Sábado 02 de Diciembre de 2017. (Horario: madrugada):
- Espero no te suicides con el helado en tu noche de sábado tan divertida - Lo que Joan me había dicho quedo ahí como un eco. Mierda, tendría que haber ido con él.
¿Qué estaba haciendo? Me sentía patético. Era patético.
Era sábado en la noche y yo me encontraba solo en casa lamentándome por un grupo de críos que se había divertido a costa mía. ¿Cómo era eso posible? ¿En quién me había convertido? ¿Qué había hecho con el Liam adulto?
De repente me encontré cuestionando quien era más crío si ellos por su edad o yo por mi comportamiento. ¿Qué? ¿Ahora tenía 16 años? Mi comportamiento era injustificable. Esto se había terminado. El autocompadecerse no iba con mi yo adulto.
Me decidí a salir.
- Sos un idiota - le dije a mi reflejo, luego de salir de darme una ducha. - No deberías haber caído en la joda. ¿Una admiradora? - interrogué furioso a mi otro yo, como esperando una respuesta que sabía no iba a conseguir - Patético - No podía dejar de repetírmelo una y mil veces, era patético.
Mientras conducía, a lo que creía iba a ser un bar, me dí cuenta que estaba yendo rumbo a la escuela. ¿Pensaba ir a la graduación ahora? Está bien. Yo era capaz de dar la cara y aguantar las risas. A fin de cuenta las merecía, por caer.
Pero una vez fuera de la escuela, ya no había nadie. El evento había terminado, me informó el conserje con una sonrisa.
¿Pero que hora era? Ni siquiera había agarrado el movil al salir, así que no tenía ni la más remota idea.
30 minutos después me encontraba solo, sentado en la barra de un bar, con un nuevo vaso de whisky barato, vacío ¿Cuántos había tomado ya? En realidad eso no importaba. Lo que importaba era que no podía evitar pensar. ¿Por qué no podía dejarlo pasar y continuar? Nada podía asegurarme que ella era real, pero la posibilidad de la joda hecha por todo el curso era más fuerte. Dios, no podía más con mi mente, ya no me soportaba ni yo mismo últimamente.
- ¿Y si fue real? - Esa voz hizo que me sobresaltara. Miré para todos lados, pero no había nadie hablándome. Me estaba volviendo loco. Agarré mi pelo con ambas manos y lo batí todo, estaba hecho un lío conmigo mismo.
Suspiré, y por lo visto lo hice muy fuerte ya que la cantinera me miró con una ceja levantada y se acercó a mi.
- ¿Qué es? ¿Trabajo o amor? - Volvió a llenar mi vaso.
- ¿Qué?
- Lo que te frustra cariño - ¿Tanto se me notaba? Ella ni me conocía y ya lo sabía - Los problemas suelen ser lo típico. Trabajo o amor.
- Amor.
- Pues en ese caso, va a ser doble - Y sirvió más whisky en mi vaso, hasta casi renvalsarlo - o triple. - Me guiñó un ojo y se fue con un anciano regordete que estaba en el otro extremo de la barra.
Tenía que arreglar mi situación. Y solo había una manera de hacerlo.
- Un clavo, saca otro clavo - repetí para mi mismo las palabras que un día me había dicho mi amigo Sebastián. Él siempre fue quien arregló mi vida y mis problemas. Así que era hora de seguir sus consejos y resolver mi frustración.
Así que me dispuse a ir a casa, agarrar el maldito celular y escribirle a Carolina.
Ese mismo día, en un boliche...
- Alya -
-He Karen, mira - le dije a mi amiga señalando con la cabeza en la dirección donde mis ojos estaban posados. ¿Qué estaba haciendo esa perra? ¿Tanto me envidiaba qué necesitaba todo lo que yo tenía?
-¿Qué tengo que mirar ciela? -Me respondió mi amiga abrazándome y mirando perdida hacia cualquier lado -No logro enfocar mi vista - y comenzó a reírse como loca. Claramente estaba aún más borracha que yo. Y así nomas riendo, se fue de nuevo a bailar al lado de los demás.
Pero lo que yo veía era como un baldazo de realidad. El alcohol ya no se sentía en mi. Se había apartado de momento, para dejarme ver lo que estaba ante mi.
-Daphne - murmuré para mi misma apretando los puños.
¿Qué estaba haciendo ella hablando con ese chico? Él se había fijado en mi, no en ella. ¿Por qué tenía que ir a hablarle? ¿Necesitaba todas mis sobras?
Y él pronto se dio vuelta y me miró. Pero no logré sonreírle. No logré despegar la vista de sus manos en la cintura de Daphne, y del hecho de que se fueron juntos.
¿Estaba celosa? Si, lo estaba. Ni siquiera recordaba su nombre, pero que él la haya cambiado por Daphne la estaba matando.
-No me lo puedo creer.
♥
ESTÁS LEYENDO
Querido profesor: ...
Novela JuvenilLiam es un joven de 27 años, es profesor de lengua y literatura, lleva una vida ordinaria y ha sufrido por amor como cualquier otra persona. No hay nada extravagante en su vida. Él comparte piso con su amigo de la infancia, Joan y tiene un hermano p...