Pov Yui
Estaba ordenando un poco los libros que me tocaba llevar a la siguiente clase, no había visto a kou-kun en el trascurso de los días y eso me entristecía.
Cerré mi casillero y suspire pesadamente.
- de verdad que te extraño kou kun.- dije para mi misma.
- Yo también te EH extrañado neko-chan.- esa voz... ¡KOU!.
me giré para verlo y ahí estaba... Siempre Tan sonriente y alegre. No lo dudé y corrí, me abalancé sobre el ocasionando que perdiera un poco el equilibrio, no me importó y los abracé como nunca antes lo había hecho, estaba estático pero a los segundos me correspondió de la misma manera.
- Te extrañé tanto, ¿donde estabas?.- pregunté mientras me separaba de el.
- Digamos que estaba ocupado en algunas "cosas", pero eso ya no importa ahora me tienes aquí.- dijo sonriendome con ternura, a lo que yo me sonroje.- tienes muchas cosas que contarme mientras yo estuve ausente ¿cierto?.
Si. Kou se había vuelto mi mejor amigo, y eso me hacia feliz.
- No sabes cuanto, además que me eh sentido un poco sola estos días que no estuviste conmigo.- dije un poco triste.
- Pero ya estoy aquí, así que no Estés triste ¿vale?.- dijo, y acto seguido besó mi frente con ternura.
- vale.- le contesté y nos fuimos juntos hacia la siguiente clase.
Las horas pasaban lentas y aburridas, sólo miraba por la ventana esperando a que las clases terminaran para irme a casa, hoy no tenía ánimos, por lo que cuando sonó la campana de salida, tomé mis cosas y salí rápidamente del lugar.
Busqué con la mirada a mi amigo, pero no lo encontraba así que decidí ir a buscarlo en su respectivo salón. Me dirigí hacia el segundo piso cuando al doblar una esquina choqué con alguien pero no tan fuerte como para ocasionar que cayera al piso.
- Disculpa no Vi por donde iba.- dije sin mirar a la persona.
- No te preocupes, yo también iba distraído.
Alce la vista para ver de quien se trataba y... No podía ser era el mismo chico que había intentado golpear a subaru. El sólo me miraba detenidamente como recordando de donde me había visto, hasta que porfin reaccionó.
- oye, ¿tu eres aquella chica que Vi en la mansión sakamaki?.- preguntó.
- s-si. Dudé en si debí haberle respondido o no.
Fue ahí cuando decidí marcharme pero rápidamente agarró mi brazo atrayendome hacia el y estampandome contra la pared sin delicadeza alguna. Se acercó a mi, tomó mi mentón y los giró hacia un lado, sin esperar más clavó sus colmillos en cuello. Estaba asustada, puse mis manos en su pecho para alejarlo de mi pero esto ocasionó que los incrustara a un más, ahogue grandes gemidos de dolor y no me moví de mi lugar, de algo había aprendido de vivir con los sakamaki, y era que cuando me mordian no debía moverme porque dolería mas así que obedecí ante ese pensamiento y dejé que saciara su sed de sangre. Ya estaba empezando a sentirme débil, la falta de sangre se hacia presente y mis ojos me obligaban a querer cerrarse, quería permanecer los abiertos pero mi cuerpo ya no reaccionaba y finalmente me desmayé. Sólo pude sentir cuando me cargaba y me llevaba hacia algún lugar desconocido para mi.
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Espero que les guste el capítulo, algo corto pero ahí lo tienen. Comenten, voten y denme su opinión, acepto críticas y digan me en que debo mejorar.