Pov Yui
Llevo una semana viviendo bajo el mismo techo que los mukamis, y hace tres días que volví al instituto pero no Vi por ningún lado a los sakamaki, ni siquiera a reiji-san me pareció extraño ya que el demuestra ser alguien responsable y que jamás en su vida a faltado a la escuela, simplemente todo esto me parecía raro, que habrá pasado en aquella mansión que ocasionara que ellos no viniesen por una parte me sentía aliviada de no encontrármelos pero... Por otra estaba totalmente preocupada por ellos. Eso ya no importaba, ellos nunca se preocuparon por mi bienestar, y yo no sería la excepción, muchas veces traté de odiarlos ¡PERO NO PODÍA! Ese sentimiento me angustiaba; era como si algo me obligara a quererlos.
Resignada a dejar de lado aquellos pensamientos, recogí mis cosas y salí del salón de clases. Comencé a caminar por los pasillos sin percatarme de que alguien me seguía. Cuando estaba apunto de salir, alguien me jaló del cabello haciendo que chillará de dolor por la fuerza que ejercía en el. Traté de soltarme pero tiro más fuerte haciendo que algunas lágrimas se asomaran. Giré un poco para ver de quien se trataba, eran tres chicas que reían mientras que una de ellas seguía ejerciendo fuerza en mi cabello.
- pero que delicada eres.- dijo una de las chicas mientras que las otras se burlaban- ¿quieren divertirse un poco chicas?.- preguntó la que tenía mi cabello.
- por supuesto, ¿¡me siguen chicas!?- dijo ella dandome una mirada maliciosa.
Se empezó a acercar peligrosamente hacia mi, las dos faltantes me tomaron de ambos brazos evitando que huyera, una chica de cabellos negros se puso delante de mi para a continuación proclamarme una fuerte bofetada haciendo que girase mi rostro por el impacto.
- estúpida perra.- dijo entras me daba un puñetazo en el rostro, Sentí algo caliente en labio, ¡ me había roto el labio!.
- esto te pasa por meterte con lo que es nuestro.- me dio un golpe en el estómago sacandome por completo el aire caí de rodillas al suelo.
- yo soy mucho más digna de estar con ellos que tu.- dijo mirándome de arriba a bajo.- es decir mirame, tengo mejor cuerpo que tu y mejores atributos, lo que cualquier hombre desea.- habló con superioridad. Cuando porfin logré recuperar un poco de aire, le pregunté.
- no entiendo lo que estas queriendo decir, que te EH echó yo para que me trates así. - hablé un poco adolorida.- de verdad que no sabes porque estamos haciendo esto ¿verdad?.- me preguntó a lo que yo asentí.- fácil. Te hemos visto con los mukami y sakamaki, que por si no lo sabias ellos son nuestros novios.- dijo con arrogancia.
- ¿novios? Nunca las EH visto con ellos, además viéndolas detenidamente... No son del tipo de mujeres con las que ellos podrían estar.- les dije un poco nerviosa de que me volvieran a pegar, pero no mentía era la pura verdad, parecían unas cualquieras. Mi comentario ocasionó que enfureciera y me dirigiera una mirada de odio.
- ¡COMO TE ATREVES A HABLARME DE ESA MANERA ESTUDIDA!.- me gritó con furia, cerró su mano en forma de puño para estamparlo en mi cara, sólo cerré los ojos esperando el doloroso golpe pero nunca llegó.
Me sorprendí cuando Vi a kou quien evitó que me pegara agarrando su muñeca con fuerza, ella se quejaba y el sólo la miraba sombriamente, me asustó un poco su expresión ya nunca lo había visto de esa manera el siempre llevaba una sonrisa, pero Ahora era como si fuese una persona totalmente diferente. El empujó a la chica haciendo que ella cayera al suelo, me miró con el ceño levemente fruncido y me tendió su mano para ayudarme a levantar. Íbamos a irnos pero paró en seco para ver aquellas chicas y dijo lo siguiente:
- si vuelvo a verlas molestar a yui... Tengan por seguro que no volverán a ver la luz del día.- les brindó una mirada asesina a lo que ellas asintieron y salieron corriendo como alma que lleva al diablo. Me sorprendí ante sus palabras pero preferí quedarme callada, y con esto tomó mi mano con fuerza y salimos de aquel lugar.
Caminamos por unos segundos, en ese trayecto nadie habló me costaba un poco seguirle el paso ha que caminaba muy rápido, para cuando me di cuenta estábamos frente a la enfermería de la escuela, abrió la puerta y entramos, no había nadie, kou me sentó en una silla y regresó con lo que parecía un botiquín. Se puso frente a mi y comenzó a curar la herida de mi labio roto. Lo Vi fruncir el ceño pero no dije nada sólo lo miraba, cuando algún terminó se sentó a mi lado y yo me giré para poder verle mejor. Antes de que el pudiera hablar le agradecí.
- muchas gracias kou-kun por salvarme.- le Sonreí tiernamente y noté que en sus mellijas aparecía un pequeño rubor.
-no fue nada pequeña, además.... No podía dejar que te lastimarán.- dijo mirando hacia otro lado. Agarré una de sus manos y la apreté llamando su atención, lo miré a los ojos sonrojandome un poco.
- de verdad kou... Nose que hubiese pasado si no hubieras llegado.- el me miró y sonrió.
- Yui.... Eres mi amiga y tengo el deber de protegerte.- dijo mientras me acariaciaba el cabello delicadamente como si de una flor se tratase y que tuviera miedo de romperla.
En ningún momento dejamos de mirarnos y el nunca paró de acariciar mi cabello, empecé acercarme lentamente a su rostro sin dejar de mirar sus ojos el también Hizo lo mismo, mi corazón empezó acelerarse, al momento de estar lo suficiente mente cerca como para sentir su suave respiración cerré poco a poco mis ojos pero lo Sentí alejarse y algo decepcionada lo miré confundida.
- creo que es hora de irnos, ya es tarde además deberían estar esperándote. - sin más que decir, se levantó y se dirigió hacia la salida no sin antes despedirse de mi con un beso en la mejilla.- nos vemos mañana neko-chan.- yo le Sonreí y asentí.
Después de que se fue, me puse a pensar en lo que casi íbamos hacer ¡Dios que iba hacer, kou es mi mejor amigo y pensar que estuve apunto de besarlo! Aunque aceptó que en ese momento me Sentí un poco atraída hacia el, negué con la cabeza y salí de la enfermería. Al llegar a la limusina era lo mismo de siempre, ruki leyendo un libro, yuma comiendo sus terrones de azúcar y azusa... Bueno el hablando con justin " su cicatriz".
