XV

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Hanna salió en casi todas las fotos. La verdad pensé que iba a ser todo un desastre la sesión de fotos pero no. Yo le decía a un chico que se moviera y lo hacía, hacían todos caso, Hanna en una de las fotos hizo que un chico la cargara en sus brazos y le diera vueltas y aproveche el momento y tome una foto sin que se dieran cuenta.
Todo salió muy bien. Realmente si me sentí como una verdadera fotógrafa con mis propios modelos.
Ya había obscurecido y estábamos todos sería del mar. Los chicos consiguieron maderera e hicieron una fogata. Cantamos, bailamos, contamos historias y más cosas, en la estaba pasando genial; en toda la tarde después de la sesión de fotos Jonathan estaba a lado de mi.
- Camila... - dijo Jonathan
-¿Qué pasa? - lo mire y sonreí. Sinceramente si estoy muy feliz.
- Me alegra que este día lo disfrutes, me alegra que volvamos a ser amigos, como cuando éramos más chicos. Como si fuera tu hermano. - pasó su brazo por mi cuello y me abrazo y yo también.
- También me alegra que seamos de nuevo amigos - sonreí mucho. Seguimos contando chismes y platicando las tonterías que habían pasado mientras tomaba fotos.
- Que bueno que los hicieron una fogata, pequeña, pero fogata- reímos.
- Era para poder ver - dijo un chico sentado a lado de ella.
- Porque para tener calor no es necesario- dijo Jonathan.
- chicos, ya son las 10:47 - dijo unos de los chicos.
- ¡Ya me tengo que ir! - dije mientras me paraba y agarraba mis cosas- fue muy hermosa y agradable esta tarde con ustedes chicos, pero necesito ir a casa.
- Te llevo - dijo Jonathan mientras se paraba- aparte también tengo que irme.
- Gracias - sonreí- luego nos vemos- me despedí y me fui con Jonathan al estacionamiento.
Nos subimos a su auto y tomamos el camino a mi casa. El camino fue tranquilo, ya que pusimos música en la radio y cantábamos juntos. En veinte minutos llegamos a mi casa; Jonathan se estacionó enfrente de mi casa, bajamos y caminamos hasta la la puerta, donde nos miramos y dije:
- Gracias por traerme a casa - dije abriendo la puerta.
- De nada Camila, ya sabes. Para cualquier cosa, avísame y ahí voy a estar.
- Bien, gracias e igual - sonreí y nos despedimos de un beso en la mejilla.
- ¿Nos vemos mañana en la escuela? - preguntó Jonathan sonriendo.
- Si, hasta mañana- sonreímos y cerré la puerta. Escuche como se subía a su auto y se iba. Estoy cansada, la tarde fue muy agradable y movida. Creo que deberíamos hacer esto más seguido.
Subí a mi habitación y me senté en mi escrito encendiendo la laptop para pasar todas las fotos que tomé. Se estaban pasando las fotos, tardaría un tiempo así que baje para comer algo.
- Por lo visto esta tarde fue muy linda- dijo mi mamá cuando me vio que llegue al comedor. Estaban cenando cereal.
- Fue perfecto, aparte Jonathan y yo ya nos volvemos a hablar- dije y me senté en la mesa con ellos.
- ¿Jonathan? - preguntaros los gemelos al mismo tiempo.
- Si - sonreí.
- Vaya ¿Ni estaban enojados? Tú, Hanna y el - preguntó mamá.
- Estábamos, esta noche platicamos y nos dimos cuenta que nos enojamos por puras tonterías. Es como si recuperará al hermano mayor que tuve en mi infancia. Es bueno. - no paraba de sonreír, realmente todo lo que pasó en esa noche fue hermoso y un cambio muy grande. Ahora soy amiga de los chicos que forman parte del equipo de futbol americano y Jonathan y yo ya quedamos bien. Si, me sigue gustando pero todos esos años en los que nos enojamos me dieron razones para que solo me gustara y no quisiera otra cosa.
- Que bueno Cami, me alegro. ¿Y solo estaban ustedes tres? - preguntó.
- No, también estaban sus amigos del equipo de americano- me metí una cucharada de cereal a la boca. Al escuchar eso todos escupieron o casi se ahogaban con la leche.
- ¿Qué? - dijeron al uní sino mis papás y los gemelos sé limpiaban la boca.
- Ay, por favor. Si fueran mala compañía Jonathan no hubiera dejado que se nos acercará a mí y a Hanna. Todos nos llevamos bien. Se podría decir que somos amigos.
- Solo ten cuidado - dijo mamá
- Siempre tendré cuidado con los chicos mamá y papá no te preocupes, no me interesa tener alguna relación ahora.
Todos sonreímos y la pasamos muy bien en la cena, corta pero linda.
Al terminar deje mis platos en la cocina y subí a mi habitación para checar si todas las fotos ya se habían pasado a la laptop, y si, todo estaba bien. Apagué los aparatos y me metí a bañar. Termine de bañarme y me puse la pijama, salí a mi habitación y noté que había un papel doblado en mi cama y a lado estaba mi celular. Camine a mi cama y abrí el papel y leí el mensaje que decía:
            No has llamado, pensé que te importaba saber la historia.
       Seguiré esperando tu llamada.
    
                                           Daniel ;)

Doble el papel de nuevo y lo deje en mi mesa de noche. Observe mi teléfono y estaba desbloqueado, en la pantalla estaba la lista de llamadas que he hecho en el día; solo aparecía el nombre de Hanna. Lo levante de mi cama y cuando ya lo tenía en manos entró una llamada de un número desconocido. Supongo que es Daniel.
Contesto y me coloco el teléfono en el oído.
- ¿Hola? - pregunté. Nadie contestó.
- Hola - dije de nuevo. Seguían si responder.
- !Hola! - dijo una voz de hombre - ¿Cami?
- ¿Jonathan? - pregunté insegura.
- Si, ¿Qué pasó Cami? - al escuchar eso me tranquilicé y respire.
- Nada importante... ¿Para qué llamas? Ten en cuenta que es noche y estoy a punto de irme a dormir - respondí.
- Los siento Cami, quería saber si todo estaba bien.
- No te preocupes, todo está bien, gracias. Pero si no te importa, iré a dormir porque mañana tengo clases.
- Oh, sí claro Cami, descansa y no lo olvides. Mañana nos vemos.
- No lo olvidaré - acto siguiente fue colgar y meterme a la cama.
Estaba pensando en cómo Daniel dejó esa nota en mi cama. Realmente está esperando que le llame, y si quiere que lo llame, será mañana con Hanna.
Mañana espera una un día muy grandioso y tal vez el inicio de un cambio en mi vida social.

Deteniendo mi vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora