VII

16 0 0
                                    

Hanna salió del baño con la pijama puesta y acomodo mi mochila en una esquina de su cuarto. Yo seguía sentada sobre su cama pensando en qué haría con el reloj cuando Hanna se sentó a a mi lado y me miró.
- Cami te ves muy rara ¿qué tienes? - dice en tono para animarme.
- Nada solo estoy agotada por la fiesta... Que por cierto estuvo ¡Genial! No me arrepiento de nada - dije en un tono fuerte mientras reía con Hanna.
- Te lo dije Camila, ¿Tenía razón si o no? -dice con una sonrisa.
- ¡Si! ... Qué bueno que eres mi mejor amiga, de eso tampoco me arrepiento - le digo mientras le doy un abrazo muy fuerte con risas.

Hanna cayó dormida muy rápido, pero yo no, a pesar de lo cansada que estaba no me podía dormir. Solo estaba acostada mirando el techo pensado... Se me vino a la mente ese momento en la plaza cuando vi a Jonathan. ¿Porque nos dejamos de hablar? Hanna, él y yo éramos muy buenos amigos ¿Fue porque cuando entro al equipo de americano de la escuela sus amigos del equipo le prohibieron hablarle a chicas "nerds" de la escuela? No sé realmente la razón ni cuando, solo de un día para otro ya no nos hablábamos.
Algún día pienso volverle a hablar, como antes, como esos amigos que éramos. ¡Wow! Que tan rápido pasa el tiempo ya son las 4:54.
- Descansa - murmuro para mí misma y cierro los ojos.

-¡Camila! - grita Hanna -¡ya es la una de la tarde vamos a desayunar! - dice mientras me trata de tirar de la cama.
- Cinco minutos más - suplico. ¡PUM!... Si, así es, me tiro de la cama con una patada.
- Nada de cinco minutos tu papá nos marcó diciendo que ya venía por ti, así que párate arréglate y vamos a desayunar - dice mientras me ayuda a levantarme de su duro y frío suelo.
- De acuerdo, pásame mi mochila y le llamo a mi papá que me deje más tarde, si es que no hay problema con tus padres - digo mientras me arreglo el cabello en una coleta.
Me entrega el teléfono y le mando un mensaje a mi papá de que venga por mí a las 3:30. Listo, vendrá por mí a esa hora. Me meto el baño.
Cuando salí ya no había nadie en el cuarto así que baje. En la mesa del comedor se encontraba Gustavo, el hermano mayor de Hanna.
- Hola Camila, ¿que tal la fiesta de anoche? - pregunta sonriendo mientras sigue comiendo su pan francés.
- Estuvo bien, hubo mucha acción no se acabo hasta muy tarde, no sé si nos escuchaste entrar - Digo con una sonrisa. Sinceramente Gustavo siempre ha sido un chico muy lindo, inteligente y deportista. Practica natación, un deporte el cual también amo, estamos en el mismo equipo.
- Que bueno que se divirtieron, y si, si escuche algunas risas en la madrugada cuando me pare por un vaso de agua - responde riendo.
- ¿Pero no escuchaba mucho verdad? - pregunte apenada.
- No... - piensa un momento - Hummmm... Tal vez un poco pero no para despertar - reímos juntos.
- Buenos días Camila - dice la mamá de Hanna.
- Buenos días - sonrío.
- ¿Quieres desayunar? - pregunta mientras se lleva los platos sucios de la mesa.
- Si muchas gracias - respondo - y... ¿Dónde está Hanna? Hace rato la vi en su cuarto diciéndome que me levantara.
- Ah..., fue a dejar a Anita a sus clases de ballet - responde Gustavo.
- Cierto los domingos va a clases, no me acordaba - digo mientras me paraba a tomar un vaso.
- Aquí tienes tu desayuno Cami.
- Gracias Erika - respondí amablemente - Por cierto no me acordaba, mi mamá te manda saludos.
- Gracias - sonríe y se va a la cocina - ¿y como están los gemelos Lalo y Luis?
- Bien, muy bien, pero como siempre andan molestando - respondo mientras me siento a desayunar.
Hubo un momento de silencio, tanto silencio que hasta se escuchaba como limpiaban los platos desde la cocina.
- Gustavo, ¿Y tú porque apenas estas desayunando? Las que se suponen que fueron de fiesta fuimos nosotras - digo mientras me río y sigo comiendo.
- Hey Cami, ustedes no son las únicas que se desvelan los fines de semana - responde mientras me giña un ojo.
En eso entra Hanna con su papá a la casa.
- Hasta que te levantas - dice mientras se acerca a saludarme y también a Gustavo - y tú también Gus.

Reíamos mucho mientras desayunábamos los tres en la mesa. Cuando terminamos lavamos nuestros platos y nos fuimos a hacer cada quien sus cosas.
- ¿Hanna?
- ¿si? ¿Qué pasa?
- ¿Puedo decirte algo?
- claro
Entramos al cuarto y cerramos la puerta.

Deteniendo mi vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora