Capítulo 18

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Ya era el día de llevarlo a cabo, aquella larga semana en la que cada día pensaba en todo lo que podía suceder, ya estaba a punto de convertirse en historia, aunque cada momento que pasaba, me ponía un pelin más nervioso, pues el momento de la verdad, estaba cada vez más y más cerca, y aunque apenas tenía responsabilidad en el plan, tenia el mal antojo de que si algo podía salir mal, saldría.
-¿Estás nervioso?- me pregunto Ben mientras comenzábamos a prepararnos y cambiarnos de ropa.
-Un poco... pero confío en vosotros, en los pocos meses que llevo aquí habéis hecho mucho por mi.- dije de manera muy reflexiva.
-Para eso están los amigos ¿No?- añadió Carmelo.
-Por supuesto, pero no es fácil encontrar unos de verdad...- respondí rápidamente.
-Y que lo digas...- alegó Ben.
-Bueno, ya es la hora de marcharse.- soltó Carmelo mientras se abrochaba su corbata, la verdad es que más o menos todos repetiamos conjunto de la última vez Carmelo con su traje, yo con mis vaqueros y mi camisa y Ben informal, como siempre.

No tardamos mucho en llegar al lugar donde habíamos quedado, Jess llevaba el mismo traje negro que la última vez, con el puesto, parecía otra persona... Y Amanda, llevaba un traje azul, algo más recatado que Jess.
-Chicos ¿Otra vez tarde?- dijo Amanda algo sorprendida.
-Pero esta vez solo 5 minutos...-respondió Ben.
-Es un nuevo récord.- puntuó Carmelo.
-Ya te acostumbrarás...- dijo Jess mirando a Amanda.
-Bueno chicos, recordais todos el plan de Amanda.- pregunte volviendo al tema principal.
-Si.- respondió Ben.
-Sí.- añadió Jess.
-Creo...- respondió Carmelo algo dubitativo.
-¿Cómo no?- dijo Jess con un poco de maldad.
-A ver... tu haz que Sophie salga de la fraternidad cuando te lo diga ¿Vale?.- dijo Amanda.
-Pan comido.- respondió Carmelo.
-Y una pregunta Jess ¿Cómo vas a hacer tu parte?- pregunte.
-Bueno... al igual que conseguí los ron colas gratis...- dijo Jess mientras me guiñaba el ojo.
-Bueno, pues si no hay nada más que preguntar ¡A por ello!-dijo Amanda aportandonos una gran energía. Y todos empezamos al caminar hacia la fraternidad. Íbamos sorprendentemente callados, aunque supongo que todo el mundo iba pensando en como acabaría todo aquello, y en que parte tenia que ejecutar cada uno. Antes de darnos cuenta ya estábamos allí, en la puerta, repasamos por última vez el plan, y nos dispusimos al ejecutarlo de la mejor manera posible.
El primer paso era esperar a que se separarán, tocaba esperar, lo que menos me apetecía en aquel momento. Allí estaban, Sophie y Ryan, bailando juntos, pero no podía apartar mi mirada de Sophie, su melena rubia recién planchada, sus labios rojos potentes que la hacían irresistible, y un vestido rojo, que dejaba lo justo a la imaginación, y como no, aquellos ojos verdes que vencían al más valiente de los guerreros, que se veían aun más resaltado gracias a los toques de rimel que se había hechado.

Y ocurrió, Sophie se fue un momento al baño, y era el momento de Jess, fue decidida a por él, y tras un par de intercambios de palabras, y un par de risas fingidas de Jess, cogió a Ryan del brazo y se lo llevó a fuera. El primer paso, ya era un éxito, ahora le tocaba a Carmelo, Sophie, acababa de salir del baño, y él tenía que hacer que saliera, para que los pillaran con las manos en la masa. Carmelo iba decidido con su vaso de soda en la mano, y de la manera menos natural que he visto en mi vida, Carmelo fingió que se tropezaba, y le lanzó todo el refresco en aquel precioso vestido, y como habíamos planeado, ella salio de la fraternidad, y en efecto, les pillo, y en aquel beso que estaban teniendo, se podían sentir las chispas entre ellos dos, más de lo que esperaba, supongo que Jess se había metido muy bien el papel...
Y como ya pensamos en un principio, eso sirvió de chispa que prende la mecha, y como una explosión de un cañón, Sophie empezó a discutir con Ryan. Amanda, Ben y yo simplemente lo veíamos desde una ventana, pero no hacia falta estar allí para saber de que estaban hablando, los gestos, las expresiones, e incluso sus posiciones, daban a entender lo inevitable, el fin de una relación, que había estado atormentandome durante tanto tiempo. Por una vez, la fortuna me sonreía, ya solo quedaba mi parte, que ejecutaría la semana que viene, repetí estrategia, antes de ir a la fraternidad, deje el mismo papel que en el primer partido, nos vemos a las 00:00 en el jardín detrás de la cafetería. Ya estaba todo cumplido, el plan había pasado y con nota, ya solo quedaba disfrutar de la noche, festejar que todo había salido bien, y esperar a que fuese el sábado.

Nacido para triunfarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora