pude, hablar era un privilegio que en ese momento no me acompañaba. Me sentía tan impotente, tan idiota, tan poca cosa.

-Mmmm ya veo - se acercó a mi y se recostó a mi lado. Y ahí se quedó un rato mirando el techo, sin decir ni una palabra más, solo escuchando mis sollozos. Él me dejó desahogarme a su lado como siempre hacía, sin decir nada, respetando mi dolor, esperando a que terminase con mi escenita. Se podía escuchar como sus amigos lo llamaban a lo lejos, pero él no parecía notarlo. 


-¡¡Sebastián!! - ese era mi hermano gritando desde la cocina. Se notaba que se había cansado de esperarlo, su tono ya no era paciente. Sebastián se percató de ello, y se sentó en la cama, volteando a verme con esa mirada tan dulce típica en él. Era un buen amigo, de eso no cabía duda. Pratt no se merecía a alguien tan bueno en su vida.


-¿Te cuento un secreto? Es mágico - me dijo sonriéndome, como se le sonríe a un niño perdido. Y ese era él, siempre alegre. Siempre feliz. Imperturbable. Capaz de solucionarlo todo para los demás.

-¿Qué es? - ya podía hablar bien, no me quedaban lágrimas por derramar, y mi garganta se había aclarado. ¿Cuánto tiempo había pasado desde que había empezado a llorar? 

-Hay muchas chicas en el mundo mi pequeño amigo - siempre que me decía pequeño revolvía mi cabello, y esta vez no era la excepción. -Y aunque tal vez ahora no me creas, vas a enamorarte muchas veces en la vida, y también van a romperte el corazón muchas veces, y siempre va a doler como ahora, pero luego va a sanar y todo va a ser mejor.

Lo miré asombrado. ¿Era eso posible? No lograba imaginarlo. ¿Amar de nuevo? ¿Amar como amé a Maya de nuevo? No me lo creía.

-Y la solución más rápida para el corazón roto Li es que - siguió hablando Sebastián, ya con una sonrisa pícara grabada en los labios -un clavo saca a otro clavo - me reí mucho en ese momento. 

- ¿Clavos? - le había dicho aún riendo.

- Si, clavos. Y tengo al clavo perfecto para tu corazón...


*Fin Flashback*


Querido profesor: ...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora