Capítulo 7

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Aquella noche se me hizo muy larga, estaba pensando en todo aquello y aunque lo intentaba, no podía separarme de aquellos sentimientos, ¿como Sophie estaba con aquel chico tan... subnormal? Era una pregunta a la que no encontraba respuesta, pero Jess me consiguió sacar de aquellos malos pensamientos.
-Venga David, deja de pensar en eso tio, todos nos metemos en problemas.- dijo Jess para animarme.
-Ya pero... Yo no soy así...
-Tio, todos tenemos un mal día... Y hay veces que no puedes controlar tu cuerpo.- respondio Jess muy comprensiva.
-Ya pero... ¿Cómo esta Sophie con ese gilipollas?- le pregunté a Jess.
-Sabes que... Yo no lo sé, pero creo que deberías disfrutar de lo que queda de noche - dijo mientras me ofrecía una mano para salir con ella a bailar.
-Vaale...- dije sin muchas ganas. Y comenzamos a bailar, la verdad es que Jess bailaba muy bien, e incluso de vez en cuando, saltaba alguna chispa entre los dos, por un momento me olvide de la pregunta que me taladraba la cabeza, pero no tardó mucho en volver...

A la mañana siguiente me desperté no muy temprano, pero Ben y Carmelo seguian tirados incapaces de mover un músculo, yo salí a darme una vuelta a tomar aire fresco. El campus estaba desierto el ajetreo de todas las mañanas de gente yendo y viniendo, se había convertido en no más ruido que el de los pájaros en lo alto de los árboles, era el ambiente perfecto para reflexionar, pero yo había salido a todo lo contrario, a desconectar, me senté en el césped mirando hacia el cielo y me quedé allí... Sin hacer nada, sin pensar en nada, haciendo lo que mejor se me daba, nada.
Por la tarde tuvimos entrenamiento, yo seguía pensando en lo mio, y en mitad del entrenamiento el entrenador ordenó un ejercicio de tiro y me llamo para hablar con el fuera del pabellón.
-¿Qué pasa entrenador?-dije algo desconcertado.
-¡Estas loco!¡Sabes con quien te metiste en pelea ayer!- dijo el entrenador Sanders.
-¿Qué dices entrenador?- pregunte sin haber comprendido aun donde estaba.
-¡Todo el mundo lo sabe! ¡La pelea que tuviste ayer con Ryan!-dijo aun bociferando.
-¡Pero tenia que hacerlo!- dije intentando defender mis acciones.
-Vale chico, estoy seguro de que tenias tus motivos, pero no puedes llegar y meterte en líos con la persona más importante de la universidad.- dijo el entrenador Sanders.
-¿El más importante de la universidad?-pregunte.
-Sí, es el quarterback del equipo, la universidad le permite más que a los demas, si dice que te vas, te vas.
-Pero...¡Eso no es justo!- respondí cabreado.
-Ya lo sé chico... Pero la vida es así, y este equipo necesita que estés aquí.-dijo el entrenador Sanders mostrando lo injusto de la vida.
-Joder.-dije mostrando mi impotencia.
-¿Me prometes que no te meterás en más líos?- pregunto Sanders.
-Si... Entrenador...
-Ahora vuelve con tus compañeros, hay que trabajar en ese tiro.- En ese momento me gire y volví al pabellón donde Carmelo y Ben me esperaban con curiosidad por saber que me había dicho el entrenador.
-¿Qué te ha dicho?- pregunto Carmelo rápidamente.
-Nada es por lo de ayer...-respondí intentando restarle importancia.
-Buffff, maldito Ryan, ese cabron siempre consigue todo lo que quiere sin esforzarse.- dijo Ben mostrando su rabia mientras un balon salía de sus manos.
-Tranquilos chicos, ya no hay de que preocuparse.- les dije para calmarlos.
-Claro que si, alguien tiene que darle una lección a ese chaval.- dijo Carmelo.
-Chicos, no os preocupéis, esta situación la tengo que llevar solo, y tranquilos que yo se lo que me hago...-les dije.
-Vale... Pero no dudes en contar con nosotros para lo que necesites.-dijo Ben y ambos se marcharon a la otra canasta para terminar su ejercicio de tiro.

Volvimos a la habitación y volví a recibir una llamada de Skype, esta vez no quería cogerlo, pero no podía hacerle eso a mis amigos.
-¡Hola David!-dijo Ana alegremente.
-Hola...-respondí.
-Tio ¿Qué te ha pasado?¿Se te ve muy mal?- pregunto Antonio.
-Nada, ayer tuve un problemilla...-respondí sin darle importancia.
-¿Un problemilla?¿Cual?- pregunto Ana.
-Nada... un problema con una chica, pero ya lo he dejado.- dije apagandome poco a poco.
-Ese no es el David que yo conozco...- dijo Ana.
-Es verdad tio, cuando te fuiste me prometiste que ibas a demostrar de que pasta estabas echo, y rendirte no es típico de ti.-dijo Antonio recriminandome mis acciones.
-Gracias chicos... De verdad necesitaba vuestro apoyo...- les dije.
-Cuenta con nosotros para lo que necesites...-dijo Ana.
-Claro... Adiós chicos me tengo que ir...-dije despidiendome.
-¡Adiós!-se despidieron al unísono y corte la llamada.

Sus palabras me hicieron abrir los ojos, no me podía rendir, al menos con Sophie, ella no se merecía que la tratarán así, y yo estaba dispuesto a dar lo que fuera por estar con ella...

Nacido para triunfarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora