Ya era el gran día, un largo año reflejado en un partido, todo el trabajo y esfuerzo de la temporada, estaban a punto de terminar, y no íbamos a dejar que fuese de manera amarga, todos en el equipo llevábamos soñando con esto, desde que eramos unos chiquillos, e íbamos a jugar en el lugar que siempre había deseado, el "Staples Center", donde normalmente jugaban Los Angeles Lakers, y en todos lados se preveía llenazo, con unos 18000 espectadores, simplemente la idea de tanta gente en un pabellón, me ponía los pelos de punta, y no hablemos ya de las televisiones...
Carmelo, Ben y yo estábamos concentrandonos en el partido, cuando Jess entró en la habitación.
-¡Hola Jess!- dije mientras la veía entrar.
-¡Hola chicos! Venia a desearos suerte.- dijo de manera muy agradable.
-Muchas gracias.- dijo Ben.
-A ti no, a Carmelo y a David, tu no me caes bien...- respondió Jess con la intención de chinchar a Ben, con lo que Carmelo y yo fuimos incapaces de aguantar la risa.
-Pero seras...- respondió Ben algo cabreado.
-No te lo tomes a mal, es para que os tranquilizeis un poco, se os ve un pelin nerviosos.- dijo Jess.
-¿Nerviosos? Solo porque vamos a jugar por el campeonato delante de 18118 espectadores en el Staples Center,que va.- dijo Carmelo rebosante de ironía.
-Tío ¿Te sabes el número exacto de personas que caben en el pabellón?- pregunto Jess algo extrañada.
-Sí, ayer se puso a investigar...- respondí.
-¿Carmelo?¿Investigando?- pregunto Jess sin salir de su asombro.
-A mi me sorprendió igual que a ti.- alegó Ben.
-Impresionante...- añadí, y en ese instante sonó la alarma.
-Bueno, Jess, nos tenemos que ir.- dije a modo de despedida.
-Suerte chicos, confío en vosotros.- y uno a uno fue dándonos un abrazo.
-David, demuestrales quien eres.- me dijo en voz baja mientras nos dábamos un abrazo. Y nos fuimos directamente al autobús.Allí, nadie hablaba, cada uno se concentraba a su manera para el partido, estaban los que escuchaban música, los que miraban a un punto fijo y pensaban, y luego estaba yo, que estaba sentado solo moviendome de un lado para otro. Pronto llegamos al pabellón, era una sensación espectacular, los pasillos llenos de imágenes de leyendas, los enormes vestuarios, y la pista, era increíble lo pequeño que se podía sentir uno en el epicentro de todo aquello, y simplemente pensar que en un un par de horas, todas aquellas miles de butacas iban a estar ocupadas solo para vernos a nosotros, me daban escalofríos. El entrenador nos llevó al vestuario con la excusa de que quería enseñarnos un video con las jugadas del otro equipo, pero para nuestra sorpresa, el video era un mensaje de animo para nosotros hecho por toda la universidad.
-Chicos, hay mucha gente que confía en vosotros, y que quieren que ganéis, y se que no los vamos a decepcionar.- dijo el entrenador, todos nos juntamos y en coro, gritamos:
¡1,2,3, Equipo!Y sin más contemplaciones, comenzamos a calentar. Los chicos de North Carolina, calentaban de manera ordenada, parecía que todo lo que hacían era una manera de intimidarnos, parecían robots programados para dar miedo, y nosotros, bueno nosotros... eramos nosotros, sin orden alguno, cada uno por su cuenta, algunos tirando, otros votando,Carmelo colgándose del aro... lo normal. En menos de lo que pensaba iba a comenzar el partido, y el momento en el que se decía mi nombre por megáfonia, y 18000 fans de Los Angeles aplaudían, siempre será inolvidable, notaba como los nervios me recorrían cada músculo de mi cuerpo.
El partido dio comienzo, se notaban los nervios por parte de ambos equipos, aunque rápidamente, North Carolina comenzó a coger el mando. En menos de 5 minutos, ya iban 6 arriba, y nosotros estabamos casi paralizados, los nervios no nos dejaban jugar, en algunos momentos parecía que volvíamos al partido, pero ellos respondían y se alejaban más en el marcador. Al descanso, gracias a Carmelo, que era capaz de destrozar su ataque, íbamos solo 15 abajo, y algo cabizbajos fuimos todos al vestuario.
-¿Qué mierda os pasa?¿Tenéis la oportunidad de vuestra vida y... hacéis esto? Parece que no tenéis energía, parece que habéis venido a jugar porque tocaba. Esto es la final, una oportunidad única en la vida, montones de niños sueñan con algún día estar aquí, y vosotros lo conseguís, y... hacéis esta mierda. Podrán ser mejores que nosotros, podrán meter todos sus tiros, pero no consiento que jueguen con más cojones que nosotros. Claro que estoy dispuesto a perder, pero sólo si dais el máximo de vosotros, y si pretendéis jugar de verdad al baloncesto, os espero ahí fuera, si no, quedaros. ¡Pum!
El vestuario quedo en completo silencio, todo el mundo estaba cabizbajo, estábamos como deprimidos, hasta que me canse, me levante de mi sitio y comencé a hablar.
-Chicos, el entrenador tiene razón, hemos hecho una temporada espectacular, y ahora... parece que queremos tirarla a la basura. Allí fuera hay mucha gente que confía en nosotros, y no estoy dispuesto a que vean esta versión. Vamos a salir ahí fuera, y a enseñarle a los de North Carolina quienes somos ¿Quien está conmigo?- y el silencio se volvió a apoderar de la sala.
-Yo estoy contigo David.- dijo Carmelo mientras se ponía en pie.
-Yo también.-añadió Ben levantándose.
-Supongo que habrá que habrá que jugarlo.- dijo Mike mientras se unía a la revolución.
-Yo estoy con vosotros.- añadió Tim mientras se ponía en pie y el resto del equipo le acompañaba.
-No esperaba menos de vosotros.- dije mientras se me escapaba una sonrisa.
-¿Y que vamos a hacer!- dije a grito pelado.
-¡Ganar, ganar y ganar!- respondió el equipo lleno de euforia.
-Vamos a salir ahí fuera y demostrar de que pasta estamos hechos.La segunda parte fue totalmente lo contrario a la primera, todo el mundo estaba a tope, nadie daba un balón por perdido, el balón fluía, y todo el mundo estaba enchufadisimo, Carmelo cogiendo cada balón que pasaba cerca, Ben rompiendo tobillos, Mike destrozando desde el perímetro, y yo siendo fuerte en ambos lados de la pista. Pero los de North Carolina no se rendían, cada vez que nos acercábamos, ellos se alejaban un poquito más, cada vez que les dábamos un susto, ellos conseguían salir de la situación, hasta que llegaron los últimos minutos, donde fuimos imparables, aun así, a falta de 10 segundos íbamos dos abajo y con posesión. El entrenador había preparado una jugada para Carmelo, una canasta de dos para forzar la prórroga.
Ben sube el balón, 7 segundos, Carmelo recibe, 5, mi defensor va a por él, 4, Carmelo me pasa el balón, 3, recibo, preparo el balón, 1, tiro y... el mundo se paró por un segundo, todas las miradas estaban sobre mi, la presión recorría cada célula de mi cuerpo, podía ver como el balón bajaba a cámara lenta, uno voz dentro de mi decía que la iba a fallar, cerré los ojos y...