Aquella noche se me hizo muy larga, estaba pensando en todo aquello y aunque lo intentaba, no podía separarme de aquellos sentimientos, ¿como Sophie estaba con aquel chico tan... subnormal? Era una pregunta a la que no encontraba respuesta, pero Jess me consiguió sacar de aquellos malos pensamientos.
-Venga David, deja de pensar en eso tio, todos nos metemos en problemas.- dijo Jess para animarme.
-Ya pero... Yo no soy así...
-Tio, todos tenemos un mal día... Y hay veces que no puedes controlar tu cuerpo.- respondio Jess muy comprensiva.
-Ya pero... ¿Cómo esta Sophie con ese gilipollas?- le pregunté a Jess.
-Sabes que... Yo no lo sé, pero creo que deberías disfrutar de lo que queda de noche - dijo mientras me ofrecía una mano para salir con ella a bailar.
-Vaale...- dije sin muchas ganas. Y comenzamos a bailar, la verdad es que Jess bailaba muy bien, e incluso de vez en cuando, saltaba alguna chispa entre los dos, por un momento me olvide de la pregunta que me taladraba la cabeza, pero no tardó mucho en volver...A la mañana siguiente me desperté no muy temprano, pero Ben y Carmelo seguian tirados incapaces de mover un músculo, yo salí a darme una vuelta a tomar aire fresco. El campus estaba desierto el ajetreo de todas las mañanas de gente yendo y viniendo, se había convertido en no más ruido que el de los pájaros en lo alto de los árboles, era el ambiente perfecto para reflexionar, pero yo había salido a todo lo contrario, a desconectar, me senté en el césped mirando hacia el cielo y me quedé allí... Sin hacer nada, sin pensar en nada, haciendo lo que mejor se me daba, nada.
Por la tarde tuvimos entrenamiento, yo seguía pensando en lo mio, y en mitad del entrenamiento el entrenador ordenó un ejercicio de tiro y me llamo para hablar con el fuera del pabellón.
-¿Qué pasa entrenador?-dije algo desconcertado.
-¡Estas loco!¡Sabes con quien te metiste en pelea ayer!- dijo el entrenador Sanders.
-¿Qué dices entrenador?- pregunte sin haber comprendido aun donde estaba.
-¡Todo el mundo lo sabe! ¡La pelea que tuviste ayer con Ryan!-dijo aun bociferando.
-¡Pero tenia que hacerlo!- dije intentando defender mis acciones.
-Vale chico, estoy seguro de que tenias tus motivos, pero no puedes llegar y meterte en líos con la persona más importante de la universidad.- dijo el entrenador Sanders.
-¿El más importante de la universidad?-pregunte.
-Sí, es el quarterback del equipo, la universidad le permite más que a los demas, si dice que te vas, te vas.
-Pero...¡Eso no es justo!- respondí cabreado.
-Ya lo sé chico... Pero la vida es así, y este equipo necesita que estés aquí.-dijo el entrenador Sanders mostrando lo injusto de la vida.
-Joder.-dije mostrando mi impotencia.
-¿Me prometes que no te meterás en más líos?- pregunto Sanders.
-Si... Entrenador...
-Ahora vuelve con tus compañeros, hay que trabajar en ese tiro.- En ese momento me gire y volví al pabellón donde Carmelo y Ben me esperaban con curiosidad por saber que me había dicho el entrenador.
-¿Qué te ha dicho?- pregunto Carmelo rápidamente.
-Nada es por lo de ayer...-respondí intentando restarle importancia.
-Buffff, maldito Ryan, ese cabron siempre consigue todo lo que quiere sin esforzarse.- dijo Ben mostrando su rabia mientras un balon salía de sus manos.
-Tranquilos chicos, ya no hay de que preocuparse.- les dije para calmarlos.
-Claro que si, alguien tiene que darle una lección a ese chaval.- dijo Carmelo.
-Chicos, no os preocupéis, esta situación la tengo que llevar solo, y tranquilos que yo se lo que me hago...-les dije.
-Vale... Pero no dudes en contar con nosotros para lo que necesites.-dijo Ben y ambos se marcharon a la otra canasta para terminar su ejercicio de tiro.Volvimos a la habitación y volví a recibir una llamada de Skype, esta vez no quería cogerlo, pero no podía hacerle eso a mis amigos.
-¡Hola David!-dijo Ana alegremente.
-Hola...-respondí.
-Tio ¿Qué te ha pasado?¿Se te ve muy mal?- pregunto Antonio.
-Nada, ayer tuve un problemilla...-respondí sin darle importancia.
-¿Un problemilla?¿Cual?- pregunto Ana.
-Nada... un problema con una chica, pero ya lo he dejado.- dije apagandome poco a poco.
-Ese no es el David que yo conozco...- dijo Ana.
-Es verdad tio, cuando te fuiste me prometiste que ibas a demostrar de que pasta estabas echo, y rendirte no es típico de ti.-dijo Antonio recriminandome mis acciones.
-Gracias chicos... De verdad necesitaba vuestro apoyo...- les dije.
-Cuenta con nosotros para lo que necesites...-dijo Ana.
-Claro... Adiós chicos me tengo que ir...-dije despidiendome.
-¡Adiós!-se despidieron al unísono y corte la llamada.Sus palabras me hicieron abrir los ojos, no me podía rendir, al menos con Sophie, ella no se merecía que la tratarán así, y yo estaba dispuesto a dar lo que fuera por estar con ella...